Hebreos 13:15 La
Biblia de las Américas (LBLA)
Deberes cristianos
13 Permanezca[a] el amor fraternal. 2 No os olvidéis de
mostrar hospitalidad[b], porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron
ángeles.3 Acordaos de los presos, como si estuvierais presos con ellos, y de los maltratados,
puesto que también vosotros estáis en el cuerpo. 4 Sea el matrimonio honroso
en todos, y el lecho matrimonial sin mancilla, porque
a los inmorales[c] y a los adúlteros los juzgará Dios. 5 Sea vuestro carácter sin avaricia,
contentos con lo que tenéis, porque El mismo ha dicho: Nunca te dejare ni te desamparare, 6 de manera que decimos
confiadamente:
El Señor es el que me ayuda; no
temere.
¿Que podra hacerme el hombre?
¿Que podra hacerme el hombre?
7 Acordaos
de vuestros guías que
os hablaron la palabra de Dios, y considerando el resultado de su conducta[d], imitad su fe. 8 Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los
siglos. 9 No
os dejéis llevar por doctrinas[e]diversas y extrañas, porque buena cosa es para el
corazón el ser fortalecido con[f] la gracia, no con
alimentos, de los que no recibieron beneficio los que de ellos se ocupaban[g]. 10 Nosotros tenemos un
altar del cual no
tienen derecho a comer los que sirven al tabernáculo[h].11 Porque los cuerpos de
aquellos animales, cuya sangre es llevada al santuario por el sumo sacerdote como ofrenda por el pecado, son
quemados fuera del campamento. 12 Por lo cual también
Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia
sangre, padeció fuera de la puerta. 13 Así pues, salgamos a
El fuera del campamento, llevando su oprobio. 14 Porque no tenemos
aquí una ciudad permanente, sino que buscamos la que está por venir. 15 Por tanto, ofrezcamos
continuamente mediante El, sacrificio de alabanza a Dios, es decir, el fruto de
labios que confiesan[i] su nombre. 16 Y no os olvidéis de
hacer el bien y de la ayuda mutua[j], porque de tales sacrificios se agrada Dios. 17 Obedeced a vuestros
pastores[k] y sujetaos a ellos,
porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta.
Permitidles que lo hagan[l] con alegría y no
quejándose, porque eso no sería provechoso para vosotros.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
¿Por qué debemos
orar? Jesús Y La Oración
Publicado por: Devocionales en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 0
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La Biblia, la santa Palabra de Dios, da muchas razones por las cuales debemos orar. Sin embargo, muchas personas no creen que sea importante o necesario enfatizar la oración. Hay cristianos que dependen mucho de la experiencia, de la educación, de las obras, del esfuerzo, de la acción y de los programas, pero dejan de lado lo más importante de la vida cristiana: la oración. Algunos rara vez oran. Otros oran sólo cuando lo desean. No debemos orar solamente cuando tenemos ganas de orar. Según la Palabra de Dios, la oración debe ser una práctica común y corriente en nuestras vidas. Es nuestro aliento y vida espiritual. No podemos vivir espiritualmente sin ella.
SI CRISTO NECESITO
ORAR – NOSOTROS TAMBIÉN DEBEMOS ORAR
En Mateo 14:23
leemos: “Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la
noche, estaba allí solo”. Piensa, Jesucristo, el Hijo de Dios, oró y habló
mucho, en privado, a su Padre Celestial. Si el Hijo de Dios oró, ¡cuánto más
necesitamos orar a nuestro Padre Celestial! Jesús fue solo a una montaña a
orar. Cualquiera de nosotros puede estar a solas para orar. Es importante que
cada cristiano vaya a algún lugar donde nadie pueda molestarlo y derramar su
corazón a Dios.
En Lucas 5:16 leemos,
“Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba”. Jesús trató de separarse de
todo lo demás para estar solo y tener una oración tranquila. Si Jesús practicó
este importante tipo de oración, también debemos encontrar un lugar tranquilo
donde realmente podemos pasar tiempo en la oración.
¿Por qué orar? ¿Por
qué debemos orar?
Porque no podemos
vivir sin la oración y mantener una vida espiritual sana, así como no podemos
seguir adelante sin comida para mantener nuestros cuerpos físicos. De la misma
manera, muchos cristianos hoy en día son débiles debido a la falta de oración.
No tienen alegría, ni bendición, ni poder, ni victoria, ni deseo de servir al
Señor. Si no haces de la oración una práctica constante en tu vida, no tendrás
poder en tu vida. Si no tienen comunión con Dios por medio de la oración, les
resultará difícil pasar por las pruebas físicas y espirituales y pruebas de la
vida. Cristo es nuestro ejemplo a este respecto. Si él se tomó mucho tiempo
para orar-Nosotros también debemos orar.
Cristo espera que
todos nosotros seamos como niños en la oración. La oración es una necesidad
definida.
¿Por qué debemos
orar?
CRISTO NOS ORDENÓ A ORAR
Cuando Jesús tuvo la gran carga en su corazón de sus últimos días en la tierra, llevó tres de sus discípulos con él a orar. Él los dejó mientras Él iba más lejos en el huerto para orar. Fue una gran decepción para Jesús encontrar a sus seguidores dormidos cuando Él regresó, en lugar de soportar la carga con Él. Cuando regreso para el jardín para orar, los desafió nuevamente a “vigilar y orar”. Pero cuando volvió otra vez, los encontró de nuevo dormidos.
CRISTO NOS ORDENÓ A ORAR
Cuando Jesús tuvo la gran carga en su corazón de sus últimos días en la tierra, llevó tres de sus discípulos con él a orar. Él los dejó mientras Él iba más lejos en el huerto para orar. Fue una gran decepción para Jesús encontrar a sus seguidores dormidos cuando Él regresó, en lugar de soportar la carga con Él. Cuando regreso para el jardín para orar, los desafió nuevamente a “vigilar y orar”. Pero cuando volvió otra vez, los encontró de nuevo dormidos.
Entonces llegó Jesús
con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos
aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de
Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús
les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad
conmigo.Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo:
Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero,
sino como tú. Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a
Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que
no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne
es débil.”(Mateo 26:36-41).
Muchos creyentes hoy
están durmiendo espiritualmente, sin carga sobre sus corazones. Por eso tenemos
tan poco avivamiento, alegría, bendición y visión misionera. Muchos hoy en día,
en realidad, no quieren ser despertados espiritualmente o animados a hacer algo
por Dios. La Biblia dice que donde no hay visión, la gente perece. Si
continuamos viviendo vidas de poca oración, nuestra visión permanecerá pequeña
y no lograremos mucho para Dios. Debemos tomar tiempo para orar y ser agobiados
por la obra de Dios para que Él pueda usarnos de una manera nueva y así poder
ver grandes cosas hechas por Él.
¿Por qué orar? “Para
que no entréis en tentación”. Muchos hoy no pueden resistir la tentación porque
no están mirando y orando. Dios es capaz de liberar a cualquiera de la
tentación si tiene una vida de oración, en constante sumisión a Dios y su
voluntad. Sin embargo, parece ser algo muy difícil para la gente ver la
necesidad de tener una oración constante. La Biblia dice: “Por tanto, someteos
a Dios. Resistid al diablo y huirá de vosotros “(Santiago 4:7). Cuando nuestras
vidas son siempre cedidas a Dios en oración, Él ha prometido darnos la fuerza
para resistir al diablo para que el huya de nosotros.
Antes de ir para el
cielo, Jesús dio lo que creo es uno de sus grandes mandamientos: “Rogad, pues,
al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mateo 9:38). Cristo ordenó a
sus discípulos que oraran. Así, Cristo también nos ordena orar. No todos los
cristianos pueden ir al campo misionero, predicar, tocar un instrumento, cantar
o dar grandes sumas de dinero. ¡Pero todos podemos orar!.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Las 7 cosas que Dios
detesta.
"Seis cosas
aborrece el Señor, y aun siete le son abominables:
los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos que
derraman sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies
que corren presurosos al mal, el testigo falso, que dice mentiras, y el que
siembra discordia entre hermanos." (Prov. 6: 16-19)
Vemos claramente en
este texto las cosas que Dios detesta, pero sería bueno preguntarse si esta
lista coincide con la lista de cosas que nosotros mismos rechazamos.
El número siete en la
Biblia nos da la idea de algo completo, por lo cual podemos decir que Dios
detesta completamente estas cosas porque son consecuencias de la naturaleza
pecaminosa del ser humano. Como sabemos Dios ama al pecador pero detesta el
pecado.
De igual forma,
nosotros debiéramos tener una actitud misericordiosa y compasiva con la persona
que comete pecado, pero sin que esto signifique aceptación de las conductas que
resultan intolerables para Dios.
Las siete cosas que
Dios detesta son:
Los ojos altivos. Se
trata de las personas orgullosas que se sobrevaloran a sí mismas, aquellos que
no aceptan correcciones y subestiman a los demás.
La lengua mentirosa.
El que miente, engaña, falsea la verdad, dice medias verdades que en realidad
representan medias mentiras.
Las manos que
derraman sangre inocente. Los homicidas, los que ejercen toda clase de
violencia.
El corazón que
maquina pensamientos perversos, planes inicuos.
Los pies que corren
presurosos al mal.
El testigo falso que
dice mentiras. Una vez más, la falsedad y la mentira es claramente rechazada
por Dios.
El que siembra
discordia entre hermanos. Sabemos que todo lo que se siembra es lo que se
termina cosechando. Un dicho popular declara: “el que siembra vientos recoge
tempestades” No agrada a Dios la persona que está sembrando “cizaña” entre
hermanos.
La Palabra habla de
todo: del que calumnia, del que genera contiendas en la familia, pero yo creo
que también incluye a los que crean conflictos en la “familia espiritual que es
la iglesia. Por lo tanto, este pasaje es tan rico que incluye al que murmura,
al chismoso, al que usa su lengua como un arma para dividir, ofender y dañar,
trayendo como consecuencia división, contienda y enemistad.
Cuantas veces
escuchamos comentarios irresponsables sin siquiera tener el recaudo de medir
las consecuencias. Por lo tanto debemos tener cuidado de “engancharnos” en
hablar cosas que no solo no edifican sino que terminan dividiendo o enfrentando
a los miembros de una familia. Es bueno saber que esto no es un juego sino que
todo lo que hablemos de manera imprudente tendrá sus consecuencias.
Daniel Zangaro
CVCLAVOZ
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