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Salmos 124: 4-5 La
Biblia de las Américas (LBLA)
Canto de liberación
Cántico
de ascenso gradual[a]; de David.
124 Si el Señor no hubiera estado a nuestro favor[b],
—diga ahora Israel—
2 si el Señor no hubiera estado a nuestro favor[c]
cuando los hombres se levantaron contra nosotros,
3 vivos nos hubieran tragado entonces
cuando su ira se encendió contra nosotros;
4 entonces las aguas nos hubieran anegado,
un torrente hubiera pasado sobre nuestra alma,
5 hubieran pasado entonces sobre nuestra alma las aguas impetuosas.
—diga ahora Israel—
2 si el Señor no hubiera estado a nuestro favor[c]
cuando los hombres se levantaron contra nosotros,
3 vivos nos hubieran tragado entonces
cuando su ira se encendió contra nosotros;
4 entonces las aguas nos hubieran anegado,
un torrente hubiera pasado sobre nuestra alma,
5 hubieran pasado entonces sobre nuestra alma las aguas impetuosas.
6 Bendito sea el Señor,
que no nos ha entregado como presa de[d] los dientes de ellos.
7 Nuestra alma ha escapado cual ave del lazo de los cazadores;
el lazo se rompió y nosotros escapamos.
8 Nuestro socorro está en el nombre del Señor,
que hizo los cielos y la tierra.
que no nos ha entregado como presa de[d] los dientes de ellos.
7 Nuestra alma ha escapado cual ave del lazo de los cazadores;
el lazo se rompió y nosotros escapamos.
8 Nuestro socorro está en el nombre del Señor,
que hizo los cielos y la tierra.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
¿Cómo Llevar Tus
Sufrimientos a Jesús?
Publicado por: Devocionales en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 0.
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SUFRIMIENTOS : UNA MUJER QUE HABÍA ESTADO SUFRIENDO (Mateo 9:20 Biblia de las Américas).
¿Hay aspectos de tu
vida por los que has estado sufriendo durante tanto tiempo que te han dejado
exhausto?. ¿Son como un recordatorio continuo de que has probado toda clase de
remedios y que nada ha funcionado?. ¿Te susurran al oído: “Estoy aquí para
quedarme, más vale que te acostumbres”. A lo mejor te has dicho: “Pensé que a
estas alturas mi matrimonio ya habría sido restaurado. Tal vez me habría sanado
de esta enfermedad, o ya habría salido de la deuda, o esa puerta a la que he
estado llamando se habría abierto. Pero nada de eso ha ocurrido y te sientes
desanimado. Si te hallas en esa situación, haz lo que hizo la mujer de la
Biblia:
He aquí, una mujer
que había estado sufriendo por doce años decía para sí: Si tan sólo toco su
manto, sanaré. (Mateo 9:20-21 Biblia de las Américas).
Esta mujer llena de
sufrimiento tenía tres alternativas; podía haberse dicho a sí misma:
1) Nada va a cambiar.
2) Con semejantes
multitudes, Jesús no se va a dar cuenta de mí.
3) Si tan sólo toco
su manto, sanaré. Y escogió la tercera; ¡tú debes hacer lo mismo! Rechaza los
pensamientos negativos, acalla tus dudas, empieza a proclamar palabras de fe y
muévete en la dirección de Dios.
Escribe Mateo: Para
que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías: Él mismo tomó nuestras
enfermedades y llevó nuestras dolencias (Mateo 8:17).
Jesús te ama y quiere
restaurarte completamente. Tu pasado no cuenta, ni tampoco las actuales
circunstancias. Lo único que importa es que lo toques por fe. Jesús te dice las
mismas palabras que a la mujer de la Biblia: “Tu fe te ha salvado. Vete en paz”
(Marcos 5:34). Por lo tanto, trae todos tus sufrimientos a Jesús y recibe su
toque divino.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
¿Te da vergüenza?
“Porque no me
avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel
que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la
justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo
por la fe vivirá.” (Romanos 1:16-17)
El apóstol Pablo no
se avergonzaba del Evangelio porque tenía muy claro que es poder de Dios para
salvación y liberación. El hombre solo puede conseguir esta salvación cuando
responde personalmente creyendo y confiando en la Palabra de Dios.
Según el teólogo John Piper existe una diferencia entre sentirse avergonzado del evangelio y ser avergonzado por él. Todo cristiano fiel, será avergonzado por el evangelio. Es decir, probablemente será el blanco de ataques de burlas y oprobio. Pero hay una buena razón por la cual no debemos avergonzarnos cuando esto suceda y esta está relacionada con lo dicho acerca de Jesús en Hebreos 12:2 dice, “por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio”. El oprobio recibido por Jesús, fue en extremo desagradable, cruel y humillante, sin embargo no dejó dominarse por él, sino que cuando fue avergonzado, se enfocó en el gozo puesto ante sí, dejó de lado sus propios sentimientos para asegurar la victoria a largo plazo.
Según el teólogo John Piper existe una diferencia entre sentirse avergonzado del evangelio y ser avergonzado por él. Todo cristiano fiel, será avergonzado por el evangelio. Es decir, probablemente será el blanco de ataques de burlas y oprobio. Pero hay una buena razón por la cual no debemos avergonzarnos cuando esto suceda y esta está relacionada con lo dicho acerca de Jesús en Hebreos 12:2 dice, “por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio”. El oprobio recibido por Jesús, fue en extremo desagradable, cruel y humillante, sin embargo no dejó dominarse por él, sino que cuando fue avergonzado, se enfocó en el gozo puesto ante sí, dejó de lado sus propios sentimientos para asegurar la victoria a largo plazo.
El Evangelio es poder
de Dios para salvación para todo él que cree, ¿Pero que significar creer? La
palabra griega pistevo tiene un significado bien profundo, por un lado implica
creer en las verdades del Evangelio, en cuanto a su contenido, pero también su
concepto abarca la confianza, la entrega personal que debe tener la persona que
cree, poniéndose completamente a disposición de Jesús. Por lo tanto creer en
Cristo no es simplemente algo que se hace simplemente desde lo intelectual sino
que requiere una entrega mas profunda.
Pablo destaca además
que la justicia de Dios es por fe y para fe. Solo de esa manera alcanzamos
justificación delante de Dios, por lo cual y de esta manera el justo como
hombre justificado por Cristo, vive por la fe. La pregunta que podemos hacernos
hoy es: ¿Realmente creemos que el Evangelio es poder de Dios? Si la respuesta
es afirmativa, sería muy raro que nos avergonzaramos de predicarlo.
Aún siendo cristianos
por muchos años podemos olvidarnos del tremendo poder que lleva en sí misma la
Palabra de Dios. En dicho caso sería útil preguntarnos que nos hizo perder esta
seguridad. Muchos creyentes no se identifican como tales en sus trabajos por
miedo a ser perseguidos o que decir de nuestros niños y jóvenes en escuelas y
universidades quienes muchas veces son objeto de bullying simplemente por
sostener sus creencias. En otros casos ni siquiera los familiares conocen que
uno de los suyos es un cristiano nacido de nuevo.
Es tiempo de volver a
creer, con la seguridad y valentía de los que están dispuestos aún a soportar
el oprobio por causa de la predicación del Evangelio en lugar de avergonzarse
de él.
Daniel Zangaro
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
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