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facebook un encuentro con la palabra
Apocalipsis 22: 1,2,17 La
Biblia de las Américas (LBLA)
El río de la vida y el árbol de la vida
22 Y me mostró un río de agua de vida,
resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero, 2 en medio de la calle
de la ciudad[a]. Y a cada lado[b] del río estaba el
árbol de la vida, que produce doce clases de[c] fruto, dando su fruto
cada mes; y las hojas del árboleran para sanidad de las
naciones. 3 Y ya no habrá más
maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará allí[d], y sus siervos
le servirán. 4 Ellos verán su rostro,
y su nombre estará en sus frentes. 5 Y ya no habrá más
noche, y no tendrán[e] necesidad de luz de
lámpara ni
de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos
de los siglos.
La venida de Cristo
6 Y me dijo: Estas
palabras son fieles y verdaderas; y el Señor, el Dios de los espíritus de los
profetas, envió a su ángel para mostrar a sus siervoslas cosas que pronto han
de suceder. 7 He aquí, yo vengo
pronto. Bienaventurado el que guarda las palabras de la
profecía de este libro.
8 Yo,
Juan, soy el que oyó y vio
estas cosas. Y cuando oí y vi, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostró estas
cosas. 9 Y
me dijo*: No hagas eso[f]; yo soy
consiervo tuyo y de tus hermanos los profetas y de los que guardan
las palabras de este libro. Adora a Dios.
10 También
me dijo*: No selles las
palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. 11 Que el injusto siga
haciendo injusticias, que el impuro[g] siga siendo impuro[h], que el justo
siga practicando la justicia, y que el que es santo siga guardándose santo. 12 He
aquí, yo vengo pronto, y mi recompensa está conmigo para recompensar[i] a cada uno según sea
su obra. 13 Yo soy el Alfa y la
Omega, el primero y el último, el principio y el fin. 14 Bienaventurados los
que lavan sus vestiduras para tener derecho al
árbol de la vida y
para entrar por
las puertas a la ciudad. 15 Afuera están los perros, los
hechiceros, los inmorales[j], los asesinos,
los idólatras y todo el que ama y practica la mentira.
Testimonio final
16 Yo, Jesús, he enviado
a mi ángel a
fin de daros testimonio de estas cosas para[k] las iglesias. Yo soy
la raíz y
la descendencia de David, el lucero resplandeciente de la mañana.
Invitación final
17 Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y el que
oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que desea, que tome
gratuitamente del agua de la vida.
Advertencia final
18 Yo testifico a todos los
que oyen las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añade a ellas, Dios traerá[l] sobre él las plagas que están escritas en
este libro; 19 y
si alguno quita de
las palabras del libro de
esta profecía, Dios quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa
descritos[m] en este libro.
Oración final
20 El que testifica de
estas cosas dice: Sí,
vengo pronto. Amén.
Ven, Señor Jesús.
21 La
gracia del Señor Jesús sea con todos[n]. Amén.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
ANHELABAN UNA
[PATRIA] MEJOR, ESTO ES, CELESTIAL (Hebreos 11:16)
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Abraham no tenía ni idea de adónde le llevaba Dios; lo
único que sabía era que no podía quedarse donde estaba. ¡Imagínate explicando
algo así a tus amigos! Pero en lugar de cuestionar a Dios, leemos: “Por la fe
Abraham” salió sin saber a dónde iba (Hebreos 11:8). En ningún momento
consideró volverse a casa cuando las cosas se pusieron difíciles. Sabía que en
su caso particular, Dios no estaba en el lugar de donde había salido. La
Escritura recuerda a Jefté por su victoria espectacular contra los amonitas y
por un voto que hizo antes de ir a la batalla, un voto que cumplió: “Le he dado
mi palabra a Jehová y no podré retractarme” (Jueces 11:35).
Israel permaneció
estancado en el desierto porque seguía añorando Egipto. Cada vez que Dios les
ordenaba: “Id a Canaán”, ellos decían: “Pero allá en Egipto teníamos” Muchos de
nosotros no disfrutamos de la vida cristiana porque anhelamos lo bien que lo
pasábamos antes. Al igual que el pueblo de Israel, pensamos en los ajos y los
puerros de Egipto mientras estamos en medio del desierto alimentándonos con el
maná. Si esa es tu forma de pensar, ¡siempre acabarás volviendo al punto de
partida! Es posible que el lugar de donde saliste parezca atractivo, pero Dios
no está allí; Él está en tu futuro. Medita en estas palabras: “Pues si hubieran
estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de
volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se
avergüenza de llamarse Dios de ellos, porque les ha preparado una ciudad”
(Hebreos 11:15-16). Cuando caminas con Dios, ¡no hay vuelta atrás!.
Si hoy estas pasando
por una situación difícil, donde ves que no hay más salida. Piensa que Dios
esta contigo empujando y sosteniendo tu vida para no retroceder. No olvides que
Mayor es el que esta en ti que el que esta en el mundo.
Que tengas un día
sobrenatural hacia adelante siempre en los planes de Dios.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Olimpiadas.
Cuando un atleta
logra ganar una medalla de oro, generalmente corre a abrazar a su entrenador, a
sus amigos y a los familiares que lo hayan acompañado. La emoción es evidente
durante esos segundos, pero quizás la explosión completa de alegría llega cuando
sube al podio para recibir su premio.
Como todos sabemos, se empieza a repartir las medallas
de oro, plata y bronce, entre el primer, el segundo y el tercer lugar
respectivamente. Después llega otro momento emotivo: el himno nacional del país
al que representa el ganador de la presea dorada es entonado. Muchos hombres y
mujeres que llegaron ese momento no pueden contener la emoción y simplemente
lloran, conmovidos recordando el camino que han recorrido hasta llegar a ese
instante.
Kerri Lee Walsh, una
voleibolista profesional estadounidense, refiriéndose a ese momento dijo
durante una entrevista: “No existen suficientes palabras bellas para describir
la satisfacción… Toda la gratitud que uno siente en ese momento. Es algo que
brinda humildad también. Es la culminación de una etapa. Son cuatro años u ocho
o toda una vida para llegar a ese momento… Pienso en todas las personas que me
han ayudado y han estado ahí para mí a lo largo del camino y los llevo conmigo
al podio. El mejor agradecimiento que puedo darles es haber ganado...”
Podríamos comparar
ese momento de premiación, aunque en una medida mucho menor, con el momento de
recibir el galardón en los cielos: Apocalipsis nos describe los instantes en
los que recibiremos una corona de oro y la paga por nuestras obras realizadas
en la tierra, también entonaremos una canción de alabanza a Dios por su regalo
de Salvación e incluso la Biblia dice que Él mismo enjugará las lágrimas de
nuestros rostros.
En las olimpiadas hay
gente que se prepara toda su vida para llegar a ese instante, muchos se sienten
satisfechos por haber quedado entre los 10 o 5 primeros lugares del mundo, pero
el objetivo siempre es ganar la medalla de oro y ser el número 1. El apóstol
Pablo nos anima a esforzaron por ese primer lugar en la carrera de la fe.
“Ustedes saben que en
una carrera todos corren, pero solamente uno recibe el premio. Pues bien,
corran ustedes de tal modo que reciban el premio. Los que se preparan para
competir en un deporte, evitan todo lo que pueda hacerles daño. Y esto lo hacen
por alcanzar como premio una corona que en seguida se marchita; en cambio,
nosotros luchamos por recibir un premio que no se marchita.” 1 Corintios
9:24-27 Versión Dios Habla Hoy
Sigue luchando y sigue adelante, sabiendo que Dios está preparando un galardón para premiar tu trabajo y tu fidelidad.
Sigue luchando y sigue adelante, sabiendo que Dios está preparando un galardón para premiar tu trabajo y tu fidelidad.
Héctor Colque
CVCLAVOZ
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