facebook un encuentro con la palabra
Nehemías 13:15
La Biblia
de las Américas (LBLA)
Reformas de Nehemías
13 Aquel día leyeron del
libro de Moisés a oídos del pueblo; y se encontró escrito en él que los
amonitas y los moabitas no debían entrar
jamás en la asamblea de Dios, 2 porque no recibieron
a los hijos de Israel con pan y agua, sino que contrataron contra ellos a
Balaam para maldecirlos; pero nuestro Dios convirtió la maldición en bendición. 3 Y sucedió que cuando
oyeron la ley, excluyeron de Israel a todo extranjero.
4 Antes
de esto, el sacerdote Eliasib, encargado de los aposentos de la casa de nuestro
Dios, y que era pariente[a] de Tobías, 5 le había preparado un
gran aposento[b], donde
anteriormente se colocaban las ofrendas de cereal, el incienso, los utensilios,
y los diezmos del cereal, del mosto y del aceite prescritos para los levitas,
los cantores y los porteros, y las contribuciones[c] para los sacerdotes. 6 Pero durante todo
este tiempo yo no estaba en
Jerusalén, porque en el año treinta y dos de Artajerjes, rey de Babilonia, yo
había ido al rey; pero después de algún tiempo, pedí permiso al rey, 7 y vine a Jerusalén y
me enteré[d] del mal que Eliasib
había hecho por favorecer a Tobías, al prepararle
un aposento en los atrios de la casa de Dios. 8 Esto me desagradó
mucho, por lo cual arrojé todos los muebles de la casa de Tobías fuera del
aposento. 9 Entonces
ordené que limpiaran los aposentos; y puse de nuevo allí los utensilios de la
casa de Dios con las ofrendas de cereal y el incienso.
10 También
descubrí[e] que las porciones de
los levitas no
se les habían dado, por lo
que los levitas y los cantores que hacían el servicio se habían ido[f], cada uno a su
campo. 11 Por
tanto, reprendí a[g] los oficiales, y
dije: ¿Por qué está la casa de Dios abandonada? Entonces reuní a los levitas[h] y los restablecí en
sus puestos. 12 Entonces
todo Judá trajo el diezmo del cereal, del mosto y del aceite a los almacenes.13 Y
puse al frente de los almacenes al sacerdote Selemías, al escriba Sadoc, y a
Pedaías, uno de los levitas; además de éstos estaba Hanán, hijo de Zacur, hijo
de Matanías; porque se les consideraba dignos de confianza, y su responsabilidad[i] era repartir las raciones a sus parientes[j]. 14 Acuérdate de mí por
esto, Dios mío, y no borres las obras de misericordia que he hecho por la casa
de mi Dios y por sus servicios.
15 En
aquellos días vi en Judá a algunos que pisaban los lagares en el día de reposo,
y traían haces de trigo y los cargaban en asnos, y
también vino, uvas, higos y toda clase de carga, y los traían a Jerusalén en
el día de reposo. Y les amonesté por el día
en que vendían los víveres.16 También habitaban allí[k], en Jerusalén,
tirios, que importaban pescado y
toda clase de mercancías, y los vendían a los hijos de Judá en el día de reposo. 17 Entonces reprendí a[l] los nobles de Judá, y
les dije: ¿Qué acción tan mala es esta que cometéis profanando el día de reposo?18 ¿No
hicieron lo mismo vuestros padres, y nuestro Dios trajo sobre nosotros y sobre
esta ciudad toda esta aflicción? Vosotros, pues, aumentáis su furor contra Israel
al profanar el día de reposo.
19 Y
aconteció que cuando iba oscureciendo a las puertas de Jerusalén, antes del día
de reposo, ordené que se cerraran las puertas y[m] que no las abrieran
hasta después del día de reposo. Entonces puse algunos de mis siervos a las
puertas para que no entrara ninguna
carga en día de reposo. 20 Pero una o dos veces,
los mercaderes y vendedores de toda clase de mercancía pasaron la noche fuera
de Jerusalén. 21 Entonces
les advertí[n], y les dije:
¿Por qué pasáis la noche delante de la muralla? Si lo hacéis de nuevo, usaré
fuerza[o] contra vosotros.
Desde entonces no vinieron más en el día de reposo. 22 Y ordené a los
levitas que se purificaran y que vinieran a
guardar las puertas para santificar el día de reposo. Por esto también
acuérdate de mí, Dios mío, y ten piedad de mí conforme a la grandeza de tu
misericordia.
23 Vi
también en aquellos días a judíos que se habían casado con[p]mujeres asdoditas, amonitas y moabitas. 24 De sus hijos, la mitad
hablaban la lengua de Asdod, y ninguno de ellos podía hablar la lengua de Judá,
sino la lengua de su propio pueblo[q]. 25 Y contendí con ellos y los
maldije, herí a algunos de ellos y les arranqué el
cabello, y les hice jurar por Dios, diciendo:
No daréis vuestras hijas a sus hijos; tampoco tomaréis de sus hijas para
vuestros hijos ni para vosotros mismos.26 ¿No
pecó por esto Salomón, rey de Israel? Sin embargo, entre tantas naciones no
hubo rey como él, y era amado por su Dios, y Dios le había hecho rey sobre todo
Israel; pero aun a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras. 27 ¿Y se debe oír[r] de vosotros que
habéis cometido todo este gran mal obrando infielmente contra nuestro Dios
casándoos con[s]mujeres
extranjeras? 28 Aun
uno de los hijos de Joiada, hijo del sumo sacerdote Eliasib, era yerno de Sanbalat
horonita, y lo eché de mi lado.29 Acuérdate
de ellos, Dios mío, porque han profanado el[t] sacerdocio y el pacto del
sacerdocio y
de los levitas.
30 Así
los purifiqué de todo lo extranjero, y designé oficios para los sacerdotes y
levitas, cada uno en su ministerio, 31 e hice arreglos para la provisión de
leña en los tiempos señalados y para las primicias.
¡Acuérdate de mí, Dios mío, para bien!
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Y Dios, que levantó
al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder
Posted by: Pastor Carlos Vargas Valdez in Semana Santa 0
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1 Corintios 6:14
Cuando el cuerpo de Jesús fue bajado de la cruz y preparado para el entierro, ninguna persona esperaba que el se levantaría tres días después. Sin embargo, por el poder de Dios, Él fue levantado de entre los muertos y ascendió a su Padre en el cielo. La celebración de la resurrección no puede ser desestimada- por que el mismo poder que levantó a Jesús de entre los muertos, nos levanto a nosotros para vivir una vida resucitada.
Cuando el cuerpo de Jesús fue bajado de la cruz y preparado para el entierro, ninguna persona esperaba que el se levantaría tres días después. Sin embargo, por el poder de Dios, Él fue levantado de entre los muertos y ascendió a su Padre en el cielo. La celebración de la resurrección no puede ser desestimada- por que el mismo poder que levantó a Jesús de entre los muertos, nos levanto a nosotros para vivir una vida resucitada.
Antes de conocer a
Jesús como Señor, seguíamos los dictados de muerte del mundo, la carne y el
diablo. Estábamos propensos a seguir por cualquier viento de doctrina que
soplaba más allá de nosotros. Más, cuando comenzamos a vivir una vida
resucitada, todo cambió dentro de nosotros-la oscuridad se convirtió en luz, la
desesperación se convirtió en esperanza y el caos se convirtió en paz.
El vivir una vida
resucitada es algo más que asistir a la iglesia de manera regular; se trata de
una oportunidad de tomar todos los días como un milagro de Dios para vivir al
máximo. Nuestras vidas revelan la luz y gloria de Jesucristo por nuestra
conducta, actitud y perspectiva. No es que no tengamos días y problemas
difíciles –es que nuestros problemas y días difíciles no nos tienen a nosotros.
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Una vida resucitada es libre para explorar los misterios más profundos de Dios a través de su palabra. Una vida resucitada puede conocer la voz de Dios y seguir la dirección del Espíritu Santo. Una vida resucitada, no es guiada por la vergüenza, remordimiento, o el miedo. Una vida de resurrección no tiene miedo de tomar pasos de fe en lugares oscuros. Jesús pudo haber nacido en la tierra y negarse a sufrir la muerte por nuestra salvación eterna. Pero No obstante Amaba cada uno de nosotros tanto que voluntariamente puso su vida y la volvió a tomar para que pudiéramos vivir una vida resucitada.
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Una vida resucitada es libre para explorar los misterios más profundos de Dios a través de su palabra. Una vida resucitada puede conocer la voz de Dios y seguir la dirección del Espíritu Santo. Una vida resucitada, no es guiada por la vergüenza, remordimiento, o el miedo. Una vida de resurrección no tiene miedo de tomar pasos de fe en lugares oscuros. Jesús pudo haber nacido en la tierra y negarse a sufrir la muerte por nuestra salvación eterna. Pero No obstante Amaba cada uno de nosotros tanto que voluntariamente puso su vida y la volvió a tomar para que pudiéramos vivir una vida resucitada.
Oración:
Amado Señor, gracias por la vida resucitada que puedo vivir por tu sacrificio por mis pecados. Oro para que el poder de resurrección me de fuerza y valor para enfrentar todos los días hasta que Jesús venga a buscarme. Amén.
Amado Señor, gracias por la vida resucitada que puedo vivir por tu sacrificio por mis pecados. Oro para que el poder de resurrección me de fuerza y valor para enfrentar todos los días hasta que Jesús venga a buscarme. Amén.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Esperar en Dios
Normalmente solemos
pensar que esperar en Dios equivale a un tiempo de inactividad, pero en
realidad esa espera no tiene nada que ver con la parálisis de actividades o el
estancamiento de planes, sino con una actitud activa.
Podemos tomar el ejemplo que nos da el profeta
Habacuc. En el primer capítulo del libro que lleva su mismo nombre, hay una
lista de peticiones que él tenía; desde reclamos por la opresión de su pueblo a
manos de los Caldeos, hasta la maldad que parecía apoderarse de todos. Pero
después de exponer todas sus peticiones, al inicio del capítulo 2 dice: “Estaré
atento y vigilante, como lo está el centinela en su puesto, para ver qué me
dice el Señor y qué respuesta da a mis quejas.” Versión Dios Habla Hoy
Esa es la verdadera actitud de alguien que espera en Dios. Notemos que no es igual a hacer fila para ser atendido o guardar las energías recostado en el sillón antes que empiece un programa de tv. No se trata de matar el tiempo mientras ocurre lo que esperamos, se trata de ser más como un soldado que aguarda vigilante y firme en su puesto.
Esa es la verdadera actitud de alguien que espera en Dios. Notemos que no es igual a hacer fila para ser atendido o guardar las energías recostado en el sillón antes que empiece un programa de tv. No se trata de matar el tiempo mientras ocurre lo que esperamos, se trata de ser más como un soldado que aguarda vigilante y firme en su puesto.
Una correcta espera
en Dios siempre nos va a llevar a obtener respuestas claras y precisas. Después
de todo, el Espíritu Santo no nos guiará por caminos incorrectos o va fallar en
sus instrucciones.
El ejemplo más claro es Jesús, Él nunca falló en su ministerio, pero no sólo porque es Dios Hijo. Recordemos que se despojó por completo de su divinidad para hacerse semejante a todos los hombres, Filipenses 2:7. La clave del éxito en su ministerio fue su continua relación con Dios Padre. Esa obediencia a todas las instrucciones que recibía constantemente en sus tiempos de oración, lo llevaron a cumplir la misión que tenía en sólo 3 años de ministerio. En Jesús tenemos el ejemplo perfecto.
El ejemplo más claro es Jesús, Él nunca falló en su ministerio, pero no sólo porque es Dios Hijo. Recordemos que se despojó por completo de su divinidad para hacerse semejante a todos los hombres, Filipenses 2:7. La clave del éxito en su ministerio fue su continua relación con Dios Padre. Esa obediencia a todas las instrucciones que recibía constantemente en sus tiempos de oración, lo llevaron a cumplir la misión que tenía en sólo 3 años de ministerio. En Jesús tenemos el ejemplo perfecto.
Quizás en nuestra
mente surjan varias razones por las que no obtenemos respuesta a nuestras
peticiones, después de todo sabemos que Jesús vivió una vida perfecta y no
podemos compararnos a Él, pero precisamente su muerte y sacrificio son la razón
por la que podemos acercarnos a Dios superando el pecado y toda barrera que
antes nos separaba.
“Y en Cristo tenemos
libertad para acercarnos a Dios, con la confianza que nos da nuestra fe en él.”
Efesios 3:12 versión Dios Habla Hoy.
Debemos orar con fe
para ser escuchados y esperar, como un centinela, la respuesta que se nos vaya
a dar.
“Por eso les digo que
todo lo que ustedes pidan en oración, crean que ya lo han conseguido, y lo
recibirán.” Marcos 11:24 Versículos Dios Habla Hoy
Héctor Colque
CVCLAVOZ