viernes, 29 de mayo de 2015

ROMANOS 5:1 RESULTADOS DE LA JUSTIFICACION

http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/ facebook un encuentro con la palabra http://www.amigosporisrael.org/ Romanos 5:1 La Biblia de las Américas (LBLA) Resultados de la justificación 5 Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos[a] paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, 2 por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos[b] en la esperanza de la gloria de Dios. 3 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos[c] en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia[d]; 4 y la paciencia[e], carácter probado; y el carácter probado, esperanza; 5 y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado. 6 Porque mientras aún éramos débiles[f], a su tiempo Cristo murió por los impíos. 7 Porque a duras penas habrá alguien que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno. 8 Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9 Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por[g] su sangre, seremos salvos de la irade Dios por medio de El. 10 Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por[h] su vida. 11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos[i] en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación. Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION ¿Cómo Activar La Palabra De Dios En Tu Vida? “LA PALABRA DE CRISTO HABITE… EN VOSOTROS” (Colosenses 3:16) La clave de una vida exitosa está en tomar las decisiones adecuadas y proponerse hacer lo correcto. Si dependes de tu propia sabiduría o la recibes de otros las posibilidades de progresar no son muy buenas. Escribe Pablo: “La palabra de Cristo habite… en vosotros” (Colosenses 3:16). Dejar que la Palabra viva en ti será la estrategia ganadora para la vida. Para ello deberás: 1) Lee La Palabra de Dios No es necesario entenderlo todo; no se trata de un ejercicio intelectual. Leerla en oración nos da fuerza y sabiduría porque “…la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu… y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4: 12 LBLA. 2) Medita en La Palabra de Dios Meditar significa “rumiar”. Que los jugos digestivos espirituales procesen la palabra de Dios hasta que sus nutrientes lleguen a ser parte de ti, fortaleciéndote, dándote energía y guiándote. 3) Cree en La Palabra de Dios “…Mi palabra que sale de mi boca… hará lo que yo quiero y será prosperada…” (Isaías 55:11). Lo único que puede limitar la eficacia de la Palabra de Dios es la incredulidad. “…A ellos de nada les sirvió haber oído la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron” (Hebreos 4:2). “Oír” es lo que abre la puerta; “creer” te hace entrar por ella y activa la promesa. 4) Recibe La Palabra de Dios Por mucho que creas en las promesas de Dios y en Su intención de concedértelas, no serán tuyas hasta que no te apropies de ellas por fe. “Creed que ya habéis recibido todo lo que estéis pidiendo en oración, y lo obtendréis” (Marcos 11:24 CST). Entonces, cree que tu respuesta está de camino y mantén avivada la fe hasta que llegue. “…SI PEDIMOS ALGUNA COSA CONFORME A SU VOLUNTAD, ÉL NOS OYE” (1 Juan 5:14) Conforme esperas a que la palabra de Dios se cumpla en tu vida, haz estas tres cosas más: 5) Declará La Palabra de Dios La forma más eficaz de orar es hablar la Palabra de Dios. Los patriarcas, profetas y salmistas tenían por costumbre recordarle a Dios en oración Sus promesas, en la confianza de que las iba a guardar. La mejor señal de que algo es voluntad de Dios está en Su Palabra. “Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido” (1 Juan 5:14-15). Dios siempre responde a Su palabra, ¡siempre! 6) Obedece La Palabra de Dios El plan de Dios para nosotros no es que solamente proclamemos Su palabra, por muy importante que esto sea, sino que también la obedezcamos (Santiago 1:22). Como dice un himno tradicional: “Para andar con Jesús, no hay senda mejor, Que guardar sus mandatos de amor. Obedientes a Él, siempre habremos de ser, Y tendremos de Cristo el poder. Obedecer, y confiar en Jesús, Es la regla marcada para andar en la luz”. La obediencia, que no es otra cosa que la fe en acción, nos pone en sintonía con Dios y Él responde cumpliendo Sus promesas. 7) Comparte La Palabra de Dios Padres y abuelos: “Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. Se las repetirás a tus hijos, y les hablarás de ellas estando en tu casa y andand o por el camino, al acostarte y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:6-7). No tienes por qué ser experto, pero sí alguien que habla con sinceridad. Compartir la Palabra de Dios da fruto en las vidas de tu familia, amigos y conocidos, en tus compañeros de trabajo y vecinos; y aumenta el entendimiento y conocimiento que tú mismo tienes de ella. Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION El vagón equivocado Cuentan que dos hombres, muy experimentados y que habían viajado mucho, sintiéndose orgullosos de eso, se jactaban de no necesitar la ayuda de nadie para saber qué tren tenían que tomar, en cierta oportunidad se dirigieron a la estación y se acomodaron en un buen compartimiento del tren que ellos creían ser el que los llevaría a su destino. Por tres veces un joven de equipajes asomó su cabeza en el compartimiento para avisarles que debían pasar al coche de adelante. Por fin uno de ellos se decidió a preguntar, con aire de suficiencia: - ¿Y por qué no podemos quedarnos dónde estamos? - Por nada- respondió el hombre- solamente que este coche no está enganchado al tren, de manera que no les llevará a ningún parte”. Los seres humanos somos así, confiados en nuestro conocimiento, nuestras fuerzas, los bienes acumulados, la influencia de la gente que conocemos y muchas cosas más; nos embarcamos en proyectos confiados en una u otra cosa terrenal e incluso buscando religiones que llenen el vacío que llevamos, cuando sólo Dios puede hacerlo. No está mal ser emprendedor, por el contrario, el problema está en no saber reconocer nuestras limitaciones, el confiar en las cosas materiales, en personas tan falibles como nosotros. Mucha gente, confiada en sus conocimientos rechaza los consejos de los demás e incluso, deja de consultar con Dios si esa es Su voluntad. Apoyados en su autosuficiencia se embarcan en su orgullo y emprenden el viaje. Pero, ¿Será que los llevará a su destino?, ¿El vagón será el correcto? Por algo, en Proverbios 3:5-8 se nos aconseja: “Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar.No te dejes impresionar por tu propia sabiduría.En cambio, teme al Señor y aléjate del mal. Entonces dará salud a tu cuerpo y fortaleza a tus huesos” (NTV) Hoy es un buen día para detener nuestra marcha acelerada y pensar si estamos seguros de estar en el lugar, el proyecto o la empresa correcta; si no cabe la posibilidad de que confiando en nuestro conocimiento no hayamos embarcado en el coche incorrecto y que después de muchos sacrificios y tiempo nos percatemos que el vagón en el que nos sentamos nunca se movió. Pídele a Dios que te de la humildad necesaria para reconocer tus limitaciones, la sabiduría para tomar las decisiones correctas, que te muestre su voluntad y te de la fortaleza y determinación para seguirla. Cuando te embarcas en un vagón tomado de la mano de Dios, puedes estar seguro de que llegarás al lugar correcto sano y salvo. Ana María Frege Issa CVCLAVOZ

jueves, 28 de mayo de 2015

ROMANOS 3:23 JUSTIFICADOS POR MEDIO DE LA FE

http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/ facebook un encuentro con la palabra http://www.amigosporisrael.org/ Romanos 3:23 La Biblia de las Américas (LBLA) Justificación por medio de la fe 19 Ahora bien, sabemos que cuanto dice la ley, lo dice a los que están bajo[g] la ley, para que toda boca se calle[h] y todo el mundo sea hecho responsable ante Dios; 20 porque por las obras de la ley[i] ningún ser humano[j] será justificado delante de El; pues por medio de la ley[k] viene el conocimiento del pecado. 21 Pero ahora, aparte de la ley[l], la justicia de Dios ha sido manifestada, atestiguada por la ley y los profetas; 22 es decir, la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen; porque no hay distinción;23 por cuanto todos pecaron[m] y no alcanzan la gloria de Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios exhibió públicamente como propiciación[n] por su sangre a través de la fe, como demostración de su justicia, porque en su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente[o], 26 para demostrar[p] en este tiempo su justicia, a fin de que El sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús[q]. 27 ¿Dónde está, pues, la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿La de las obras? No, sino por la ley de la fe.28 Porque[r] concluimos que el hombre es justificado por la fe aparte de las obras de la ley[s]. 29 ¿O es Dios el Dios de los judíos solamente? ¿No es tambiénel Dios de los gentiles? Sí, también de los gentiles, 30 porque en verdad Dios es uno, el cual justificará en virtud de la fe a los circuncisos[t] y por medio de la fe a los incircuncisos[u]. 31 ¿Anulamos entonces la ley por medio de la fe? ¡De ningún modo! Al contrario, confirmamos la ley. Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION Versículos Bíblicos Utiles Para Superar La Amargura – Biblia Como cristianos, sabemos que podemos, si abrimos las puertas tener un espíritu amargado operando en nuestras vidas. Esto le puede pasar a cualquiera de nosotros si no tenemos cuidado. La raíz de amargura puede crecer en una medida fuera de control si es que no la superamos con bondad y la gracia de Dios Tener una actitud implacable, ira reprimida, resentimiento, odio, celos, y decepción son sólo algunas de las luchas de la vida que nos hacen sumergimos en la amargura. Cuando se trata de un espíritu amargo, a menudo buscamos ayuda o alguien que nos cure de este terrible sentimiento que solo destruye vidas. La Palabra de Dios es el bálsamo curativo para un espíritu amargo. La lectura a través de ella en pequeñas dosis puede ayudar a liberar el alma torturada para conocer el amor, la alegría y la paz del Espíritu Santo. A continuación veremos 7 versículos de la Biblia para ayudarnos a superar la amargura: 1) Juan 16:33 – “Os he dicho estas cosas para que en mí tengáis paz en este mundo tendréis aflicción pero confiad, yo he vencido al mundo..!”. 2) Salmo 51:10 – “Crea en mí un corazón puro, oh Dios, y renueva un espíritu recto dentro de mí” 3) Proverbios 28:13 – “El que encubre sus pecados no prosperará, pero el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia” 4) Efesios 4:26 – “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,“ 5) Colosenses 3:13 – “ soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros“. 6) Efesios 4:31 – “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.“ 7) Efesios 3: 17-19 – “para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios“. Espero que puedas ayudarnos a completar una lista más extensa sobre este tema. Puedes dejar tus versículos Bíblicos con respecto al tema de la amargura en la Biblia en los comentarios. Muchas gracias y que tengas un día bendecido sin amarguras, y siempre confiando en Dios. Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION Conforme al corazón del hombre o al corazón de Dios En una ocasión Israel estaba a punto de enfrentarse a un poderoso enemigo. Samuel, al cabo de siete días, iría a ofrecer holocausto en aquel lugar, invocando la ayuda de Dios para esta batalla. El enemigo se acercaba cada vez más, por lo que el pueblo presa del miedo, comenzó a desertar. Los días se cumplieron y al ver que Samuel no aparecía Saúl impaciente tomó el asunto en sus manos y ofreció el holocausto. Inmediatamente llegó Samuel y le pronunció el rechazo divino: “Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Más ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.” 1 Samuel 13:13-14 Saúl era el rey ideal para el pueblo de Israel desde su apariencia. Era el hombre más alto de todos, con gran porte físico y valeroso, ajustado a lo que ellos querían. También era un rey que satisfacía sus deseos, antes que cualquier otro e incluso antes que la ley de Dios. En diferentes ocasiones nuestra obediencia será probada y tendremos que decidir a quién queremos agradar. Un trabajador comentaba que era criticado por su jefe y compañeros por no participar en aquello que no era de agrado a Dios. Puedes tener temor a ser criticado, a pasar vergüenza, al rechazo, pero sobre todo debes temer al Señor quién salvó tu vida. “Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él”. 2 Crónicas 16:9 Dios probó al rey Saúl y él demostró ser alguien que prefería agradar más a los hombres que a su Señor, tenía más temor por lo que digan los demás, que por lo que El Señor mandaba y por lo cual recibió un duro rechazo. En este tiempo te animo a ser una persona conforme al corazón de Dios y no precisamente al corazón del hombre. Serás probado para ver a quién más deseas agradar y a quién temes más. Pedimos que cuando el Señor busque un corazón conforme al de Él, encuentre el tuyo y no seas el que es reemplazado. Shirley Chambi CVCLAVOZ

miércoles, 27 de mayo de 2015

HECHOS 16:31 CONVERSION DEL CARCELERO

http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/ facebook un encuentro con la palabra http://www.amigosporisrael.org/ Hechos 16:31 La Biblia de las Américas (LBLA) Conversión del carcelero 25 Como a medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios, y los presos los escuchaban. 26 De repente se produjo un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel fueron sacudidos; al instante se abrieron todas las puertas y las cadenas de todos se soltaron. 27 Al despertar el carceleroy ver abiertas todas las puertas de la cárcel, sacó su espada y se iba a matar, creyendo que los prisioneros se habían escapado. 28 Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. 29 Entonces él pidió luz y se precipitó adentro, y temblando, se postró ante Pablo y Silas, 30 y después de sacarlos, dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? 31 Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa. 32 Y le hablaron la palabra del Señor[n] a él y a todos los que estaban en su casa. 33 Y él los tomó en aquella misma hora de la noche, y les lavó las heridas; enseguida fue bautizado, él y todos los suyos. 34 Llevándolos a su hogar, les dio de comer[o], y se regocijó grandemente por haber creído en Dios con todos los suyos[p]. Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION La Biblia Y El Cansancio, Cuando Te Amenace La Fatiga Cansancio, Cuando Te Amenace La Fatiga “DIOS LE HA DICHO A SU PUEBLO: QUE REPOSEN AQUÍ LOS FATIGADOS” (Isaías 28:12 NTV) Ruth Haley Barton acuñó la expresión “dangerous tiredness” (cansancio peligroso). Entre sus síntomas se encuentran: 1) Irritabilidad/hipersensibilidad. Lo que normalmente no te irritaría, como que te adelante una moto cuando vas en el coche o que tu amigo tenga manías, ahora te saca de quicio. 2) Desasosiego. Una sensación de que algo no va bien… te sientes como huyendo… estás exhausto pero no logras conciliar el sueño. 3) Trabajo compulsivo. Mirar el correo a las tantas… no ser capaz de desconectar completamente ni irte de vacaciones… te cuesta disfrutar del tiempo en familia sin interrupciones. 4) Insensibilidad emocional. No “sientes” nada, ni bueno ni malo, y te da miedo verte abrumado si lo sintieras. 5) Comportamiento escapista. Comer, beber, o gastar en exceso, ver demasiado televisión, darse a la pornografía o navegar en Internet de forma descontrolada y compulsiva. No tienes ganas de hacer ejercicio, ni de quedar con amigos, tener un hobby o leer un buen libro. No le ves sentido a tu llamado. Ejerces tu ministerio de forma automática, sin percibir claramente quién eres y a qué te ha llamado Dios. Estás a expensas de tus propios impulsos y a las expectativas de otros porque no has marcado límites para determinar cuándo decir “no” a esas demandas. Te descuidas físicamente. No tienes tiempo para comer bien, dar un paseo, dormir lo suficiente y hacer las cosas del día a día como lavar el coche o tender la ropa. 6) Ahorras tu energía. Tienes miedo de que la gente llegue a agotar tus últimos recursos y por eso te retraes para conservar lo que te queda. Dejas que tus costumbres espirituales decaigan. Lo que normalmente te llena de energía y sabes que te hace bien, como orar, leer, tener un diario y hacer un poco de introspección, se te hace pesado. Si te identificas con algo de lo anterior, lo más probable es que te hayas topado con un muro. Es hora de prestar atención; hablar con Dios y volver a determinar qué es lo importante en tu vida. “ESTAD QUIETOS Y CONOCED QUE YO SOY DIOS” (Salmos 46:10) El Cansancio En La Biblia Según un escritor: “Cuando estés agobiado de tanto quehacer, en lugar de regañarte por las veces que no das la talla “espiritualmente”, va siendo hora de “hacer un torniquete en la herida de las muchas ocupaciones… [o] tendrás una hemorragia espiritual mortal. Hacer más cosas y más rápido no nos traerá paz. Las distracciones no son más que un escape momentáneo. Tarde o temprano tendremos que parar… El Salmo 46:10 dice: “Estad quietos y conoced que Yo soy Dios”. Cuando estamos obligados a quedarnos quietos, la magnitud del peso que llevamos encima parece enorme y la soledad insoportable. Pensamos que la adrenalina del momento hace que no pensemos… que no sintamos… que no seamos conscientes de que tarde o temprano tendremos que hacer una pausa”. Cuando necesites restaurarte espiritualmente, ve directo al trono, ¡no al teléfono! Aunque tengas muy buenos amigos, ellos no pueden saciar tu necesidad como lo hace Dios. Jesús dijo: “Venid a Mi… y Yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Acepta Su invitación personalizada para hablar con Él y dile cómo te sientes, igual que un niño habla con su padre que le puede ayudar. Prepara un lugar especial para estar a solas con Dios, y disciplínate a ir allí a menudo. Y no le cuentes sólo lo que necesitas, sino escucha lo que Él te quiere decir. No tengas prisa por volver al ritmo frenético del mundo; quédate en la presencia de Dios hasta que entiendas que el peso que llevas encima no tienes por qué llevarlo solo. Lo más importante es encontrar tiempo para lo que consideramos prioritario, así que decide qué es fundamental en tu vida y “busca primeramente el reino de Dios” (Mateo 6:33). Se cumplirá lo de “acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros” (Santiago 4:8). “CUANDO LO ENCONTRARON LE DIJERON: TODOS TE ESTAN BUSCANDO” (Marcos 1:37 DHH) Brenda Jank define el sentimiento de culpabilidad como el motor de gran parte de nuestro cansancio: “Cada “sí” dicho por no sentirnos culpables es un “no” a algo importante. Cada día tiene veinticuatro horas, y por muy capaces que seamos de hacer mil cosas a la vez, hay límites de lo que podemos hacer en una jornada… Solemos tender a descuidar las cosas más importantes. Nos irritamos e impacientamos con nuestros seres queridos. Ignoramos la necesidad de sueño. Pasamos muchos días sin hacer caso a la presencia de Dios”. ¿Te sientes identificado? Cuando se corrió la voz de que Jesús había sanado a la suegra de Pedro, se reunió una multitud y Él los ministró hasta bien tarde. A la mañana siguiente se escabulló a un lugar tranquilo para orar. Los discípulos se pusieron a buscarlo y “cuando lo en contraron, le dijeron: Todos te están buscando” (Marcos 1:37 DHH). Pero mira qué respondió Jesús: ‘Vamos a otros lugares’. Se dejó guiar por el Espíritu y no por el sentimiento de culpabilidad. Antes de presuponer que tu misión es satisfacer toda necesidad que surge, está bien decir: “Déjame orar por eso y luego ya te diré”. Después ora, escucha con atención y toma una decisión teniendo en cuenta cómo responderías a esta pregunta: ‘Si digo “sí”, ¿estaré diciendo “no” a algo importante?’ Es fundamental reconocer aquello para lo que has sido llamado en la fase de la vida en que te encuentres. Y para actuar en consecuencia tienes que ser sincero, humilde y valiente. Cuando te enfrentes a una situación que sabes que te va a desbordar, aunque tú estés dispuesto a pagar el precio, piensa si también vas a comprometer a tu familia a pagarlo. Plantéatelo. Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION ¿Carne o Espíritu? Cuando una persona se ocupa de llevar una alimentación sana basada en verduras, cereales y alimentos que satisfagan las necesidades de su cuerpo, el resultado es evidente: una buena salud. Pero si contrariamente se sostiene de comida “chatarra” o alimentos que sólo satisfacen el gusto pero no los requerimientos del organismo, será más propenso a adquirir enfermedades e incluso al sobrepeso. Romanos 8:6 dice: “Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.”Podemos ocuparnos cualquiera de estas dos opciones:alimentar la carne o el Espíritu y debemos considerar que cada uno tiene un resultado: muerte o vida y paz. ¿Cómo estamos alimentando nuestra vida? ¿En qué estamos invirtiendo nuestros pensamientos, charlas, acciones y tiempo? En Gálatas 5:19-21 encontramos una lista de evidencias de ocuparse de satisfacer la carne: “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” Más los resultados de ocuparse del Espíritu son: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” Gálatas 5:22-23 Examinemos nuestra vida, ¿estamos alimentando aquello que nos traerá consecuencias negativas o positivas? Seamos sinceros y pidamos a Dios que tenga misericordia y nos dé una nueva oportunidad pero también estemos dispuestos a ser radicales en cortar con todo lo que llegará a contaminarnos En el versículo 26 nos asegura que no estamos solos sino que “…Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad…” así que rindamos nuestra vida por completo a Dios para ser hijos espirituales y no carnales. Soraida Fuentes CVCLAVOZ

martes, 26 de mayo de 2015

JUAN 14:6 PALABRAS DE CONSUELO Y DIRECCION

http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/ facebook un encuentro con la palabra http://www.amigosporisrael.org/ Juan 14:6 La Biblia de las Américas (LBLA) Palabras de consuelo y dirección 14 No se turbe vuestro corazón; creed[a] en Dios, creed también en mí. 2 En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para vosotros. 3 Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy,allí estéis también vosotros. 4 Y conocéis el camino adonde voy[b]. 5 Tomás le dijo*: Señor, si no sabemos adónde vas, ¿cómo vamos a[c] conocer el camino?6 Jesús le dijo*: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. 7 Si me hubierais conocido, también hubierais conocido a mi Padre; desde ahora le conocéis y le habéis visto. 8 Felipe le dijo*: Señor, muéstranos al Padre, y nos basta. 9 Jesús le dijo*: ¿Tanto tiempo he estado con vosotros, ytodavía no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? 10 ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os digo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí es el que hace las[d] obras.11 Creedme que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí; y si no, creed por las obras mismas. 12 En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre. 13 Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré. Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION ¿Preocupado por el Dinero? “EN EL DÍA QUE TEMO, YO EN TI CONFÍO” (Salmo 56:3) La solución a las preocupaciones financieras no es necesariamente tener más dinero. De hecho, cuanto más tienes más tienes que perder. Y la idea de perderlo te angustiará más, no menos. Es un círculo vicioso. Buscar seguridad en el dinero es como atar un barco al muelle. Cuando se desencadene una gran tempestad se romperán las amarras y el barco será arrastrado al mar. Entonces, puesto que todos sabemos que vendrán otras tormentas financieras, ¿cuál es la solución? ¿Más amarras? ¿Amarras más resistentes? ¿Unos nudos más fuertes? No, ¡eso te da nudos en el estómago! Vamos a considerar algunas respuestas bíblicas a las preocupaciones monetarias. La primera es: Confronta tus temores. El salmista dijo: “En el día que temo, yo en ti confío” (Salmo 56:3). Ahora bien, puesto que David era rey seguramente no tenía problemas de dinero. Pero temía que sus enemigos lo persiguieran, lo capturaran y lo mataran. Cada uno de nosotros tiene diferentes áreas de preocupación, y las que nos controlan son lo que llamamos “preocupaciones viscerales”. A veces puedes hacer que no te afecten; otras, te controlan, te consumen y te hacen actuar de modos de los que no estás orgulloso. El asesor financiero cris tiano Ron Blue comenta que durante años estuvo atrapado por el miedo a no tener suficiente dinero o a perder lo que tenía. Quienes lo rodeaban no lo sabían pero eso era lo que dirigía su vida. Hoy es escritor de libros éxitos de ventas y asesor financiero a multitudes. Pero para llegar allí tuvo que confrontar ese temor visceral, y confiar más en Dios que en sí mismo. Lo mismo tendrás que hacer tú. Preocupación Por Dinero “DIOS NO NOS HA DADO ESPÍRITU DE TEMOR…” (2 Timoteo 1:7 DHH) Para sobreponerte a la angustia financiera, tienes que: 1) Entender de dónde viene tu ansiedad. A menos que tu nombre sea Bill Gates, lo más probable es que en algún momento de tu vida experimentes algún tipo de preocupación financiera. Pero cuando el temor se convierte en tu estado de ánimo normal, algo va mal; es hora de destapar la caja. El temor puede ser hereditario, pasado de generación en generación, y te puede atrapar en un ciclo muy difícil de romper. ¡Pero puedes romperlo! Gedeón destruyó el altar donde sus familiares habían adorado a ídolos durante generaciones, aunque éstos se enfadaron con él cuando lo hizo (Jueces 6:25-30). Gedeón sabía que para poder triunfar en la vida no podía confiar en nadi e más que en Dios. 2) Sobreponte a tus fracasos pasados. ¿Hiciste malas inversiones y ahora tienes temor a arriesgarte? ¿Estás acumulando para contrarrestar futuras pérdidas? El problema es que quien no arriesga no gana. En el fútbol, los jugadores que marcan más goles también son aquellos que más fallan. Pero siguen insistiendo, porque si no tiran a la portería nunca van a ganar. Un granero lleno de semillas no produce una cosecha. Es más, cuando el agricultor planta sus semillas es posible que la sequía o las heladas o una plaga puedan aniquilarlas. Pero si no las planta el fracaso está asegurado. ¿Te das cuenta? 3) Espera en la bondad de Dios. A medida que te vas haciendo mayor eres más reacio a arriesgarte y más propenso a buscar inversiones seguras. Eso se entiende, pero no dejes que el temor te controle. Escribió David: “Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida…” (Salmo 23:6). Si esperas en la bondad de Dios, “ciertamente” la obtendrás. Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION Libre El diccionario define la libertad como la facultad natural que tiene el hombre de pensar, de hablar y de obrar, con plena autonomía. Aunque en el tiempo pasado la libertad estaba condicionada a varios factores que hacían a algunos privilegiados y a otros destinados a servidumbre, hoy en día es una capacidad reconocida por los gobiernos del mundo y por Dios, a través del libre albedrio. Para que esa libertad sea una garantía absoluta, toda nación cuenta con leyes que protegen al individuo para que ejerza ese derecho dentro de los límites que le impidan irrumpir en la libertad de otro o de sí mismo. Por ejemplo: toda persona tiene derecho a la vida, pero cuando otra persona lo priva de éste derecho cometiendo asesinato, esas mismas leyes que garantizan la libertad lo hacen culpable y lo condenan a pagar por sus culpas. Algo similar pasa con el reino de los cielos. Dios estableció leyes con el fin de garantizar la libertad que Jesús ya ganó para nosotros en la Cruz del Calvario. Pero el pensamiento errado de hacer a Dios un ser alejado y sin conocimiento de la realidad humana, ha provocado que se crea que toda ley divina está puesta con el fin de evitar que el hombre no disfrute de una verdadera libertad. El filósofo griego Diógenes se refirió a Alejandro Magno, diciéndole: “Vos sois el siervo de mis siervos. Yo he conquistado al miedo, la lujuria, y la ira; Alejandro todavía sirve a estos maestros. A pesar de haber conquistado el mundo exterior, todavía sigue siendo esclavo.” Las leyes de Dios nos garantizan una libertad absoluta, no sólo hablando de la convivencia entre personas como lo describe el Salmo 133:1, sino también de fuerzas espirituales superiores a nosotros y con capacidad de esclavizar a cualquiera. La ley de Dios, no se escribió para condenar a ninguno hombre, sino para poner al descubierto las maquinaciones del pecado, de la carne y de satanás, las cuales buscan hacernos esclavos. Cuando la Biblia establece límites, puedes estar seguro que están puestos allí con el fin de hacerte un hombre o una mujer completamente libre. Gálatas 5:1 dice: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.” Versión Reina-Valera 1960 ¿Quieres ser verdaderamente libre? Acércate a Jesús. Héctor Colque CVCLAVOZ

lunes, 25 de mayo de 2015

JUAN 5:24 UNIDAD DEL PADRE Y DEL HIJO

http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/ facebook un encuentro con la palabra http://www.amigosporisrael.org/ Juan 5:24 La Biblia de las Américas (LBLA) Unanimidad del Padre y del Hijo 19 Por eso Jesús, respondiendo, les decía: En verdad, en verdad os digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre[g], eso también hace el Hijo de igual manera. 20 Pues el Padre ama al Hijo, y le muestra todo lo que El mismo hace; y obras mayores que éstas le mostrará, para que os admiréis. 21 Porque así como el Padre levanta a los muertos y les da vida, asimismo el Hijo también da vida a los que El quiere. 22 Porque ni aun el Padre juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado[h] al Hijo, 23 para que todos honren al Hijo así como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. 24 En verdad, en verdad os digo: el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no viene a condenación[i], sino que ha pasado de muerte a vida. 25 En verdad, en verdad os digo que viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oigan vivirán. 26 Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le dio al Hijo el tener vida en sí mismo; 27 y le dio autoridad para ejecutar juicio, porque es el Hijo del Hombre. 28 No os admiréis de esto, porque viene la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz, 29 y saldrán: los que hicieron lo bueno, a resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección de juicio. Un ncuentro Con la Palabra REFLEXION Los Derechos de Dios Sobre Tu Vida “…NO SOIS… VUESTROS PROPIOS DUEÑOS” (1 Corintios 6:19 CST) Imagínate a dos personas enfrente de una casa. Una de ellas dice: ‘Ésta es mi casa’. La otra pregunta: ‘¿Cómo así?’ El primero contesta: ‘Por tres razones: Yo la edifiqué, la pagué y vivo en ella’. Consideremos la primera razón de por qué le perteneces a Dios: La Creación. Hay quienes sostienen que procedemos de una ameba. El problema es que no saben decirnos de dónde viene la ameba. La Biblia afirma: “Y creó Dios al hombre a su imagen… varón y hembra los creó” (Génesis 1:27). Hay muchos otros que sostienen que el origen de la tierra fue una increíble explosión, la llamada teoría del big bang. Pero si les refutaras diciendo: ‘El vehículo que conduces ahora es el resultado de una explosión en la fábrica de automóviles’, pensarían que estás loco. Si hay un producto, es porque alguien lo diseñó; si hay una creación, tiene que haber un Creador. Y puesto que Dios te hizo, tiene derechos sobre tu vida. La Biblia dice: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis recibido de Dios, y que no sois vuestros?, pues habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1 Corintios 6:19-20). Dios no sólo te creó, sino que te también te dio ciertos dones para que puedas cumplir Sus propósitos y darle gloria. Entonces, antes de que escriban tu esquela mortuoria, pregúntale a Dios para qué has nacido. A menos que cumplas el propósito para el que fuiste creado, no podrás llenar ese vacío interior que tiene la forma de Dios. “…HABÉIS SIDO COMPRADOS POR PRECIO…” (1 Corintios 6:20) El segundo derecho de Dios sobre tu vida se lo da el Calvario. Se cuenta la historia de dos amigos que estudiaron la carrera de Derecho juntos. Uno llegó a ser juez, el otro violó la ley y acabo en el juzgado. ¿Y quién era el juez? Su amigo. ¿Cómo podía ser misericordioso y justo al mismo tiempo? Se quitó la toga de juez, se fue al banquillo del acusado y dijo: ‘No sólo soy amigo de este hombre; hoy soy su salvador. Pagaré todas sus deudas’. En la cruz, Dios tomó todos tus pecados y los puso en la cuenta de Jesús, y tomó toda la justicia de Cristo y la puso en tu cuenta. En el momento en que confías en Jesucristo como tu Salvador, ya no estás bajo la sentencia de muerte. Los derecho de Dios El valor de algo viene determinado por el precio que el comprador esté dispuesto a pagar. En el Calvario, Dios dijo: ‘Así es como te amo’. Y tu Creador se convirtió en tu Redentor. Como dice el himno: “El Creador del universo se hizo hombre y por el hombre se hizo maldición. Pagó la justicia de la ley con el precio más alto de su propia vida”. Dios siempre eligió a algún hombre para cumplir Sus propósitos en la tierra. Para sacar a los israelitas de Egipto, usó a Moisés; para desafiar a los profetas de Baal, usó a Elías. Pero cuando se trató de nuestra salvación, Dios “vio que no había nadie y se maravilló que no hubiera quien se interpusiese…” (Isaías 59:16). Lo bueno es que cuando Dios no pudo encontrar un hombre idóneo, Él mismo se hizo hombre, a fin de que nosotros que somos hijos de hombres llegáramos a ser hijos de Dios. ¡Qué impresionante! “…GLORIFICAD, PUES, A DIOS EN VUESTRO CUERPO Y EN VUESTRO ESPÍRITU, LOS CUALES SON DE DIOS (1 Corintios 6:20) Otro de los derechos de Dios sobre tu vida está basado en la consagración. No es ésta una palabra que oigamos mucho en nuestros días; significa “ser apartado para uso exclusivo de algo o alguien”. Seguro que piensas: ‘Pero si yo tengo tantos defectos…’ Dios no está buscando perfección, sino disponibilidad. La Biblia nos dice: “Porque todo sumo sacerdote [fue] escogido de entre los hombres…” (Hebreos 5:1). Las personas a quienes Dios llama y usa son todas humanas y con ciertas imperfecciones. ¿Por qué va a llamar a Dios a alguien así? Porque de esa manera el escogido “…puede mostrarse paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad” (Hebreos 5:2). Hay quien dice: ‘Mis padres quieren que vaya a un instituto bíblico para ser ministro del evangelio’. Lo bueno de esto es que allí se profundizará tu devoción a Cristo y aumentarás el conocimiento de la Palabra. Pero lo malo es que tus padres no pueden darte el llamado, ¡sólo Dios! “…Nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios…” (Hebreos 5:4). Si no sabes de cierto si has sido llamado al ministerio cristiano, hay una clave: el fruto. Cuando se desató una polémica en el pueblo de Israel sobre quién debería estar en liderazgo, Dios le dijo a Moisés que eligiera a un hombre de cada una de las doce tribus. Luego colocaba la vara de esos hombres en el Arca del Pacto por la noche, y por la mañana aquél cuya vara había florecido era el escogido de Dios (Números 17:1-5, 8). Leemos en la Biblia: “La dádiva del hombre le abre camino…” (Proverbios 18:16 LBLA). Cuando Dios te llama, abrirá puertas, te dará los contactos y te facilitará los recursos. Lo único que te pide es una vida consagrada a hacer Su voluntad. Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION No todo está perdido Cuentan que un comerciante regresó a su casa desesperado; se echó en un sillón y dijo: - ¡Todo se ha perdido! - ¿Qué quieres decir? Preguntó alguien. - ¡Ay! – contestó – hemos tenido que despedir a los obreros, nuestro negocio ha quebrado, no queda nada, todo se ha perdido. - Papá, pero yo no me he perdido – exclamó una niña desde el otro lado de la sala. - Ánimo esposo mío, yo te quedo – le dijo la esposa llena de optimismo mientras se acercaba a él y le tomaba la mano. - Hijo mío, te quedan todas las promesas de Dios - dijo la abuela acomodándose los lentes. Entonces deshecho en lágrimas, el comerciante exclamó: - ¡Cuán ingrato soy! ¡Tantas cosas buenas me quedan, Dios mío, perdóname! En muchas oportunidades, cuando llegan las pruebas, nos sentimos tan ofuscados por los problemas que somos incapaces de ver las bendiciones que Dios nos da. El hecho de que Dios pruebe un área de tu vida no significa que todo se ha acabado o que ya no te ama. Si te detienes un momento y quitas tu mirada del problema encontrarás que hay muchos otros motivos por los cuales agradecer a Dios. Aunque nos resulte muy difícil dar gracias a Dios por las pruebas que permite que pasemos, debemos agradecerle por eso también porque es muy probable que ese problema sea una bendición disfrazada. No sabemos, y posiblemente nunca lleguemos a hacerlo, de cuántas cosas Dios nos está guardando cuando cierra puertas, cuando no permite que nuestros planes continúen o cuando cambia el rumbo de nuestras vidas. “Y den gracias por todo a Dios el Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”. Efesios 5:20 (NTV) Dios te ama con amor eterno y si Él dijo que tiene planes de bien para tu vida puedes estar seguro de que así es; verás cómo sus promesas se cumplen en Su tiempo. Cuando sientas que no tienes salida, que ya no queda nada, pídele a Dios que te permita ver más allá de las circunstancias y observa todas las bendiciones que diariamente te da. Nada está perdido, aún no has visto las grandes cosas que Dios hará con tu vida ni las innumerables bendiciones que tiene para ti, ¡Espéralas! “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.Romanos 8:28 (RVR1960) Ana Maria Frege Issa CVCLAVOZ

viernes, 22 de mayo de 2015

LUCAS 19:10 ZAQUEO

http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/ facebook un encuentro con la palabra http://www.amigosporisrael.org/ Lucas 19:10 La Biblia de las Américas (LBLA) Zaqueo 19 Habiendo entrado Jesús en Jericó, pasaba por la ciudad. 2 Y[a] un hombre llamado[b] Zaqueo, que era jefe de los recaudadores de impuestos[c] y era rico,3 trataba de ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, ya que él era de pequeña estatura. 4 Y corriendo delante, se subió a un sicómoro para verle, porque Jesús estaba a punto de pasar por allí. 5 Cuando Jesús llegó al lugar, miró hacia arriba y le dijo: Zaqueo, date prisa y desciende, porque hoy debo quedarme en tu casa. 6 Entonces él se apresuró a descender y le recibió con gozo[d]. 7 Y al ver esto, todos murmuraban, diciendo: Ha ido a hospedarse con[e] un hombre pecador. 8 Y Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguno, se lo restituiré cuadruplicado. 9 Y Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa, ya que él también es hijo de Abraham; 10 porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido. Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION ¿Cómo Orar Como Jesús Oraba? “…SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR…” (Lucas 11:1) Al oír orar a Jesús, los discípulos le pidieron: “Señor, enséñanos a orar” (Lucas 11:1). Es poco probable que Jesús quisiera enseñarles una oración repetitiva, puesto que ya les había dicho: “Y al orar no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos” (Mateo 6:7). Su respuesta fue mucho más que una fórmula; les estaba enseñando principios de oración eficaces y poderosos. Veamos cómo nos podemos beneficiar de ellos. William Barkley expuso: “La oración del Padrenuestro tiene dos partes: la primera bendice a Dios, la segunda a nosotros. Si cuidas de la primera parte, la segunda está garantizada”. La oración comienza con “Padre Nuestro”. Tiene que ver con Su familia, tanto individual como colectivamente. Jesús usó el plural “nosotros” y “nuestro” para indicar que la oración es algo plural, donde oramos con alguien y por alguien, no sólo por nosotros. También nos enseña el poder que hay en ponernos de acuerdo en oración (Mateo 18:19). Antes de pedirle nada, tenemos que reconocer la paternidad de Dios, porque la oración tiene que ver con: a) Las relaciones. El Padre y Sus hijos, aquellos que han sido redimidos por fe en la sangre de Su Hijo unigénito. Ésa es la base de confianza en la que estás afirmado cuando oras. b) La sumisión. Los discípulos de Jesús compr endieron que la paternidad implicaba autoridad y dirección. La oración no es un intento de hacer que Dios se ponga de acuerdo con tu voluntad, sino de ponerte tú de acuerdo con la Suya y con Su palabra. Él es un guardador de promesas, no un padre indulgente. “…ALCANZAR MISERICORDIA Y HALLAR GRACIA…” (Hebreos 4:16) Cuando oras “Padre Nuestro…” estás definiendo las otras relaciones de tu vida: a) Tu relación con el mundo material. Puesto que Dios es tu Padre, no eres un extraño sino heredero de las bendiciones de Su universo (Salmo 24:1). Con todo, debes tener cuidado con los valores del mundo: “Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él” (1 Juan 2:15). Nada tiene que usurpar el lugar de Dios. b) Tu relación con los demás. Todos los humanos son creación del Padre y por ende, debes aceptarlos, amarlos y valorarlos. Se nos manda que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, sin importar el color, las creencias o la posición social. No tenemos que competir con ellos, ni procurar ser superiores a ellos o usarlos para fines egoístas. c) Tu relación contigo mismo. Dios dice que Él es tu Padre; podemos fundamentar nuestra autoestima en esa verdad. No importa lo que te hayan dicho o hecho para menoscabarte y hacerte sentir inferior; con Dios puedes llevar la cabeza muy alta. Si Dios te llama Su hijo, no eres insignificante. d) Tu relación con Dios. Gracias a la relación con Jesús el Padre te declara “acepto en el Amado” (Efesios 1:6). Él te acepta igual que a Jesucristo. “Pero a quienes lo recibieron… les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios” (Juan 1:12 DHH). Ya no tienes que acudir a Él con temor. Ahora puedes acercarte “confiadamente al trono de la gracia, para alcanza r misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16). ¡No existe nada mejor! ¿Comó Orar Como Jesús? “…¿ACASO HAY ALGO QUE SEA DIFÍCIL PARA MÍ?” (Jeremías 32:17) Las palabras “Padre Nuestro” Nos recuerdan el amor incondicional de Dios. ¿Has mirado alguna vez a un niño que sufre y tenido el deseo de hacer algo para aliviar su dolor, pero te has sentido impotente ante la situación? “Que estás en los cielos” Nos recuerda del poder ilimitado de Dios para hacer lo que nosotros no podemos. “…Yo soy… Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?” (Jeremías 32:17). La respuesta no se deja esperar: “No, nada, absolutamente nada, Tú e res extraordinario”. Puedes estar seguro de que todo aquello a lo que le mueve Su amor, será hecho por Su gran poder. “Santificado sea Tu Nombre” diferencia Su Nombre y Su carácter de todos los demás. “Santificado” en griego significa que es diferente, especial, el Único. En estos tiempos donde se está perdiendo el respeto por la autoridad, porque eso reta la imagen distorsionada y embellecida que tenemos de nosotros, Jesús nos enseña a orar: “Padre Nuestro, haz que te demos el lugar que Tu Santo Nombre y Tu carácter merecen”. “Venga tu reino” Jesús vino a anunciar el Reino de Dios; ése fue el foco de su evangelio. El reino de Abraham, Isaac, Jacob, etc. habían pasado. El reino presente abarca a quienes reconocen a Jesús como su Seño r. Y el futuro abarcará toda la Tierra, cuando regrese Jesucristo. Cada vez que te sometes a la voluntad de Dios, Su reino está en acción. Como creyente, tú eres Su reino y Su poder está en ti. “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6:10). Nadie cuestiona la voluntad de Dios en el cielo. Y así debería ser en tu vida. Jesús nos instruye a que oremos y creamos que lo que pasa en el cielo también se cumplirá a través de ti aquí en la tierra. “EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA, DÁNOSLO HOY” (Lucas 11:3) La segunda parte de la oración del Padrenuestro tiene que ver con nuestro diario vivir: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” (Lucas 11:3). Tu Padre quiere suplir tus necesidades físicas y financieras. Jesús usó la palabra “comida”. A Dios le preocupan tus necesidades diarias más que a ti. Él multiplicó la comida para alimentar a más de cinco mil personas hambrientas. “[Jesús]… sanó a todos los enfermos” (Mateo 8.16). Él quiere ayudarte en tu necesidad. “No os angustiéis, pues, diciendo: “¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?” (Mateo 6:31). El “panadero” divino nos da pan fresco todos los días. Así que confía en que Él suplirá todas tus necesidades hoy, y también mañana. “Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” (Mateo 6:12). En el momento en que entras en la presencia de Dios, te concientizas de tu pecado. Y satanás tratará de condenarte. ¿Cómo? Haciéndote sentir incómodo y no bienvenido a la presencia de Dios. Pero satanás es un mentiroso, porque “ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús…” (Romanos 8:1). El Espíritu Santo no te revela los pecados para condenarte sino para motivarte a confesarlos y recibir Su perdón. La Palabra de Dios identifica varias categorías de pecado que tenemos que reconocer: El quedarnos cortos de lo que se nos requiere; el incumplimiento de una regla; los descuidos inintencionados o tal vez motivados; la desobediencia y rebeldía deliberadas; el no pagar tus deudas; el pecado de omisión. Sea cual sea tu pecado, en el momento en que lo confiesas y pides a Dios que te perdone, Él te restaura (1 Juan 1:9). “…ÉL OS DARÁ TAMBIÉN UNA SALIDA…” (1 Corintios 10:13 CST) “…Como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” (Mateo 6:12). Perdonar a otros no es optativo, es obligatorio; ser perdonado depende de nuestro perdón a los demás. La familia de Robert Louis Stevenson solía decir el Padrenuestro antes de cenar. Una noche éste se levantó de la mesa antes de llegar a la parte de “…Como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Cuando le preguntaron por qué se levantaba de la mesa, dijo: ‘No estoy listo para hacer esta oración hoy’. El joven Stevenson sabía que no podía recibir el perdón de Dios si él no estaba dispuesto a perdonar. “…Si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis… tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” (Mateo 6:14-15). Por mucho que te hayan lastimado, Dios te pide que perdones. “No nos metas en tentación…” (Mateo 6:13). Esta petición parece contradecir la Palabra de Dios: “Cuando alguno es tentado no diga que es tentado de parte de Dios, porque Dios no puede ser tentado por el mal ni Él tienta a nadie” (Santiago 1:13). William Barclay dice que el término hebreo original significa “prueba”, es decir, los sufrimientos, las desgracias y las experiencias dolorosas de la vida. Un atleta también puede usar esas palabras con su entrenador: ‘No me fuerces a hacer más de lo que puedo’. Necesitamos reconocer tres realidades: 1) que como humanos tenemos debilidades y limitaciones; 2) que Dios controla tus pruebas; 3) que quiere que pidas ayuda y no las manejes tú solo. “Dios es fiel, y no permitirá que… seáis tentados más allá de lo que podáis aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, Él os dará también una salida a fin de que podáis resistir” (1 Corintios 10:13 CST). No sólo acudirá en tu auxilio, sino que además usará esa experiencia para fortalecerte espiritualmente. “…LÍBRANOS DEL MALIGNO” (Mateo 6:13 DHH) “…Líbranos del mal” (Lucas 11:4). El original griego dice: “Líbranos del maligno”; o sea, no se trata de una entidad abstracta llamada “mal”, sino del verdadero diablo. ¿Tenemos que tenerle miedo a satanás, entonces? No, pero sí debemos estar alerta a sus estrategias (1 Pedro 5:8-9). Si no nos revestimos con la armadura completa de Dios, seremos propensos a la derrota (Efesios 6:10-18). Pero cuando estamos alertas y bien armados, no hay nada que temer, porque “…mayor es el que está en vosotro s que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4). Es Jesús, y no tú, quien garantiza la victoria. El Espíritu Santo que mora en ti te permite resistir al maligno. “Os doy potestad… sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará” (Lucas 10:19). Cuando estás combatiendo contra el maligno, esta oración activa el poder del “Gran Yo Soy” que vive en ti, y por Su fortaleza puedes triunfar sobre él. Haz, además, que la Palabra de Dios more en tu mente y en tu corazón para poder repeler las tentaciones de satanás, como lo hizo Jesús con “Está escrito” (Mateo 4:3-11). En esa ocasión satanás fue derrotado con el poder de la Palabra de Dios, y lo mismo ocurrirá en tu caso. “…Porque tuyo es el Reino, el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén”. (Mateo 6:13). Una gran nota final de reconocimiento y adoración; no queda vacilación ni incertidumbre. Es similar a la doxología de David: “Tuya es, Señor, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor… Tuyo, Señor, es el reino, y Tú eres excelso sobre todos” (1 Crónicas 29:11). Tus oraciones serán efectivas si oras en fe a un Dios tan majestuoso. Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION ¿Joven eres débil o capaz? Un educador requería solicitar permiso de sus clases puesto que debía realizar un viaje de suma urgencia. La institución en la que trabajaba le pidió que llevara un reemplazo para la semana que se ausentaría. El profesor llevó a un joven para que lo supliera, a lo que el director en tono burlesco dijo: “Se hace la burla, ¿no?” Lo que no sabía es que aquel hombre era un respetado líder y educador de jóvenes. Para un joven es difícil que una persona de mayor edad pueda ver su valor, en especial porque la edad refleja también su tiempo de experiencia; además, porque muchos jóvenes se hacen conocer más por sus debilidades que por su capacidad. Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. 1 Timoteo 4:12 Dios nos dice en este versículo que no permitamos que las personas tengan en poco nuestra juventud, pero que no nos defendamos con palabras sino con nuestro “ejemplo”. Ser modelo con la actitud correcta como, por ejemplo, pidiendo perdón o perdonando, controlando nuestras palabras (en especial cuando algo nos molesta), mostrando amor al prójimo al ayudarlo o preocupándonos por él, en buscar la presencia de Dios con oración y lectura de su palabra, con fe, procurando constantemente hacer lo correcto y renunciando a aquello que no agrada a Dios. Si haces esto, no dejarás que nadie te menosprecie por ser joven ya que habrás logrado algo que es digno de respetar y que muchos, a pesar de la experiencia, no pueden. En los ancianos está la ciencia, y en la larga edad la inteligencia. Job 12:12 Es necesario aclarar que un joven siempre debe respetar y tener presente el consejo de una persona mayor, ya que en la misma experiencia está la sabiduría y la inteligencia. Como jóvenes tenemos demasiado por aprender y debemos ser humildes en recibirlo. ¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que lo demuestre con su buena conducta, mediante obras hechas con la humildad que le da su sabiduría. Santiago 3:13 NVI Seas adolescente, joven, adulto o anciano, tu sabiduría y entendimiento se mostrará en tus actitudes, realizando el servicio de Dios con toda humildad y sin menospreciar a otros. Es difícil ser ejemplo por las debilidades que uno tiene, pero no es imposible. Te animo a esforzarte porque así como joven mostrarás tu valor y como adulto tu sabiduría. ¡No busquen un título, sino la actitud correcta! Shirley Chambi CVCLAVOZ

jueves, 21 de mayo de 2015

MATEO 22:37-40 EL GRAN MANDAMIENTO

http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/ facebook un encuentro con la palabra http://www.amigosporisrael.org/ Mateo 22:37-40 La Biblia de las Américas (LBLA) El gran mandamiento 34 Pero al oír los fariseos que Jesús había dejado callados a los saduceos, se agruparon; 35 y uno de ellos, intérprete de la ley[l], para ponerle a prueba[m] le preguntó: 36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley? 37 Y El le dijo:AMARAS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZON, Y CON TODA TU ALMA, Y CON TODA TU MENTE.38 Este es el grande y el primer mandamiento. 39 Y el segundo es semejante a éste: AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO. 40 De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas. Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION ¿Cómo Conocer La Voluntad De Dios y Cumplirla? “BUSCA SU VOLUNTAD EN TODO LO QUE HAGAS, Y ÉL TE MOSTRARÁ CUÁL CAMINO TOMAR” (Proverbios 3:6 NTV) Nada es más importante que discernir la voluntad de Dios y caminar en ella. Cuando no conoces Su voluntad, te sientes muy inseguro. Pero si sabes que estás caminando en ella, eso te permite superar las dificultades que la vida te depare. ¿Quiere Dios que conozcamos su voluntad? De otra forma, no tiene sentido buscarla. Dejemos que sea Su Palabra la que responda a esa pregunta: “Busca Su voluntad en todo lo que hagas, y Él te mostrará cuál camino tomar” (Proverbios 3:6 NTV). No hay lugar a dudas. “El Señor dirige los pasos de los justos; se deleita en cada detalle de su vida” (salmo 37:23 NTV). La voluntad de Dios se manifiesta hasta en las cosas más pequeñas. Consideremos algunos principios bíblicos prácticos que respaldan la necesidad de conocer la voluntad de Dios: No puede haber dos voluntades. Si quieres hacer Su voluntad, tienes que estar dispuesto a rendir la tuya propia. Jesús dijo: “Mi Padre me envió, y Él me dice cómo debo juzgar a las personas. Por eso yo juzgo correctamente, porque no hago lo que yo quiero, sino lo que mi Padre me ordena hacer” (Juan 5:30 TLA). Es normal que las voluntades choquen así que tienes que elegir caminar en obediencia a Dios y ser firme con esa decisión (Mateo 26:39). Comienza tu búsqueda rindiendo tu voluntad; luego centra tu cor azón y tu mente en Dios y Su palabra. Una vez que aceptas que Él es el líder y tú el seguidor, es mucho más fácil decir: “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y Tu Ley está en medio de mi corazón” (Salmo 40:8). “…LA MENTALIDAD QUE PROVIENE DEL ESPÍRITU ES VIDA Y PAZ” (Romanos 8:6 NVI) Elige tener una mentalidad espiritual y no carnal. La carnalidad es parte íntegra de nuestra naturaleza no regenerada, y vive dentro de nosotros aun después de ser cristianos. Es como una fuerza de gravedad que nos atrae fuera de Dios y hacia un modo de vivir egocéntrico. La Biblia dice: “La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo” (Romanos 8:7 NVI). La mente carnal hace que seamos desconfiados, escépticos, orgullosos y nos ciega a la voluntad de Dios. Pero si tenemos una mente espiritual, nuestras decisiones giran alrededor de la Palabra de Dios y la guía de Su Espíritu. Y lo bueno es que “…vosotros no vivís según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en vosotros…” (Romanos 8:9 CST). Ceder ante los deseos de la carne no es inevitable. Puedes elegir ser dirigido o bien por la carne o por el Espíritu. ¿Cómo Conocer La Voluntad de Dios Y Cumplirla? Pedro, en un momento de gran inspiración espiritual, recibió una revelación de la deidad de Jesús: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: …No te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre…” (Mateo 16:16-17). Pero muy poco después, al escuchar el anuncio de Jesús de la muerte dolorosa que iba a padecer, en un momento de carnalidad, aunque con las mejores intenciones, Pedro se negó a aceptar esa verdad y exclamó: “…¡De ninguna manera, Señor! ¡Esto no te sucederá jamás!” (Mateo 16:22 NVI). La mente carnal es una invitación a satanás. Por eso lo reprendió Jesús: “…¡Aléjate de mí, satanás! Quieres hacerme tropezar; no piensas en las cosas de Dios sino en las de los hombres” (Mateo 16:23 NVI). Entonces, haz que tu mente esté dirigida por el Espíritu y dispuesta a hacer la voluntad de Dios. “…ÉSTA ES LA VOLUNTAD DE DIOS PARA CON VOSOTROS” (1 Tesalonicenses 5:18) Ora para conocer la voluntad de Dios. Esfuérzate por vivir en una actitud de oración. “Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros…” (1 Tesalonicenses 5:16-18). Estar gozoso, orar continuamente y dar gracias te coloca en el centro de la voluntad de Dios. Si solamente oras cuando estás desesperado, tus receptores espirituales se opacarán y tus impresiones serán nebulosas. La comunicación continua con Dios agudiza tus sentidos y afina tu capacidad de distinguir Su voz en medio de las demás. “Enséñame a hacer tu voluntad.. . mi Dios; tu buen Espíritu me guíe a tierra de rectitud” (Salmo 143:10). Busca a Dios y Él allanará tu camino. Recibe el consejo de otros como confirmación, pero no necesariamente como dirección. Pablo dijo: “…Cuando… Dios… me llamó por su gracia… no me apresuré a consultar con carne y sangre” (Gálatas 1:15-16). No aceptes el consejo de otras personas a menos de que concuerde con la palabra de Dios y la guía del Espíritu. Los amigos pueden ser una fuente de confirmación, pero no de revelación. Incluso tus propias experiencias e impresiones no son suficientes para discernir la voluntad de Dios a menos que estén en consonancia con Su Palabra. Pedro lo confirma en este pasaje relacionado con la transfiguración de Jesús: “Nosotros mismos oímos esa voz que vino del cielo cuando estábamos con Él en el monte santo. Esto ha venido a confirmarnos la palabra de los profetas, a la cual vosotros hacéis bien en prestar atención, como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro…” (2 Pedro 1:18-19 CST). Los convertidos por el mensaje de Pablo en Berea recibían sus enseñanzas con entusiasmo, pero luego las contrastaban con la Palabra de Dios escrita (Hechos 17:11). Ésa es siempre muy buena táctica. “QUE GOBIERNE EN VUESTROS CORAZONES LA PAZ DE CRISTO…” (Colosenses 3:15 CST) No te saltes el semáforo en rojo. Discernir el tiempo propicio es muy importante cuando estás buscando la voluntad de Dios. Espera hasta que Él abra la puerta, porque “…cuando abre nadie puede cerrar y cuando cierra nadie puede abrir” (Apocalipsis 3:7 DHH). La impaciencia, el actuar con independencia de Dios o el apresurarte a hacer algo sin estar seguro te meterá en problemas. Dios no pide tu opinión, sino tu obediencia. Y las luces rojas son parte de su estrategia. Una puerta cerrada es tan importante como una abierta cuando Dios está en control. Él le cerró puertas a Pablo en Asia y Bitin ia pero luego le abrió las de Macedonia (hechos 16:6-10). Haz caso al pitido del árbitro. La función del Espíritu Santo es vital; solamente Él conoce la mente de Dios y aclara las incógnitas de la búsqueda. Jesús dijo: “…Cuando venga el Espíritu de verdad, Él os guiará a toda la verdad… y os hará saber las cosas que habrán de venir” (Juan 16:13). Haz que tu sensibilidad al Espíritu Santo aumente cada día conforme le consultas en pequeños asuntos. Recuerda que no tienes por qué ser una autoridad en teología; ya estás cualificado para hacerlo. La Biblia dice: “Los hijos de Dios se dejan guiar por el Espíritu de Dios” (Romanos 8:14 PDT). Él te infundirá una gran paz interior cuando estés en el camino correcto. “La paz de Dios gobierne [haga de árbitro] en vuestros corazones [decidiendo con convencimiento todas las preguntas que surgen en la mente]…” (Colosenses 3:15). Que la paz de Dios en tu corazón sea la que tome las decisiones a lo largo del camino. De ese modo nunca te equivocarás. “…NO TRATO DE HACER LO QUE YO QUIERO, SINO LO QUE QUIERE EL PADRE QUE ME ENVIÓ” (Juan 5:30 PDT) Cuando la luz del semáforo se ponga verde, ¡adelante! Si trabajas en ventas es fundamental saber cuándo cerrar un trato. Los vendedores novatos a veces pierden ventas por “pasarse”. Presentan su producto y demuestran cómo satisface los requisitos del comprador. El precio es correcto y el cliente está listo para comprar, pero entonces el novato sigue “vendiendo” hasta que el usuario empieza a sospechar de sus intenciones y pierde la venta. Saber cuándo “cerrar” es esencial. Es muy bueno apuntar al blanco correcto, pero tienes que saber también cuándo apretar el gatillo. Confía en los pasos que has dado y avanza; si no, te quedarás estancado en un círculo vicioso de dudas. Llega un momento en tu búsqueda de la voluntad de Dios cuando tienes que dar ese paso decisivo, aunque te resulte intimidante. El estudio, la búsqueda, las oraciones, los debates, el comprobar una y otra vez; todo eso se quedará sin frutos si no actúas. Toda la fe del mundo no valdrá nada si te quedas corto de tu cometido y no pasas a la acción (Santiago 2:17-18). He aquí un test que puede ayudarte: 1) ¿Has sometido tu voluntad a Dios? 2) ¿Estás sirviéndole fielmente donde te colocó? 3) ¿Estás dispuesto a hacer lo que Él te revele? 4) ¿Has recibido y creído la dirección del Espíritu? 5) ¿Estás confiando en Su poder para cumplir lo que te ha indicado? Si las respuestas anteriores fueron afirmativas, ¡Entonces es hora de avanzar! No esperes a no tener miedo. Da ese primer paso, aunque estés asustado. Actúa con valentía, y el temor no te controlará ni te detendrá. Cuando el semáforo se ponga en verde, los recursos de Dios estarán a tu disposición para la tarea que te ha encomendado. ¡Ha llegado la hora de dar el paso! Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION Indispensable Si podríamos comparar a dos personas que hacen la misma actividad pero con la diferencia de que uno de ellos pone el corazón y el otro la fuerza ¿Quién crees que haría un mejor trabajo? Lo cierto es que la fuerza ayuda cuando la aplicamos en lo realizamos, pues se la necesita; en cambio cuando se pone el corazón la fuerza va incluida en el desempeño y trae consigo satisfacción no solo personal sino con Dios, cosa que no pasa cuando lo hacemos solamente por obligación o apariencia. 1 Corintios 13:1-3 (NTV) dice: “Si pudiera hablar todos los idiomas del mundo y de los ángeles pero no amara a los demás, yo solo sería un metal ruidoso o un címbalo que resuena. Si tuviera el don de profecía y entendiera todos los planes secretos de Dios y contara con todo el conocimiento, y si tuviera una fe que me hiciera capaz de mover montañas, pero no amara a otros, yo no sería nada. Si diera todo lo que tengo a los pobres y hasta sacrificara mi cuerpo, podría jactarme de eso; pero si no amara a los demás, no habría logrado nada.” En todo lo que hagamos debe haber amor dentro de nuestras acciones, pues como cristianos estamos llamados a manifestar a otros lo que hemos recibido de Dios. ¿De qué nos serviría ser y hacer grandes maravillas pero sin amor? Seríamos como el metal frío, sin vida y no seríamos nada. Así también si “seguiríamos” a Dios sin amarlo seríamos solo religiosos. Lo indispensable para la vida es tener amor, y como el amor proviene de Dios debemos tener una estrecha relación con Él. Si hoy reconoces que te falta lo indispensable no es tarde para pedir y recibir del Señor humildemente ese gran motor que te ayudará a hacer todo con amor. Ten por seguro que te ama y quiere que tú ames de igual forma. Soraida Fuentes CVCLAVOZ

miércoles, 20 de mayo de 2015

NAHUM 1:7 LA IRA DE DIOS CONTRA NINIVE

http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/ facebook un encuentro con la palabra http://www.amigosporisrael.org/ Nahúm 1:7 La Biblia de las Américas (LBLA) La ira de Dios contra Nínive 1 Profecía[a] sobre Nínive. Libro de la visión de Nahúm de Elcos. 2 Dios celoso y vengador es el SEÑOR; vengador es el SEÑOR e irascible[b]. El SEÑOR se venga de sus adversarios, y guarda rencor a sus enemigos. 3 El SEÑOR es lento para la ira y grande en poder, y ciertamente el SEÑOR no dejará impune al culpable. En el torbellino y la tempestad está su camino, y las nubes son el polvo de sus pies. 4 El reprende al mar y lo hace secar, y todos los ríos agota. Languidecen Basán y el Carmelo, y las flores del Líbano se marchitan. 5 Los montes tiemblan ante El, y los collados se derriten; sí, en su presencia se levanta la tierra, el mundo y todos los que en él habitan. 6 En presencia de su indignación, ¿quién resistirá? ¿Quién se mantendrá en pie ante el ardor de su ira? Su furor se derrama como fuego, y las rocas se despedazan ante El. 7 Bueno es el SEÑOR, una fortaleza en el día de la angustia, y conoce a los que en El se refugian. 8 Pero con inundación desbordante pondrá fin a Nínive[c], y perseguirá a sus enemigos aun en las tinieblas. 9 Lo que traméis contra el SEÑOR, El lo hará completa destrucción; no surgirá dos veces la angustia. 10 Porque ellos como espinos enmarañados, y ebrios con su bebida, serán consumidos como paja totalmente seca. 11 De ti ha salido el que ha tramado el mal contra el SEÑOR, un consejero perverso[d]. 12 Así dice el SEÑOR: Aunque estén con todo su vigor y por más que sean muchos, aun así serán cortados y desaparecerán. Aunque te haya afligido, no te afligiré más. 13 Y ahora, quebraré su yugo de sobre ti, y romperé tus coyundas. 14 El SEÑOR ha dado una orden en cuanto a ti[e]: No se perpetuará[f] más tu nombre. De la casa de tus dioses arrancaré los ídolos[g] y las imágenes de fundición. Yo prepararé tu sepultura, porque eres vil. 15 [h]He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra tus fiestas, Judá, cumple tus votos. Porque nunca más volverá a pasar por ti el malvado[i]; ha sido exterminado por completo. Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION Tu Eres Un “Sacerdote” en el trabajo “FRUCTIFICAD Y MULTIPLICAOS… EJERCED POTESTAD” (Génesis 1:28) Si quieres saber cuál fue el plan original de Dios para cada uno de nosotros mira a Adán: “Y creó Dios al hombre a su imagen… Los bendijo Dios y les dijo: «Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; ejerced potestad… sobre la tierra»” (Génesis 1:27-28). Fuimos creados para ser productivos, para multiplicarnos y para gobernar. Y toda profesión conocida abarca esas tres funciones. Un sacerdote es alguien que representa a Dios en nombre de otros y a otros en nombre de Dios. Y ésa es la descripción original de todos nosotros. Fuimos hechos a la imagen de Dios para seguir Su obra, que consiste en hacer florecer la tierra para que la tierra alabe a Dios. Toda obra humana fue concebida por Dios para ser una obra sacerdotal. No solamente los clérigos o los misioneros han sido llamados por Dios, ni tampoco son necesariamente los que más le agradan, o los más importantes para Él. El erudito bíblico N.T. Wright nos describe una imagen muy bonita de este concepto. Él imagina a los humanos como espejos colocados en un ángulo de 45° entre el cielo y la tierra. Fuimos creados para reflejar el cuidado y el dominio de Dios en la tierra y reflejar de vuelta la alabanza y la gratitud de la creación a Dios. Eso lo que hacemos cuando trabajamos. Tienes un llamado. Tienes dones. Eres sacerdote. Y eso no está relacionado sólo con tu colaboración en la iglesia. Tu esfera laboral es el lugar por excelencia donde vives tu llamado. Cuando empiezas a verte a com o “ordenado por Dios” para hacer el trabajo que haces, eso te hará sonreír, te dará energía y añadirá dignidad a tu labor. “VOSOTROS SOIS… REAL SACERDOCIO…” (1 Pedro 2:9) En su libro Hábitos del Corazón, el sociólogo Robert N. Bellah describe tres actitudes que la gente tiene hacia su trabajo. Hay un grupo de personas para quienes el trabajo no es más que eso, un empleo, una forma de hacer dinero y pagar las facturas. Como decía la adhesivo de un automóvil “Debo mucho dinero así que tengo que ir a trabajar”. Pero si lo único que importa es lo que puedes sacar de tu trabajo, acabarás amargándote. El segundo grupo ve su trabajo como una carrera. En este caso la motivación va a ser mayor, pero se hará hincapié nada más en progresar y tener prestigio. Significa, entonces, que si tu carrera no va bien, puedes pensar que tu valía está en entredicho. El tercer grupo ve su trabajo como un llamamiento. Eres Un Sacerdote En Tu Trabajo Ahora bien, por lógica, si hay un llamado significa que alguien llama ¿no? Ese alguien es Dios. Tú no eres el que llama, si no el que es llamado, y cualquier trabajo que repercuta para bien y que sea de bendición para otros y cumpla los propósitos de Dios es un llamamiento. Es posible que un médico o un clérigo vean su trabajo como un mero empleo, un medio de ganar un buen sueldo. Y es posible también que un barrendero considere su labor -hacer del mundo un lugar más limpio- como un llamamiento. No le estamos quitando importancia a quienes están en los púlpitos y predican; estamos dándoles mayor relevancia a los que sirven a Dios 40 horas a la semana en otros muchos campos laborales. La clave es ésta: si el trabajo se hace bien, ambos grupos oirán el elogio del Señor: “…¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel!…” (Mateo 25:23 NVI). “ES DIOS QUIEN LO INSTRUYE Y LE ENSEÑA CÓMO HACERLO” (Isaías 28:26 NVI) Todos los agraciados de la lotería suelen hacer el mismo comentario cuando les toca: ‘Ganar todo ese dinero no me va a cambiar la vida’. Pero raramente es así. Seis meses más tarde ya han dejado su trabajo y comprado una casa nueva. Una encuesta entre este grupo de personas confirmó dos cosas: 1) La mayoría de ellos era más infeliz después del premio que antes. ¿Por qué? Por la desilusión y el resentimiento con algunos familiares y amigos, a causa de las demandas de éstos y sus expectativas no cumplidas. 2) Ninguno de ellos podría vivir ya sin el dinero ganado. Cuando has tenido mucho dinero, sueles sentirte muy desgraciado con menos. No obstante, tener más dinero no significa que valgas más. Escribió Isaías: “Cuando un agricultor ara para sembrar ¿lo hace sin descanso? ¿No siembra trigo en hileras…? Es Dios quien lo instruye y le enseña cómo hacerlo… esto viene del Señor Todopoderoso…” (Isaías 28:24-29 NVI). Significa eso que ya seas agricultor o bombero, ¡Dios te dio ese trabajo! Ése es tu llamado y su propósito no se limita a brindarte seguridad financiera. Fue concebido para darte dignidad y valía, y para cumplir los objetivos de Dios en la tierra. El teólogo Miroslav Volf escribe: “Todo trabajo humano, ya sea sencillo o complicado, es posible gracias a la intervención del Espíritu de Dios en la persona que trabaja; y toda tarea cuyo resultado y naturaleza refleje los valores de la nueva creación se cumple bajo las instrucciones y la inspiración del Espíritu de Dios”. Entonces, “Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor…” (Colosenses 3:23). Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION ¡Suelta ese peso! Hace poco tuve la oportunidad de conocer un cañadón de 100 metros de profundidad formado en millones de años por la acción erosiva de las aguas. Éste se caracteriza por tener posas naturales de agua cristalina y varias cascadas que salen de las rocas. Es un hermoso lugar, pero para llegar ahí uno tiene que llevar sólo lo necesario, porque son como 700 gradas las que hay que bajar y el terreno está lleno de rocas, piedras, arena y agua. Fue un error poner en mi mochila más cosas de las que debía llevar, porque el peso que tenía en mis hombros me desestabilizaba al cruzar determinados tramos. Al encontrarnos en una zona más rocosa y en la cual tuvimos que saltar un par de veces distancias un poco altas, mi guía me la pidió y la cargó. Me dio pena que él la llevara, por eso al terminar de pasar ese trecho, le agradecí por haberme ayudado y la volví a cargar para seguir el recorrido. Comparo la vida con un viaje parecido a éste, en el que no todos los tiempos serán fáciles sino que enfrentaremos momentos de mucha presión, en los cuales nuestra fe será probada, pero debemos recordar que no estamos solos y que Jesús dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” Mateo 11:28 Sólo entregándole todas nuestras cargas es que podremos seguir adelante, no hay otra forma. A diferencia de mi guía, Jesús en ningún momento te devolverá tus cargas, no cometas el error de quedarte con peso innecesario ni volver a cargar cosas del pasado como: odio, falta de perdón, amargura, resentimiento, venganza, temores, etc. Entrégaselos todos a Jesús porque Él sabe exactamente qué hacer con ellos. Te está brindando su ayuda porque quiere que llegues a tu destino y así evitar que te desvíes o te quedes en la mitad del camino. Sólo depende de ti aceptarla. El amor de Jesús es lo único que puede darte la paz y el descanso que has estado anhelando durante tanto tiempo. Y el obedecer los principios que nos dejó en la Biblia, nuestro manual de vida, te asegurará hacer su voluntad y tener contentamiento. La obediencia con retraso es en realidad desobediencia y esa actitud sólo demora que las bendiciones de Dios lleguen a tu vida. Brisna Bustamante CVCLAVOZ

martes, 19 de mayo de 2015

JEREMIAS 17:9 EL PECADO IMBORRABLE DE JUDA

http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/ facebook un encuentro con la palabra http://www.amigosporisrael.org/ Jeremías 17:9 La Biblia de las Américas (LBLA) El pecado imborrable de Judá 17 El pecado de Judá está escrito con cincel de hierro, con punta de diamante[a] está grabado sobre la tabla de su corazón y en los cuernos de sus[b] altares. 2 Como ellos se acuerdan de sus hijos, así se acuerdan de sus altares y de sus Aseras[c] junto a los árboles frondosos, en las altas colinas. 3 Oh montaña mía en el campo, tus riquezas y todos tus tesoros entregaré al saqueo, a causa del pecado de tus lugares altos en todo tu territorio[d]. 4 Y por tu causa harás que se pierda la heredad que yo te di; te haré servir a tus enemigos en una tierra que no conoces; porque habéis prendido un fuego en mi ira que arderá para siempre. 5 Así dice el SEÑOR: Maldito el hombre que en el hombre confía, y hace de la carne su fortaleza[e], y del SEÑOR se aparta su corazón. 6 Será como arbusto en el yermo y no verá el bien cuando venga; habitará en pedregales en el desierto, tierra salada y sin habitantes. 7 Bendito es el hombre que confía en el SEÑOR, cuya confianza es el SEÑOR. 8 Será como árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces junto a la corriente; no temerá cuando venga el calor, y sus hojas estarán verdes; en año de sequía no se angustiará ni cesará de dar fruto. 9 Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién lo comprenderá? 10 Yo, el SEÑOR, escudriño el corazón, pruebo los pensamientos[f], para dar a cada uno según sus caminos, según el fruto de sus obras. 11 Como perdiz que incuba lo que no ha puesto, es el que adquiere una fortuna, pero no con justicia, en la mitad de sus días lo abandonará, y al[g] final será un insensato. 12 Trono de gloria, enaltecido desde el principio es el lugar de nuestro santuario. 13 Oh SEÑOR, esperanza de Israel, todos los que te abandonan serán avergonzados. Los que se apartan de ti[h] serán escritos en el polvo[i], porque abandonaron al SEÑOR, fuente de aguas vivas. 14 Sáname, oh SEÑOR, y seré sanado; sálvame y seré salvo, porque tú eres mi alabanza. 15 Mira, ellos me dicen: ¿Dónde está la palabra del SEÑOR? Que venga ahora. 16 Pero yo no me he apresurado a dejar de ser tu pastor[j], ni el día de angustia he anhelado; tú sabes que lo que ha salido de mis labios en tu presencia está. 17 No seas para mí terror; tú eres mi refugio en el día de calamidad. 18 Sean avergonzados los que me persiguen, pero no sea yo avergonzado; sean atemorizados ellos, pero que no me atemorice yo. Trae sobre ellos el día de calamidad, y destrúyelos con doble destrucción. 19 Así me dijo el SEÑOR: Ve y ponte a la puerta de los hijos del pueblo, por la cual entran y salen los reyes de Judá, y asimismo en todas las puertas de Jerusalén, 20 y diles: “Escuchad la palabra del SEÑOR, reyes de Judá, todo Judá y todos los habitantes de Jerusalén que entráis por estas puertas: 21 “Así dice elSEÑOR: ‘Guardaos, por vuestra vida, de llevar carga en día de reposo, y de meterla por las puertas de Jerusalén. 22 ‘Tampoco saquéis carga de vuestras casas en día de reposo, ni hagáis trabajo alguno, sino santificad el día de reposo, como mandé a vuestros padres. 23 ‘Sin embargo, ellos no escucharon ni inclinaron sus oídos, sino que endurecieron su cerviz para no oír ni recibir corrección. 24 ‘Pero sucederá que si me escucháis con atención —declara el SEÑOR— no metiendo carga por las puertas de esta ciudad en día de reposo, y santificáis el día de reposo, sin hacer en él trabajo alguno, 25 entonces entrarán por las puertas de esta ciudad reyes y príncipes que se sienten sobre el trono de David; vendrán montados en carros y caballos, ellos y sus príncipes, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén; y esta ciudad será habitada para siempre. 26 ‘Vendrán de las ciudades de Judá y de los alrededores de Jerusalén, de la tierra de Benjamín, de la tierra baja, de la región montañosa y del Neguev[k], trayendo holocaustos, sacrificios, ofrendas de grano e incienso, y trayendo sacrificios de acción de gracias a la casa del SEÑOR. 27 ‘Pero si no me escucháis en cuanto a santificar el día de reposo, y traéis carga y entráis por las puertas de Jerusalén en día de reposo, entonces prenderé fuego a sus puertas, que consumirá los palacios[l] de Jerusalén, y no se apagará.’” Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION 7 Versículos Bíblicos Sobre El Corazón Nada revela más acerca de nuestros corazones que nuestras palabras y acciones. Nuestro corazón contiene las motivaciones de lo que hacemos y por qué lo hacemos. Nos sentimos alentados por las escrituras pero prestamos poca atención a nuestros corazones con la debida diligencia. A medida que continuamos creciendo en nuestra relación con Jesucristo, nuestro corazón se hará más fuerte contra el pecado y más tierno hacia las personas, especialmente a los perdidos. Lee conmigo los siguientes 7 versículos de la Biblia que hablan sobre el corazón del hombre: 1) En El Corazón Se Guarda La Palabra “En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.” (Salmo 119: 11). Memorizar la palabra de Dios con regularidad permite a nuestros corazones tener en cuenta de las enseñanzas de la Biblia. Esto es valioso para nosotros cuando nos enfrentamos a pruebas y tentaciones. Podemos confiar en la palabra de Dios para animarnos, fortalecernos y ayudarnos a vencer el mal. La clave para guardar su Palabra en nuestros corazones es elegir específicamente las escrituras correctas para cada situación, de esta manera encontraremos en nuestros corazones un tesoro de esperanza. 2) El Corazón Trae Alegría “El corazón alegre constituye buen remedio;Mas el espíritu triste seca los huesos.” (Proverbios 17:22). Cuando tenemos alegría en nuestros corazones, no se puede dejar de derramarla a los que están a nuestro alrededor. Traemos la medicina de la alegría no porque la situación es grande, sino porque Dios es más grande que cualquier situación. Nuestra alegría se renueva cuando nos quedamos en la presencia de Dios a través de la oración y el estudio de la Biblia. La clave para tener un corazón alegre es mantener nuestra mente enfocada en Dios y su gracia sobre nuestras vidas. 3) El Corazón Nos lleva a La salvación “Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” (Romanos 10:10). La salvación comienza con un corazón creyente. Está en nuestros corazones la capacidad de creer para que el Espíritu Santo nos convenza de pecado y nos llame hacia la cruz. Cuando elegimos responder con fe, nuestros corazones son cambiados a través del poder del Espíritu Santo y nunca más seremos los mismos. La clave para que nuestro corazón alcance la salvación es a través de aceptar el sacrificio del Salvador Jesucristo por nuestros pecados. 4) El Corazón Establece Una Actitud De Entrega “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.” (2 Corintios 9:7). Ningún creyente debería ser obligado a dar; más bien nuestros corazones deberían ser tocados por Dios para dar como Él nos pide. Le damos al reino de Dios no porque esperamos conseguir algo a cambio, sino más bien damos de agradecimiento por lo que el Señor nos ha dado. La clave para dar con un corazón alegre es recordar todas las muchas bendiciones que Dios ha derramado sobre nosotros. 5) El Corazón está Guardado Por La Paz “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:7). Una de las mejores bendiciones de ser un creyente en Jesucristo es la paz que se eleva por encima de cualquier situación de la vida. Mientras que otros están preocupándose por todo en la vida, los creyentes tienen el poder del Espíritu Santo para proteger sus corazones y sus mentes con la paz que no tiene explicación humana. Tener paz permite a los creyentes pasar por situaciones difíciles y dolorosas sin pesar. La clave para tener paz en nuestros corazones se manifiesta entregando todas nuestras oraciones a Dios y confiar en Él para cuidar de cada una de ellas. 6) El Corazón Está Puesto En El cielo “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.” (Colosenses 3:1). Cuando nuestros corazones están puestos en el cielo, podemos elevarnos por encima de los problemas de este mundo en nuestra vida. Podemos mirar al cielo y saber que nuestro Dios vive y se mueve a nuestro alrededor. Enfocar nuestros corazones en las cosas de arriba nos libera de las ataduras del materialismo y de buscar ganancias egoístas. Nos mueve a vivir teniendo en cuenta un destino celestial en todo momento. La clave para tener un corazón enfocado en el cielo es un dar un paso atrás y realinear todos nuestros deseos con la palabra de Dios en mente. 7) El Corazón Está Motivado Para Trabajar “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;” (Colosenses 3:23). Hay un mayor deseo de trabajar si el foco permanece en Dios y no en el hombre. Mientras vivimos para complacer al hombre, vamos a renunciar a los mayores propósitos de Dios para nuestras vidas. Hay que esforzarse por una vida de trabajo para Dios sabiendo que nuestra recompensa le incumbe exclusivamente a Él. La clave para un corazón que está motivado en el trabajo se basa en el conocimiento de que Dios está en control. ¿Esta Tu Corazón Sano? Así como el cuerpo no puede funcionar bien sin un corazón sano, así tampoco el cristiano sin un corazón sano espiritualmente, seremos lentos en nuestro trabajo, perderemos la fuerza al escuchar la palabra de Dios, y tardaremos para reconocer su presencia. Las disciplinas consistentes de la fe cristiana como son la oración, estudio de la Biblia, y el compañerismo mantendrán nuestros corazones espirituales bombeando fuerte hacia nuestro destino eterno. Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION Sin soportes En cierta oportunidad un muchacho caminaba con su padre cerca del río, cuando de repente vio algo que lo inquietó. - ¡Mira papá! Están quitando los palos de debajo del puente. ¿Por qué lo hacen? ¿No se hundirá? - Están quitándolo para que las vigas puedan descansar más firmemente sobre las columnas de piedra que ahora están terminadas. Muchas veces nuestras vidas están apoyadas en cosas materiales y pasajeras o sobre personas, que si bien pueden ser familiares o amigos muy cercanos, todos son humanos; entonces, cuando el soporte de nuestra vida está en ellos, Dios decide, al igual que en la historia, quitar esos palos para que podamos aprender a descansar plenamente en Él. Posiblemente hoy estés con problemas familiares y no sabes cómo salvar tu matrimonio o ayudar a tus hijos; quizás has perdido tu trabajo y los acreedores no te dan un respiro o tal vez te han diagnosticado alguna enfermedad grave. Todas estas pruebas, los tiempos de crisis siempre nos hacen sentir más desvalidos, nos mueven el piso y sentimos que nuestro mundo está a muy poco de desmoronarse. No temas, si ahora mismo sientes que aquellas cosas que te sostenían están siendo removidas confía en Dios. Él es la Roca que no se mueve, no cambia, no te abandona y te sostiene cuando todo lo demás falla. El rey David, en el Salmo 56: 3 dijo: “Pero cuando tenga miedo, en ti pondré mi confianza.” Poner nuestra seguridad en Dios, es lo más sabio que podemos hacer. Descansar en sus promesas nos ayuda a vivir en paz y confiadamente. No temas ni te desalientes, aunque sientas que tu mundo se está moviendo, Dios está ahí contigo, Él te sostendrá, ayudará, fortalecerá, guiará y guardará tu vida en todo tiempo y nunca permitirá que tu vida se desmorone. “Pues ¿quién es Dios aparte del Señor? ¿Quién más que nuestro Dios es una roca sólida?” Salmos 18:31 Deposita todas tus cargas y ansiedades en Dios porque tu vida está segura en Él. Ana María Frege Issa CVCLAVOZ

viernes, 15 de mayo de 2015

ISAIAS 26:3 CANTICO DE CONFIANZA

http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/ facebook un encuentro con la palabra http://www.amigosporisrael.org/ Isaías 26 :3 La Biblia de las Américas (LBLA) Cántico de confianza 26 En aquel día se cantará este cántico en la tierra de Judá: Ciudad fuerte tenemos; para protección[a] El pone murallas y baluartes. 2 Abrid las puertas para que pueda entrar la nación justa, la que permanece fiel[b]. 3 Al de firme propósito guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. 4 Confiad en el SEÑOR para siempre, porque en DIOS[c] el SEÑOR, tenemos una Roca eterna. 5 Porque El ha abatido a los que moran en lo alto, a la ciudad inexpugnable; la humilla, la humilla hasta la tierra, la derriba hasta el polvo. 6 La hollará el pie: los pies de los afligidos, las pisadas de los desvalidos. 7 La senda del justo es rectitud; tú, que eres recto, allana el sendero del justo. 8 Ciertamente, siguiendo la senda de tus juicios, oh SEÑOR, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el anhelo del alma. 9 En la noche te desea mi alma[d], en verdad mi espíritu dentro de mí te busca[e] con diligencia; porque cuando la tierra tiene conocimiento de tus juicios, aprenden justicia los habitantes del mundo. 10 Aunque se le muestre piedad al impío, no aprende justicia; obra injustamente en tierra de rectitud, y no ve la majestad del SEÑOR. 11 Oh SEÑOR, alzada está tu mano, mas ellos no la ven. Que vean tu celo por el pueblo y se avergüencen; ciertamente el fuego devorará a tus enemigos[f]. 12 SEÑOR, tú establecerás paz para nosotros, ya que también todas nuestras obras tú las hiciste por nosotros. 13 Oh SEÑOR, Dios nuestro, otros señores fuera de ti nos han gobernado; pero en ti solo confesamos[g] tu nombre. 14 Los muertos no vivirán, los espíritus[h] no se levantarán, pues los castigaste[i] y destruiste, y has borrado todo recuerdo de ellos. 15 Has aumentado la nación, oh SEÑOR, has aumentado la nación, te has glorificado, has ensanchado todos los límites de la tierra. 16 Oh SEÑOR, en la angustia te buscaron; apenas susurraban una oración[j], cuando tu castigo estaba sobre ellos. 17 Como la mujer encinta, al acercarse el momento de dar a luz, se retuerce y grita en sus dolores de parto, así éramos nosotros delante de ti, oh SEÑOR. 18 Estábamos encinta, nos retorcíamos en los dolores, dimos a luz, al parecer, sólo viento. No logramos liberación para la tierra, ni nacieron[k] habitantes del mundo. 19 Tus muertos vivirán, sus[l] cadáveres se levantarán. ¡Moradores del polvo, despertad y dad gritos de júbilo!, porque tu rocío es como el rocío del alba[m], y la tierra dará a luz[n] a los espíritus[o]. 20 Ven, pueblo mío, entra en tus aposentos y cierra tras ti tus puertas; escóndete por corto tiempo[p] hasta que pase la indignación. 21 Porque he aquí, el SEÑOR va a salir de su lugar para castigar[q] la iniquidad de los habitantes de la tierra[r], y la tierra pondrá de manifiesto su sangre derramada y no ocultará más a sus asesinados. Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION ¿Qué te detiene? ¡El miedo a triunfar! “…PONÍAN LÍMITE AL SANTO DE ISRAEL” (Salmo 78:41 JBS) Unos científicos llevaron a cabo un experimento en el que metieron a unas ramas en tarros de cristal individuales, tapados para que no se escaparan. Al principio las ranas no dejaban de saltar, queriendo escapar, pero en cada intento se chocaban con la tapa. Después de treinta días de esfuerzos fallidos sucedió algo curioso. Cuando quitaron las tapas de los tarros, las ranas no se escaparon, aunque podrían haberlo hecho. ¿Por qué? Porque se habían convencido de que la tapa del tarro era el tope adonde podían llegar; es decir ¡su creencia las mantuvo atrapadas! Los israelitas hicieron lo mismo, pues “…ponían límite al Santo de Israel” (Salmo 78:41 JBS) y “…no se acordaron de su poder…” (Salmo 78:42 LBLA). ¿Estás aferrado a una forma de pensar que te limita, aunque no tenga base de verdad y esté saboteando tu futuro? ‘Soy demasiado joven, demasiado viejo, soy mujer, mi nacionalidad es un problema, no tengo estudios, no tengo talentos, no tengo contactos, he fracasado muchas veces, etc.’. El miedo a triunfar se deriva de: 1) temor de no ser digno de éxito; 2) temor de no poder satisfacer las expectativas y cumplir con los compromisos que conlleva el éxito; 3) temor de ser rechazado por aquellos a quienes no les agradan tus triunfos; 4) temor de perder control de tu vida privada; 5) temor de decir “no” a amigos y familiares que se sienten con derecho a controlarte. ¡Deshazte de esa forma de pensar que te limita! No solamente Dios te va a conceder éxito, también te dará la capacidad y la fortaleza para manejarlo. “…EL SEÑOR ES MARAVILLOSO Y … SE PONE CONTENTO CUANDO [SUS SIERVOS] TIENEN ÉXITO” (Salmo 35:27 PDT) Miedo De Tener Éxito Y La Biblia El miedo a triunfar se caracteriza por estos seis comportamientos; comprueba si tienes alguno de ellos: 1) posponer las responsabilidades; 2) tener bajo rendimiento; 3) centrarte en los que te rechazan en lugar de los que te aceptan; 4) desviarte de tu objetivo por tantas cosas insignificantes que te impiden dedicarte a lo principal; 5) hablar de lo que planeas hacer “un día”; 6) creer que otros se merecen el éxito pero tú no. Pregunta: ¿Estás sirviendo al señor? ¡Entonces estás calificado para triunfar! Es cierto que Dios te va a ayudar cuando lo necesites. Pero también Él quiere que prosperes para que empieces a ayudar a otros en sus necesidades. Dios le dijo a Abraham dos cosas: primero, le prometió que lo bendeciría grandemente; segundo, le prometió que le haría una gran bendición para otros (Génesis 12:2). ¡Y así sucedió! Escribe Salomón: “…El dinero es la respuesta para todo” (Eclesiastés 10:19 LBLA). ¿Qué quiso decir con eso? Que el dinero construye escuelas, iglesias y hospitales; erradica la pobreza y el analfabetismo; finanza la investigación que inventa curas para enfermedades incurables. Pero muchos de nosotros estamos tan centrados en las calles de oro del cielo que no vemos las calles de la tierra llenas de sufrimiento y necesidad. Tienes que entender lo siguiente: Dios te va a recompensar en función de tu servicio a los demás. “…El Rey, les dirá: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”” (Mateo 25:40). Ésa debería ser tu mayor motivació n para querer triunfar. “LOS QUE ME AMAN HEREDAN RIQUEZAS; LLENARÉ SUS COFRES DE TESOROS” (Proverbios 8:21 NTV) Si quieres superar el miedo al éxito y a estar en una posición de bendecir a otros: 1) Confronta tus temores abiertamente. La Palabra de Dios dice que Él desea que prosperes (Josué 1:9). La cuestión es si estás listo para actuar basado en Su Palabra. ¿Crees que otros tienen derechos a triunfar pero tú no? ¿Crees que está bien llegar hasta cierto punto, pero ir más allá no le agradaría a Dios? Tienes que confrontar ese modo de pensar no bíblico. 2) Determina el origen de las creencias erróneas que puedas albergar en relación con tu valía personal. Algunas áreas a considerar son: el rechazo de tus seres queridos; las comparaciones con otros; los estereotipos e imágenes de los medios de comunicación; las palabras de inferioridad y el rechazo, los cuales se repiten en tu mente como un disco rayado. La percepción de tu valía personal va a desempeñar un papel fundamental en lo que vayas a conseguir en la vida, así que cambia la opinión que tienes de ti. Que tu modo de pensar y tus palabras coincidan con lo que Dios dice de ti. “…No temas, porque yo te redimí… No temas, porque yo estoy contigo” (Isaías 43:1,4-5). Date cuenta de que algunos comportamientos tuyos están dañándote y decide ponerlos fin. Y deja de esperar “una mejor oportunidad” o hasta que llegue “el momento oportuno”. Dios dice “Yo estoy contigo”. Así que confíale los tiempos y las circunstancia s y avanza con seguridad. “…JEHOVÁ LO HACÍA PROSPERAR EN TODAS SUS EMPRESAS” (Génesis 39:3) Para poder superar el temor a prosperar, debes hacer estas seis cosas: 1) Concédete suficiente tiempo para completar las tareas de las que depende tu éxito. 2) Cuida de no cantar victoria antes de tiempo y de no hacer cosas que se interpongan en el camino al triunfo. Por ejemplo, si acumulas cierto efectivo para invertir en tu pequeño negocio pero luego te lo gastas en ropa en lugar de hacer marketing y publicidad. 3) Sigue los debidos contactos con aquellos individuos que podrían influir y afectar positivamente tu camino al éxito. Elimina la idea de tu mente de que no eres digno de su atención, o de que no van a darle importancia a alguien como tú. “¿Has visto hombre solícito en su obra? Delante de los reyes estará…” (Proverbios 22:29 JBS). Booz no solamente era el dueño del campo en el que Rut estaba espigando sino que se enamoró de ella y la hizo su esposa. Hoy en día hay personas que te observan que están en condiciones de bendecirte. 4) Asóciate con personas que tienen los objetivos claros y que demuestran buena moralidad en sus acciones. Fíjate en cómo operan e imita esos aspectos de su comportamiento que honran a Dios. 5) Considera todo el bien que podrías hacer si prosperas. Piensa en todas las obras de voluntariado, o en los ministerios y causas que puedes apoyar si tuvieras recursos que superen tus necesidades. 6) Entiende que el éxito fue idea de Dios y que nos lo concede para cumplir Sus propósitos. Mientras tus motivos sean agradar a Dios y hacer Su voluntad puedes proclamar este versículo de la Biblia: “…El Señor lo hacía prosperar en todas sus empresas” (Génesis 39:3). Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION Llegó la hora de pescar Una vez que conoces de Dios, y lo aceptas en tu corazón, tal vez te sientes inútil para hacer las cosas o ya llevas mucho tiempo ocupando un lugar en los asientos de una iglesia y aún no hiciste nada por aquellas personas que todavía no conocen el mensaje de salvación. Dios puede hacer muchas cosas a través de ti, nos llamó a ser pescadores de hombres; nos dice en su Palabra que usa lo que menos imaginamos para su obra “Les aseguro que si ellos se callan, gritarán las piedras.” Lucas 19:40 (NVI) Recientemente escuché un testimonio de cómo Dios usa a las personas. Se trataba de un Pastor que estaba haciendo unas compras en el mercado y, al frente de la calle, estaban unos hombres en estado deplorable. Se notaba que llevaban mucho tiempo presos del alcohol. Uno de ellos le gritó al Pastor: “¿Quiere que le cuide el auto?” Y el Pastor sin pensarlo dos veces fue usado por el Espíritu Santo y le respondió: “¿No quieres ir a un centro de rehabilitación y que Dios cambie tu vida?” El hombre respondió que sí. El Pastor sorprendido le dijo que entonces lo llamara en dos horas para encontrarse en la terminal de buses para enviarlo al centro de ayuda que estaba en otra ciudad. Pasaron las horas y ese hombre llamó al Pastor y le dijo que ya estaba en la terminal y que traía a un amigo más. El mismo hombre que necesitaba ayuda fue pescador de hombres en un instante, sin conocer de Dios cabalmente, sin haber recibido incluso a Cristo en su corazón, él habló y pescó a otro hombre para Dios. ¡Imagínate cuánto más puede hacer contigo! ¿Aún crees que no eres capaz de hacer más? Hoy te animo a ser ese pescador de hombres, con tu actuar, tus palabras, tu vida misma, no te sientas incapaz,” Vengan, síganme —les dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres. Al instante dejaron las redes y lo siguieron.” Mateo 4:19 (NVI) Hay muchas que necesitan de Él, Jesús ya pagó el precio por todos, ahora es el momento de traerlos y rescatar esas vidas. Es hora de que dejes que Dios te use para pescar. Telma Céspedes CVCLAVOZ

jueves, 14 de mayo de 2015

PROVERBIOS 28:20 ANTITETICOS

http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/ facebook un encuentro con la palabra http://www.amigosporisrael.org/ Proverbios 28:20 La Biblia de las Américas (LBLA) Proverbios antitéticos 28 El impío huye sin que nadie lo persiga, mas los justos están confiados como un león. 2 Por la transgresión de la tierra, muchos son sus príncipes; pero por el hombre entendido y de conocimiento permanece estable[a]. 3 El pobre que oprime a los humildes es como lluvia torrencial que no deja[b] pan. 4 Los que abandonan la ley alaban a los impíos, pero los que guardan la ley luchan contra ellos. 5 Los hombres malvados no entienden de justicia[c], mas los que buscan al SEÑOR lo entienden todo. 6 Mejor es el pobre que anda en su integridad, que el que es torcido[d], aunque sea rico. 7 El que guarda la ley es hijo entendido, pero el que es compañero de glotones avergüenza a su padre. 8 El que aumenta su riqueza por interés y usura, la recoge para el que se apiada de los pobres. 9 Al que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominación. 10 El que extravía a los rectos por el mal camino, en su propia fosa caerá; pero los íntegros[e] heredarán el bien. 11 El rico es sabio ante sus propios ojos, mas el pobre que es entendido, lo sondea[f]. 12 Cuando los justos triunfan, grande es la gloria, pero cuando los impíos se levantan, los hombres se esconden[g]. 13 El que encubre sus pecados no prosperará, mas el que los confiesa y los abandona hallará misericordia. 14 Cuán bienaventurado es el hombre que siempre teme, pero el que endurece su corazón caerá en el infortunio. 15 Cual león rugiente y oso agresivo es el gobernante perverso sobre el pueblo pobre. 16 Al príncipe que es gran opresor le falta entendimiento, pero el que odia las ganancias injustas prolongará sus días. 17 El hombre cargado con culpa de sangre humana, fugitivo será hasta la muerte[h]; que nadie lo apoye. 18 El que anda en integridad[i] será salvo, mas el que es de camino torcido[j] caerá de repente. 19 El que labra su tierra se saciará de pan, pero el que sigue propósitos vanos se llenará de pobreza. 20 El hombre fiel abundará en bendiciones, pero el que se apresura a enriquecerse no quedará sin castigo. 21 Hacer acepción de personas[k] no es bueno, pues por un bocado de pan el hombre pecará. 22 El hombre avaro[l] corre tras la riqueza, y no sabe que la miseria vendrá sobre él. 23 El que reprende al hombre hallará después más favor que el que lo lisonjea con la lengua. 24 El que roba a su padre o a su madre y dice: “No es transgresión”, es compañero del hombre destructor. 25 El hombre arrogante[m] suscita rencillas, mas el que confía en el SEÑOR prosperará[n]. 26 El que confía en su propio corazón es un necio, pero el que anda con sabiduría será librado. 27 El que da al pobre no pasará necesidad, pero el que cierra[o] sus ojos tendrá muchas maldiciones. 28 Cuando los impíos se levantan, los hombres se esconden; mas cuando perecen, los justos se multiplican. Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION El Manejo De La Mente Y La Biblia “SOBRE TODA COSA… GUARDA TU CORAZÓN…” (Proverbios 4:23 RVR1960) En la actualidad se habla mucho del manejo del tiempo, de las finanzas y del peso, ¿pero qué pasa con el manejo de la mente? ¿No deberíamos preocuparnos más de manejar bien nuestras mentes que ninguna otra cosa? Jesús así lo hizo. Él guardó la puerta de Su corazón negándose a ceder en tres áreas. 1) Las intenciones de quienes querían usarlo para sus propios fines. “Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de Él y hacerlo rey, volvió a retirarse al monte Él solo” (Juan 6:15). A la mayoría de nosotros nos encantaría la idea de que nos hicieran “reyes”. Aunque no aceptáramos la corona, nos gustaría considerar la invitación. Pero Jesús no. 2) La in genuidad de aquellos que querían salvarlo. Cuando Jesús anunció su muerte en la cruz a sus discípulos, Pedro se opuso. Y al no entender la necesidad de la cruz, Jesús le dirigió una de las reprensiones más fuertes: “…¡Aléjate de mí, Satanás!… Ves las cosas solamente desde el punto de vista humano, no desde el punto de vista de Dios” (Mateo 16:20 NTV). 3) La burla de aquellos que no lo conocían ni creían en Él. Antes de resucitar a una jovencita Jesús dijo a los que habían ido a la casa: “La niña… está… dormida” (Lucas 8:52 DHH). ¿Y cuál fue la reacción de ellos? Se mofaron de Él. Al igual que nosotros, Jesús tuvo que soportar la burla. Pero al contrario de muchos de nosotros, se negó a aceptarla. Notemos su respuesta: “Él los sacó a todos”(Marcos 5:40 NVI). La duda, la crítica y la burla no fueron aceptadas en la casa de esta joven, ni tampoco en la mente de Cristo. ¿Lo son en la tuya? “…TODO PENSAMIENTO HUMANO LO SOMETEMOS A CRISTO, PARA QUE LO OBEDEZCA A ÉL” (2 Corintios 10:5 DHH) Cuida mucho lo que dejas entrar en tu mente, porque los pensamientos dirigen la vida. A lo mejor piensas: ‘Pero me llegan de todas las partes: en casa, en el trabajo, a través de los medios de comunicación, en mis relaciones personales y en mi mundo privado. ¿Cómo puedo manejar bien mi mente?’ La respuesta es curiosamente muy sencilla. Puedes ser transformado tomando esta decisión: ‘Someteré mis pensamientos a la autoridad de Jesús’. Es fácil no darle suficiente importancia a la afirmación de Jesús: “…Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra” (Mateo 28:18 LBLA). Jesucristo controla todo en el cielo y en la tierra. Eso significa que tiene la última palabra en todo, incluidos tus pensamientos. El Dominio De La Mente Y La Biblia Él tiene más autoridad, por ejemplo, que tus padres. Quizás ellos te hayan dicho que no vales nada, pero Jesús dice que tienes un valor incalculable y Él tiene autoridad sobre tus padres. También tiene más autoridad sobre ti. A lo mejor te has convencido de que eres demasiado malo para ser perdonado, pero Jesús tiene una opinión diferente. Y cuando te arrepientes y le das la autoridad sobre tu vida esos pensamientos que te condenaban no son permitidos en tu mente. Jesús también tiene la autoridad sobre tus ideas. Supongamos, por ejemplo, que de repente se te ocurre robar en un supermercado. Jesús ya te ha dejado claro que robar está mal, y si le has dado autoridad sobre tu mente entonces la idea de robar no podrá apoderarse de ti. Para manejar tu mente con éxito, lo único que tienes que hacer es someter tus pensamientos a la autoridad de Cristo. ¿Va a suceder de la noche a la mañana? No, pero con práctica y compromiso cada vez te resultará más fácil. “…SOMOS HECHURA DE DIOS…” (Efesios 2:10 NVI) Tu mente es la puerta a tu corazón, y cuando un pensamiento cuestionable se levanta puedes elegir: abrirle la puerta de par en par y dejarlo entrar o hacer lo que la Biblia dice: “…llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:5). En otras palabras, captura el pensamiento antes de que esté te capture a ti. Imaginemos que un pensamiento con relación a tu autoestima se presenta y dice: ‘Has sido un fracasado toda tu vida, te ha ido mal en las relaciones, en los trabajos y en los planes que tenías. Podrías escribir la palabra “fracasado” en tu currículo porque eso es lo que eres’. La persona normal diría a ese pensamiento: ‘Tienes razón, ven, entra dentro’. Pero tú no eres una persona normal, eres una nueva creatura en Cristo, dirigido por Su Espíritu. Así que en lugar de recibirlo, hazle cautivo, preséntaselo al Señor y di: ‘Jesús, este pensamiento dice que soy un fracasado y que nunca triunfaré. ¿Qué piensas?’ ¿Captas el proceso? Sometes ese pensamiento a la autoridad de Jesús. Si Él está de acuerdo, entonces lo dejas entrar; si no, lo echas fuera. ¿Cómo sabes lo que opina el Señor? Abre tu Biblia y averigua lo que Dios dice acerca de ti. “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10) Consideremos otro versículo: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús…” (Romanos 8:1). Todo pensamiento que no esté de acuerdo con la Palabra de Dios no pasa la prueba y no le dejas entrar. Así es cómo manejas tu mente. “…QUE NO TENGA MÁS ALTO CONCEPTO DE SÍ QUE EL QUE DEBE TENER” (Romanos 12:3) Veamos dos ejemplos más del manejo de la mente. Un pensamiento llama a la puerta de tu mente y dice: ‘Eres tan maravilloso que el mundo tiene suerte de tenerte’. Lo más lógico sería dar la bienvenida a esa clase de pensamiento, pero nosotros no hacemos las cosas de forma lógica. Así que lo sometes a la autoridad de Cristo y desenvainas la Espada del Espíritu, Su Palabra, para darte cuenta de que el orgullo no agrada a Dios. Por mucho que quieras aceptar una imagen exagerada de ti mismo, no debes. Sólo permites en tu mente lo que Cristo permite. Pongamos otro ejemplo: la tentación sexual. Si eres hombre, ésta te llegará mirando un vestido rojo escotado. Si eres mujer, mirando a ese hombre atractivo a quien siempre has admirado. La tentación te susurra: ‘No hay nada malo, los dos sois adultos’. Si no estás bajo la autoridad de Cristo, abres la puerta de par en par, pero si lo estás dices: ‘¡Para un momento!‘ Luego llevas este pensamiento erótico delante de Jesús y le preguntas: ‘¿Sí o no?’ Y no hay otra parte que responda a eso más claramente que en 1 de Corintios 6 y 7. “No debemos buscar la clase de sexo que evita el compromiso y la intimidad, porque nos deja más solos que antes… ¿Es bueno tener relaciones sexuales? Por supuesto, pero sólo de ntro de un contexto. Es bueno que el hombre tenga su esposa y la mujer su marido. Los deseos sexuales son fuertes, pero el matrimonio es más fuerte para poder contenerlos” (1 Corintios 6:15-16; 7:1-3 parafraseado). Entonces, armado con la opinión de Cristo y la espada del Espíritu ¿qué haces? A menos que el tentador o la tentadora sea tu cónyuge, le das con la puerta en las narices. ¡Y ahí se acaba la historia! Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION ¿Solamente curiosidad? Una pareja de casados ingresaron a un restaurant discutiendo, el hombre enojado y sin poder controlarse sacó a su esposa de los cabellos hacia afuera. Se escucharon murmuraciones diciendo: ¿Cómo se casó con alguien así? ¿Hasta cuándo lo va tolerar? Este caso fue filmado y publicado, lamentablemente se encontraban 38 personas y nadie hizo nada. “Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron los discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?" Juan 9:2. Cuando los discípulos pasaron junto al ciego que mendigaba, su curiosidad en cuanto a por qué estaba sufriendo fue mayor que la posibilidad de tenderle la mano y ayudarlo. Su pregunta reveló que estaban terriblemente fuera de sintonía con el corazón de su Maestro, deseaban saber quién era culpable ¡como si eso hiciera que alguien se sintiera mejor! Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo. Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo. Juan 9:5-7 A diferencia del resto, Jesús proporcionó una respuesta misericordiosa. En vez de especular o condenar, fue compasivo con él. ¿Por qué, cuando escuchamos acerca de alguien que está sufriendo, estamos más interesados en los detalles de qué, por qué, cuándo y dónde, que en cómo podríamos ayudar? Recuerda que mientras estemos en este mundo debemos ser luz, así como Jesús. ¿Sientes curiosidad acerca del problema de alguien? Asume el estilo de Jesús y ve más allá de la curiosidad, observa cual es la necesidad y ten compasión por esa persona. Tiéndele la mano y pon tu granito de arena. Muestra el amor compasivo de Jesús en acción. ¿Quieres ser como Jesús? Reemplaza la curiosidad por la compasión. Shirley Chambi CVCLAVOZ