martes, 8 de julio de 2014

ISAIAS 65:14 CASTIGO DE LOS REBELDES

Isaías 65 :14 La Biblia de las Américas (LBLA) Castigo de los rebeldes 65 Me dejé buscar por los que no preguntaban por mí; me dejé hallar por los que no me buscaban. Dije: “Heme aquí, heme aquí”, a una nación que no invocaba mi nombre. 2 Extendí mis manos todo el día hacia un pueblo rebelde, que anda por el camino que no es bueno, en pos de sus pensamientos; 3 un pueblo que de continuo me provoca en mi propio rostro, sacrificando en huertos y quemando incienso sobre ladrillos; 4 que se sientan entre sepulcros y pasan la noche en lugares secretos; que comen carne de cerdo, y en sus ollas hay caldo de carnes inmundas; 5 que dicen: “Quédate donde estás, no te acerques a mí, porque soy más santo que tú.” Estos son humo en mi nariz, fuego que arde todo el día. 6 He aquí, escrito está delante de mí: no guardaré silencio, sino que les daré su pago, y les recompensaré en su seno, 7 por vuestras iniquidades y por las iniquidades de vuestros padres juntamente —dice el Señor. Porque quemaron incienso en los montes, y en las colinas me injuriaron; por tanto mediré en su seno su obra pasada. 8 Así dice el Señor: Como cuando se encuentra mosto en el racimo y alguien dice: “No lo destruyas, porque en él hay bendición”, así haré yo por mis siervos para no destruirlos a todos[a]. 9 Sacaré de Jacob descendencia[b] y de Judá heredero de mis montes; mis escogidos la heredarán, y mis siervos morarán allí. 10 Sarón será pastizal para ovejas, y el valle de Acor para lugar de descanso de vacas, para mi pueblo que me busca. 11 Pero vosotros que abandonáis al Señor, que olvidáis mi santo monte, que ponéis mesa para la Fortuna[c], y que preparáis[d] vino mezclado para el Destino[e], 12 yo os destinaré a la espada, y todos vosotros os encorvaréis para la matanza. Porque llamé, mas no respondisteis, hablé, mas no oísteis; hicisteis lo malo ante mis ojos y escogisteis aquello que no me complacía. 13 Por tanto, así dice el Señor Dios[f]: He aquí, mis siervos comerán, mas vosotros tendréis hambre; he aquí, mis siervos beberán, mas vosotros tendréis sed; he aquí, mis siervos se alegrarán, mas vosotros seréis avergonzados; 14 he aquí, mis siervos darán gritos de júbilo con corazón alegre, mas vosotros clamaréis con corazón triste[g], y con espíritu quebrantado gemiréis. 15 Y dejaréis vuestro nombre como maldición a mis escogidos; el Señor Dios[h] te matará, pero mis siervos serán llamados[i] por otro nombre. 16 Porque el que es bendecido[j] en la tierra, será bendecido[k] por el Dios de la verdad; y el que jura en la tierra, jurará por el Dios de la verdad; porque han sido olvidadas las angustias primeras, y porque están ocultas a mis ojos. 17 Pues he aquí, yo creo cielos nuevos y una tierra nueva, y no serán recordadas las cosas primeras ni vendrán a la memoria[l]. 18 Pero gozaos y regocijaos para siempre en lo que yo voy a crear; porque he aquí, voy a crear a Jerusalén para regocijo, y a su pueblo para júbilo. 19 Me regocijaré por Jerusalén y me gozaré por mi pueblo; no se oirá más en ella voz de lloro ni voz de clamor. 20 No habrá más allí niño que viva pocos días, ni anciano que no complete sus días; porque el joven morirá a los cien años, y el que no alcance[m] los cien años será considerado maldito. 21 Construirán casas y las habitarán, plantarán también viñas y comerán su fruto. 22 No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque como los días de un árbol, así serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán de[n] la obra de sus manos. 23 No trabajarán en vano, ni darán a luz para desgracia[o], porque son la simiente de los benditos del Señor, ellos, y sus vástagos con ellos. 24 Y sucederá que antes que ellos clamen, yo responderé; aún estarán hablando, y yo habré oído. 25 El lobo y el cordero pacerán juntos, y el león, como el buey, comerá paja, y para la serpiente el polvo será su alimento. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte —dice el Señor. Un Encuentro Con la Palabra Promesas – Qué hacer cuando Problemas Golpean tu Vida? Recuerda: Estamos acosados por problemas, pero no vencidos. Enfrentamos grandes dificultades, pero no nos desesperamos. Nos persiguen, pero Dios no nos abandona nunca. Nos derriban, pero no nos pueden destruir. 2 Corintios 4:8-9 Pero el Señor es bueno. Cuando llegan la angustia y la desesperación Él es el mejor refugio. Protege a todos lo que en Él ponen su confianza; Él conoce bien a los que le son fieles. Nahúm 1:7 Aunque me rodeen tribulaciones, tú me librarás de la ira de mis enemigos. Contra el enojo de mis enemigos extenderás tu mano. Tu poder me salvará. Salmo 138:7 No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mi. Juan 14:1 Cuando pases por aguas profundas de gran tribulación, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos no te ahogarás. Cuando pases por fuego no te quemarás, las llamas no te consumirán. Isaías 43:2 Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION Si Dios te llama, es porque Él te respaldará Devocionales, Enrique Monterroza, Meditaciones, Reflexiones Cortas Conozco muchas personas que al ser preguntados del porque no le sirven a Dios en alguna área dicen: “Es que no me siento totalmente capaz”, “Es que siento que tengo que mejorar esto o aquello”, “Es que considero que no tengo grandes talentos”. Cada una de estas excusas, porque lo son, no tienen un fundamento valedero delante de los ojos de Dios, porque ¿Quién esta preparado totalmente para hacer algo para Dios? ó ¿Quién tiene “grandes” talentos para hacerlo? A través de la Biblia se puede ver que Dios utilizo a personas comunes, normales, sin grandes cualidades o enormes talentos, la mayoría de ellos no eran eruditos de la Biblia, no eran escribas que se sabían toda la ley o no eran personas con grandes grados académicos o con muchos diplomas de cursos bíblicos, misioneros, evangelísticos o pastorales. La gran mayoría de siervos que Dios uso para su obra, fueron preparados por Dios mismo. Por ejemplo, Moisés era conocido por tener un temperamento fuerte a tal punto que en un enojo mato a un soldado egipcio y tuvo que huir para no ser atrapado y posiblemente muerto también. Dios lo llevo al desierto en donde paso cuarenta años antes de que Dios lo llamara para utilizarlo como libertador de su pueblo, en ese tiempo la Biblia dice de Moisés: “Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra” Números 12:3 (Reina-Valera 1960). En ese proceso en el desierto, Dios había trabajado en el carácter de Moisés para dejarlo a punto para que pudiera ser útil en la obra que Él necesitaba. Moisés también al igual que nosotros puso excusas para servirle a Dios y es que cuando Dios te mira y sabe que puedes hacer determinada obra, no hay excusa que valga, luego que Dios estaba encomendado la obra de liberar al pueblo de Egipto Moisés le dijo a Dios: “Sin embargo, Moisés le dijo a Dios: —¡Pero es que yo no sé hablar bien! Siempre que hablo, se me traba la lengua, y por eso nadie me hace caso. Este problema lo tengo desde niño” Éxodo 4:10 (Traducción en Lenguaje Actual). La respuesta de Dios ante la excusa de Moisés es perfecta: “Dios le contestó: —Escúchame, Moisés, ¡soy yo quien hace que hables o que no hables! ¡Soy yo quien hace que puedas oír o que no oigas nada! ¡Soy yo quien puede hacerte ver, o dejarte ciego! Anda, ponte en marcha a Egipto, que yo te ayudaré a que hables bien, y te enseñaré lo que debes decir.” Éxodo 4:11-12 (Traducción en Lenguaje Actual). La respuesta de Dios a Moisés es la respuesta que Dios nos da a todos cuando ponemos excusas para servirle. Y es que cuando vas a realizar determinada tarea para la obra de Dios tienes que entender que no eres tú, sino Dios en ti, es Él mismo quien te utilizara como instrumento de bendición. No puedes limitarte al ver que no eres bueno para esto o aquello, si nos auto juzgamos veremos que no somos tan buenos para hacer determinada tarea, pero Dios no ve de la forma de que nosotros vemos, Él tiene ojos para ver lo útil que podemos llegar a ser para su obra y por eso cuando nos llama, cuando nos insiste en el servicio es porque Él quiere utilizarnos. Ya no es tiempo de estar poniendo toda clase de excusas, que al final no tienen valor, ya que si Dios puso sus ojos en ti para el servicio es porque Él sabe que tienes la capacidad en Él de hacer determinada obra que te esta mandando a hacer. No te menosprecies, no creas que no eres el indicado, al contrario, cuando Dios este insistiendo en tu vida sobre el servicio deberías alegrarte, porque Dios mira en ti lo que tú mismo quizá no ves y es que para Dios puedes ser un gran instrumento para su obra, pero para ello necesitas entender que Él quiere y puede usarte. Es momento de disponer nuestro corazón para su servicio, ya no estés prolongando más el tiempo para servirle, ya no estés poniendo más excusas, mejor dile al Señor: ¡HEME AQUÍ! “Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.” Isaías 6:8 (Reina-Valera 1960) ¡Debes de entender que es Él en ti y que no estarás solo en esa tarea que te esta enviando a hacer! Autor: Enrique Monterroza

No hay comentarios:

Publicar un comentario