miércoles, 21 de diciembre de 2016

FILIPENSES 1:11 PABLO ORA POR LOS FILIPENSES - LA DEPRESION - TUS CAPACIDADES



Filipenses 1:11 La Biblia de las Américas (LBLA)

Pablo ora por los filipenses



Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo[b] de vosotros,orando[c] siempre con gozo en cada una de mis oraciones por todos vosotros, por vuestra participación en el evangelio[d] desde el primer día hasta ahora, estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús. Es justo que yo sienta[e] esto acerca de todos vosotros, porque os llevo en el corazón, pues tanto en mis prisiones[f] como en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia. Porque Dios me es testigo de cuánto os añoro a todos con el entrañable amor[g] de Cristo Jesús. Y esto pido en oración: que vuestro amor abunde aún más y más en conocimiento verdadero y en todo discernimiento, 10 a fin de que escojáis lo mejor[h], para que seáis puros e irreprensibles para el día de Cristo; 11 llenos del fruto de justicia que es por medio de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.



UN ENCUENTROCON LA PALABRA
REFLEXION
¿Cómo Combatir La Depresión Según La Biblia?
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¿Cómo Combatir La Depresión Según La Biblia?
“ELÍAS ERA UN HOMBRE CON DEBILIDADES COMO LAS NUESTRAS…” (Santiago 5:17 NVI)

Elías, que había sido un hombre valiente durante tres años, tuvo miedo cuando Jezabel amenazó con matarlo. Así que huyó al desierto donde se deprimió y llegó a decir: “…¡Estoy harto, Señor! … quítame la vida” (1 Reyes 19:4 NVI). Elías se convirtió en el blanco perfecto de la depresión al encontrarse cansado físicamente, agotado emocionalmente y amenazado de muerte. Era un manojo de nervios, lleno de problemas emocionales: miedo, resentimiento, culpabilidad, rabia, soledad y preocupación. La Biblia dice: “Elías era un hombre con debilidades como las nuestras”, por lo que luchó contra los mismos problemas que nosotros. ¡Estaba tan deprimido que se quería morir! ¿Por qué nos metemos en estos líos emocionales? A veces, por algo que ha pasado (circunstancias adversas), pero más a menudo se debe a una manera de pensar errónea.
Las emociones son fruto de los pensamientos, por lo que si pensamos de forma negativa nos sentiremos deprimidos. Nuestras emociones tienen que ver con la forma de interpretar la vida, y si siempre ves las cosas con un prisma negativo, te derrumbarás. Para deshacerte de las emociones negativas, debes modificar la manera de pensar. Esto viene a ser lo que la Biblia quiere decir con “transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento” (Romanos 12:2). Para superar la depresión debes aprender a cambiar el enfoque equivocado de la vida, con sus consiguientes actitudes. En palabras de Jesús: “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32 CST). Ver las cosas desde la perspectiva correcta, la de Dios, es el camino para combatir la depresión.

“SE SENTÓ … CON GANAS DE MORIRSE” (1 Reyes 19:4 NVI)

La Biblia dice: “Elías se asustó y huyó para ponerse a salvo. Cuando llegó a Berseba … dejó allí a su criado y caminó todo un día por el desierto. Llegó a donde había un arbusto, y se sentó a su sombra con ganas de morirse” (1 Reyes 19:3-4 NVI). ¿Cuál fue el error de Elías? El mismo que nosotros cometemos a veces cuando estamos deprimidos: Nos encerramos en nuestros sentimientos en lugar de ver los hechos. Así ocurre cuando nos derrumbamos. Elías se sintió como un fracasado debido a un incidente que lo intimidaba. Él pensó ‘Soy un cobarde … ¿Por qué estoy huyendo?’ y debido a que se veía como un perdedor, asumió que era un perdedor. A menudo los sentimientos engañan; por eso, cuando nos sumimos en ellos en lugar de centrarnos en la realidad, vienen los problemas.
Por ejemplo, cuando cometemos un error en un ámbito, tendemos a creer que erramos en todos los otros aspectos de nuestra vida, lo cual es una idea falsa. Todo el mundo tiene derecho a equivocarse y a fallar en algo, sin ser por ello un fracasado. Los expertos de salud mental nos animan a que expresemos nuestras emociones y a que les demos rienda suelta, pero eso no siempre resuelve las cosas, porque las emociones son poco fiables. Además, Dios no nos pide que estemos pendientes de ellas sino de la verdad de Su Palabra, porque al final eso es lo que nos hará libres (véase Juan 8:32). Para superar la depresión deberás estudiar la Palabra de Dios y mantener a raya tus sentimientos para que estén en armonía con Sus enseñanzas.
“…SEÑOR … QUÍTAME LA VIDA, PUES NO SOY MEJOR QUE MIS ANTEPASADOS” (1 Reyes 19:4 NVI)

Otra causa de la depresión es compararnos con otros. Pensamos: ‘Si fuera como fulano o mengano sería feliz’. Cuando te comparas con otros te metes en problemas (véase 2 Corintios 10:12). Solo hay una persona que debes procurar ser: tú mismo. Cuando tratas de imitar a alguien y actuar como él o ella, te deprimes. Tienes que ser sincero contigo mismo y ser quién eres. Eso es lo único que Dios quiere y espera. Cuando nos comparamos con otros, caemos en otra trampa: equiparamos nuestras debilidades con sus habilidades. Nos olvidamos de que es probable que tal persona tenga puntos débiles ahí donde nosotros somos fuertes.
A veces hasta intentamos motivarnos con autocrítica y condenación. Y lo hacemos a través de muchos “debería”: ‘Debería ser como tal persona. Debería comportarme mejor. Debería ser capaz de cumplir eso. Debería ser capaz de dejar aquello’. No nos damos cuenta de que flagelarnos verbalmente no va a cambiar nada. Cuando atosigamos a alguien, la persona no reacciona como esperamos; atosigarnos a nosotros mismos tampoco funciona.
¿Qué hacer, entonces? Vuelve a programar tu mente con la Palabra de Dios. “Mediante su divino poder, Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para llevar una vida de rectitud. Todo esto lo recibimos al llegar a conocer a aquel que nos llamó … y nos ha dado grandes y preciosas promesas. Estas promesas hacen posible que [participéis] de la naturaleza divina y escapen de la corrupción del mundo, causada por los deseos humanos” (2 Pedro 1:3-4 NTV).

“HE SERVIDO CON GRAN CELO AL SEÑOR…” (1 Reyes 19:10 NTV)
Cuando Elías huyó al desierto y se escondió en una cueva, Dios le preguntó: “…¿Qué haces aquí, Elías?” (1 Reyes 19:9), a lo que el profeta respondió: “…He sentido un vivo celo por el Señor … porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares y han matado a espada a tus profetas. Sólo yo he quedado y me buscan para quitarme la vida” (1 Reyes 19:14). Otra causa de la depresión es asumir culpas que no te corresponden. Cuando asumimos responsabilidades que Dios nunca nos dio, la carga resulta demasiado pesada. Si estás acostumbrado a ayudar a los demás, te habrás dado cuenta de que no siempre responden como esperarías, ya se trate de tus hijos, tus amigos, tu cónyuge o los compañeros de trabajo. La gente reacciona de muchas maneras diferentes y tú no puedes asumir la responsabilidad de su comportamiento.
Dios nos ha concedido a cada uno de nosotros libre albedrío, y cuando asumes responsabilidades por las decisiones de otros, te pones una carga encima que lo único que hace es deprimirte. En el mejor de los casos, podrás influir en otros, pero nunca controlarlos.
La última decisión la tienen ellos, así que no te dejes deprimir por algo que no puedes controlar. Cuando sabes que has hecho lo que Dios te ha pedido, confía en que Él hará lo que tú no puedes. Siempre que trates de convencer, controlar o cambiar a alguien, te vas a desilusionar. La Biblia dice: “…Dios es el que en vosotros [y en otros] produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2:13). Entonces, cuando hayas hecho tu parte, retírate y deja que Dios haga la suya.
“…ME BUSCAN PARA QUITARME LA VIDA” (1 Reyes 19:10)

Otro error que desencadenó la depresión de Elías: exageró lo negativo.
Es esa forma de pensar que dice ‘Todos están en contra de mí’. Pero en realidad casi nadie estaba en contra de él. Solo una persona se le oponía y su amenaza era ficticia. La reina Jezabel no osaba matar a Elías. Piénsalo bien: si hubiera querido asesinarlo no habría enviado un mensajero para avisarle, ¡le habría mandado un asesino a sueldo! Jezabel temía la influencia de Elías. Si este acabara como mártir eso no haría más que incrementaría su influencia y acabaría provocando una revolución. Además, habiendo sido testigo de lo que Dios había hecho con los profetas de Baal, seguro que la reina tenía miedo de lo que Dios haría con ella si se le ocurriera tocar a Su profeta. Sus palabras, entonces, eran amenazas vanas. Pero en lugar de evaluar la situación con realismo, Elías huyó.
Cuando nos deprimimos tendemos a exagerar lo negativo.
En realidad, Elías no era la única persona fiel a Dios. Quedaban otros siete mil profetas que no habían sucumbido al culto pagano (véase 1 Reyes 19:18). Sin embargo Elías exageró el problema y acabó totalmente abatido. Si estás deprimido en este día, pon tu confianza en Dios. Levántate y di ‘Esto también pasará. Lo que no me destruye me hace más fuerte’. Y aférrate a esta promesa con confianza: “Qué grande es la bondad que has reservado para los que te temen. La derramas en abundancia sobre los que acuden a ti en busca de protección, y los bendices ante la mirada del mundo” (Salmos 31:9 NTV).


UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Más allá de tus capacidades.


El profeta Samuel fue en busca del sucesor del rey Saúl, y como estaba en los planes de Dios ese nuevo rey debía salir de la casa de Isaí y aunque el mismo padre de David no lo consideró apto para ser rey, Dios lo escogió para gobernar a su pueblo porque no vio su capacidad física o intelectual sino que miró su corazón.
“Pero el Señor le dijo a Samuel: —No juzgues por su apariencia o por su estatura, porque yo lo he rechazado. El Señor no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el Señor mira el corazón” 1 Samuel 16:7Nueva Traducción Viviente (NTV).
Muchas personas sueñan y anhelan lograr grandes cosas en su familia, en su profesión u oficio y en el ministerio, pero a veces se encuentran con obstáculos que los desaniman y los enfocan en sus falencias provocando el temor a fracasar y con ello dejan de soñar y luchar por alcanzar sus anhelos.
Quizás te hayan rechazado o tú mismo te hayas descalificado ante una excelente oportunidad porque viste y pensaste que no estás preparado para hacer aquello que se te ha encomendado, recuerda esta gran verdad “Dios no ve tus capacidades, sino la disposición de tu corazón”, no tengas temor, porque si Dios te llamó para hacer y algo grande que quizás supera tus fuerzas y expectativas, ¡Arriésgate! y toma la oportunidad, pues si Dios te llamó también te capacitará y te apoyará en todo lo que debes hacer.
No escuches lo que otros dicen de ti (si podrás o no podrás) porque la opinión más importante y determinante es la de Dios.



Judith Quisbert
CVCLAVOZ





martes, 20 de diciembre de 2016

SALMO 100:1-5 ALABEN A DIOS TODOS LOS HOMBRES - NAVIDAD - CUANDO HABRES TUS OJOS.



Salmos 100:1-5 La Biblia de las Américas (LBLA)

Alaben a Dios todos los hombres



Salmo de acción de gracias[a].

100 Aclamad con júbilo al Señor, toda la tierra.
Servid al Señor con alegría;
venid ante El con cánticos de júbilo.
Sabed que El, el Señor, es Dios;
El nos hizo, y no nosotros[b] a nosotros mismos;
pueblo suyo somos y ovejas de su prado.
Entrad por sus puertas con acción de gracias[c],
y a sus atrios con alabanza.
Dadle gracias, bendecid su nombre.
Porque el Señor es bueno;
para siempre es su misericordia,
y su fidelidad[d] por todas las generaciones.



UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Navidad: ¡Ve Y Gritalo Desde La Montaña!
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Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; 2 Corintios 4:3
Navidad: ¡Ve Y Gritalo Desde La Montaña!
Durante la temporada navideña estamos maravillados por el hecho de que Dios envío a su Hijo unigénito al mundo. Jesucristo dejó el confort del cielo para tomar un cuerpo humano. Lo hizo para que pudiéramos tener una relación con Dios y vida eterna. Es increíble que Dios nos dio la gracia y la libertad sobre el pecado mientras aún éramos pecadores.
Incluso con este gran milagro que sucedio en nuestras vidas, muchos de nosotros todavía somos tardos para compartir el evangelio a los perdidos. Tenemos miedo de mencionar el nombre de Dios o de Jesús por temor a represalias en el trabajo, rechazo en nuestras relaciones y tal vez por perder el respeto en nuestras comunidades. Sin embargo, como creyentes, necesitamos decirles a otros acerca de cómo hemos sido transformados de la oscuridad a la luz.
Dios es mayor que cualquier cosa que se interponga en tu camino cuando compartes el evangelio de Jesucristo. Si pedimos a Dios que nos dé discernimiento para decir la verdad, Él nos dará exactamente la sabiduría necesaria para esta labor. El Espíritu Santo nos guiará a hablar lo que son semillas de verdad sembradas en los corazones de los perdidos.
Cuando vamos y compartimos a otros acerca de Jesús, estamos cumpliendo la misión que estamos llamados a realizar. Mientras vivamos nuestras vidas en pureza, integridad y justicia, incluso los incrédulos sentirán la mano de Dios en nuestras vidas. Depende de nosotros tener el coraje y la fe para compartir el evangelio mientras somos guiados por Dios. Nuestras vidas son un testimonio vivo de su bondad y su gracia hacia nosotros.
Oración
Amado Padre, Necesito discernimiento y sabiduría para ir y predicar la verdad del Evangelio a los perdidos. Concédeme el coraje de ministrar como tu me guies. En el nombre de Jesús, amen.


UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Cuando abres tus ojos...


¿Alguna vez realizaste una dinámica cerrando los ojos? En la oscuridad se siente inseguridad e incluso temor puesto que todo lo que tienes por delante es incierto.
¿Te imaginas vivir sin poder ver? ¡Por supuesto que no será una vida fácil! Las personas que tienen dificultades con la visión presentan grandes limitaciones. Así como una ceguera física podría ser un impedimento para alcanzar nuestros logros, la ceguera espiritual también lo es, ya que no te permitirá creer y vivir seguro, con gozo y paz.
Entonces envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran ejército, los cuales vinieron de noche, y sitiaron la ciudad. Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos?
Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo. 2 Reyes 6:14-17
Un gran ejército rodeó a Eliseo, por lo cual su criado se angustió en gran manera. Lo interesante es que en ese instante Eliseo realizó una oración para que su sirviente “abriera sus ojos” y cuando esto sucedió se dio cuenta que en realidad “eran más los que estaban con ellos que con los enemigos”, estaban protegidos por Dios.
Jehová abre los ojos a los ciegos... Salmos 146:8
El milagro que Jesús hacía más a menudo era el devolver la vista a los ciegos y continúa haciéndolo. No solamente hace referencia a la ceguera física, sino también a la espiritual que impide ver quién es Dios y qué es lo que Él puede hacer.
“Abre mis ojos, y miraré...” Salmos 119:18
¿Estás viendo a Dios en tu vida, en tus problemas y necesidades? ¿En los conflictos te domina la inseguridad, el miedo o la angustia? Es necesario que pidas al Señor que abra tus ojos. Esta ceguera puede traerte mayores limitaciones y seguramente has perdido muchísimas bendiciones por no ver lo que Dios tenía para ti.
Este tiempo te animo a ponerte de rodillas y pedir que puedas ver.




Shirley Chambi
CVCLAVOZ

lunes, 19 de diciembre de 2016

HEBREOS 13:15 DEBERES CRISTIANOS - ¿PORQUE DEBEMOS ORAR ? - LAS 7 COSAS QUE DIOS DETESTA


                   

Hebreos 13:15 La Biblia de las Américas (LBLA)

Deberes cristianos



13 Permanezca[a] el amor fraternal. No os olvidéis de mostrar hospitalidad[b], porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.Acordaos de los presos, como si estuvierais presos con ellos, y de los maltratados, puesto que también vosotros estáis en el cuerpo. Sea el matrimonio honroso en todos, y el lecho matrimonial sin mancilla, porque a los inmorales[c] y a los adúlteros los juzgará Dios. Sea vuestro carácter sin avaricia, contentos con lo que tenéis, porque El mismo ha dicho: Nunca te dejare ni te desamparare, de manera que decimos confiadamente:
El Señor es el que me ayuda; no temere.
¿Que podra hacerme el hombre?
Acordaos de vuestros guías que os hablaron la palabra de Dios, y considerando el resultado de su conducta[d], imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos. No os dejéis llevar por doctrinas[e]diversas y extrañas, porque buena cosa es para el corazón el ser fortalecido con[f] la gracia, no con alimentos, de los que no recibieron beneficio los que de ellos se ocupaban[g]. 10 Nosotros tenemos un altar del cual no tienen derecho a comer los que sirven al tabernáculo[h].11 Porque los cuerpos de aquellos animales, cuya sangre es llevada al santuario por el sumo sacerdote como ofrenda por el pecado, son quemados fuera del campamento. 12 Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. 13 Así pues, salgamos a El fuera del campamento, llevando su oprobio. 14 Porque no tenemos aquí una ciudad permanente, sino que buscamos la que está por venir. 15 Por tanto, ofrezcamos continuamente mediante El, sacrificio de alabanza a Dios, es decir, el fruto de labios que confiesan[i] su nombre. 16 Y no os olvidéis de hacer el bien y de la ayuda mutua[j], porque de tales sacrificios se agrada Dios. 17 Obedeced a vuestros pastores[k] y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta. Permitidles que lo hagan[l] con alegría y no quejándose, porque eso no sería provechoso para vosotros.



UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION
¿Por qué debemos orar? Jesús Y La Oración
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La Biblia, la santa Palabra de Dios, da muchas razones por las cuales debemos orar. Sin embargo, muchas personas no creen que sea importante o necesario enfatizar la oración. Hay cristianos que dependen mucho de la experiencia, de la educación, de las obras, del esfuerzo, de la acción y de los programas, pero dejan de lado lo más importante de la vida cristiana: la oración. Algunos rara vez oran. Otros oran sólo cuando lo desean. No debemos orar solamente cuando tenemos ganas de orar. Según la Palabra de Dios, la oración debe ser una práctica común y corriente en nuestras vidas. Es nuestro aliento y vida espiritual. No podemos vivir espiritualmente sin ella.
SI CRISTO NECESITO ORAR – NOSOTROS TAMBIÉN DEBEMOS ORAR
En Mateo 14:23 leemos: “Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo”. Piensa, Jesucristo, el Hijo de Dios, oró y habló mucho, en privado, a su Padre Celestial. Si el Hijo de Dios oró, ¡cuánto más necesitamos orar a nuestro Padre Celestial! Jesús fue solo a una montaña a orar. Cualquiera de nosotros puede estar a solas para orar. Es importante que cada cristiano vaya a algún lugar donde nadie pueda molestarlo y derramar su corazón a Dios.
En Lucas 5:16 leemos, “Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba”. Jesús trató de separarse de todo lo demás para estar solo y tener una oración tranquila. Si Jesús practicó este importante tipo de oración, también debemos encontrar un lugar tranquilo donde realmente podemos pasar tiempo en la oración.
¿Por qué orar? ¿Por qué debemos orar?
Porque no podemos vivir sin la oración y mantener una vida espiritual sana, así como no podemos seguir adelante sin comida para mantener nuestros cuerpos físicos. De la misma manera, muchos cristianos hoy en día son débiles debido a la falta de oración. No tienen alegría, ni bendición, ni poder, ni victoria, ni deseo de servir al Señor. Si no haces de la oración una práctica constante en tu vida, no tendrás poder en tu vida. Si no tienen comunión con Dios por medio de la oración, les resultará difícil pasar por las pruebas físicas y espirituales y pruebas de la vida. Cristo es nuestro ejemplo a este respecto. Si él se tomó mucho tiempo para orar-Nosotros también debemos orar.
Cristo espera que todos nosotros seamos como niños en la oración. La oración es una necesidad definida.
¿Por qué debemos orar?
CRISTO NOS ORDENÓ A ORAR
Cuando Jesús tuvo la gran carga en su corazón de sus últimos días en la tierra, llevó tres de sus discípulos con él a orar. Él los dejó mientras Él iba más lejos en el huerto para orar. Fue una gran decepción para Jesús encontrar a sus seguidores dormidos cuando Él regresó, en lugar de soportar la carga con Él. Cuando regreso para el jardín para orar, los desafió nuevamente a “vigilar y orar”. Pero cuando volvió otra vez, los encontró de nuevo dormidos.
Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.”(Mateo 26:36-41).
Muchos creyentes hoy están durmiendo espiritualmente, sin carga sobre sus corazones. Por eso tenemos tan poco avivamiento, alegría, bendición y visión misionera. Muchos hoy en día, en realidad, no quieren ser despertados espiritualmente o animados a hacer algo por Dios. La Biblia dice que donde no hay visión, la gente perece. Si continuamos viviendo vidas de poca oración, nuestra visión permanecerá pequeña y no lograremos mucho para Dios. Debemos tomar tiempo para orar y ser agobiados por la obra de Dios para que Él pueda usarnos de una manera nueva y así poder ver grandes cosas hechas por Él.
¿Por qué orar? “Para que no entréis en tentación”. Muchos hoy no pueden resistir la tentación porque no están mirando y orando. Dios es capaz de liberar a cualquiera de la tentación si tiene una vida de oración, en constante sumisión a Dios y su voluntad. Sin embargo, parece ser algo muy difícil para la gente ver la necesidad de tener una oración constante. La Biblia dice: “Por tanto, someteos a Dios. Resistid al diablo y huirá de vosotros “(Santiago 4:7). Cuando nuestras vidas son siempre cedidas a Dios en oración, Él ha prometido darnos la fuerza para resistir al diablo para que el huya de nosotros.
Antes de ir para el cielo, Jesús dio lo que creo es uno de sus grandes mandamientos: “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mateo 9:38). Cristo ordenó a sus discípulos que oraran. Así, Cristo también nos ordena orar. No todos los cristianos pueden ir al campo misionero, predicar, tocar un instrumento, cantar o dar grandes sumas de dinero. ¡Pero todos podemos orar!.


UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION
Las 7 cosas que Dios detesta.


"Seis cosas aborrece el Señor, y aun siete le son abominables:
los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies que corren presurosos al mal, el testigo falso, que dice mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos." (Prov. 6: 16-19)
Vemos claramente en este texto las cosas que Dios detesta, pero sería bueno preguntarse si esta lista coincide con la lista de cosas que nosotros mismos rechazamos.
El número siete en la Biblia nos da la idea de algo completo, por lo cual podemos decir que Dios detesta completamente estas cosas porque son consecuencias de la naturaleza pecaminosa del ser humano. Como sabemos Dios ama al pecador pero detesta el pecado.
De igual forma, nosotros debiéramos tener una actitud misericordiosa y compasiva con la persona que comete pecado, pero sin que esto signifique aceptación de las conductas que resultan intolerables para Dios.
Las siete cosas que Dios detesta son:
Los ojos altivos. Se trata de las personas orgullosas que se sobrevaloran a sí mismas, aquellos que no aceptan correcciones y subestiman a los demás.
La lengua mentirosa. El que miente, engaña, falsea la verdad, dice medias verdades que en realidad representan medias mentiras.
Las manos que derraman sangre inocente. Los homicidas, los que ejercen toda clase de violencia.
El corazón que maquina pensamientos perversos, planes inicuos.
Los pies que corren presurosos al mal.
El testigo falso que dice mentiras. Una vez más, la falsedad y la mentira es claramente rechazada por Dios.
El que siembra discordia entre hermanos. Sabemos que todo lo que se siembra es lo que se termina cosechando. Un dicho popular declara: “el que siembra vientos recoge tempestades” No agrada a Dios la persona que está sembrando “cizaña” entre hermanos.
La Palabra habla de todo: del que calumnia, del que genera contiendas en la familia, pero yo creo que también incluye a los que crean conflictos en la “familia espiritual que es la iglesia. Por lo tanto, este pasaje es tan rico que incluye al que murmura, al chismoso, al que usa su lengua como un arma para dividir, ofender y dañar, trayendo como consecuencia división, contienda y enemistad.
Cuantas veces escuchamos comentarios irresponsables sin siquiera tener el recaudo de medir las consecuencias. Por lo tanto debemos tener cuidado de “engancharnos” en hablar cosas que no solo no edifican sino que terminan dividiendo o enfrentando a los miembros de una familia. Es bueno saber que esto no es un juego sino que todo lo que hablemos de manera imprudente tendrá sus consecuencias.



Daniel Zangaro
CVCLAVOZ