Apocalipsis 19:5La
Biblia de las Américas (LBLA)
Alabanzas en el cielo
19 Después de esto oí
como una gran voz de
una gran multitud en el cielo, que decía:
¡Aleluya!
La salvación y la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios,
2 porque sus juicios son verdaderos y justos,
pues ha juzgado a la gran ramera
que corrompía la tierra con su inmoralidad,
y ha vengado la sangre de sus siervos en ella[a].
La salvación y la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios,
2 porque sus juicios son verdaderos y justos,
pues ha juzgado a la gran ramera
que corrompía la tierra con su inmoralidad,
y ha vengado la sangre de sus siervos en ella[a].
3 Y dijeron por segunda
vez:
¡Aleluya!
El humo de ella sube por los siglos de los siglos.
El humo de ella sube por los siglos de los siglos.
4 Y los veinticuatro
ancianos y
los cuatro seres vivientes se postraron y
adoraron a Dios, que está sentado en el trono, y decían:
¡Amén!
¡Aleluya!
5 Y del trono salió una
voz que decía:
Alabad
a nuestro Dios todos
sus siervos,
los que le teméis, los pequeños y los grandes.
los que le teméis, los pequeños y los grandes.
UN ENCUENTRO CON LA PALBRA·
REFLEXION
¿Cómo Dejar Que Dios Te Consuele?
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 0
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DIOS DE TODA CONSOLACIÓN… EL CUAL NOS CONSUELA (2 Corintios 1:3-4)
¿Cómo Dejar Que Dios Te Consuele?
Dios puede hacer que te sientas bien en las
situaciones más incómodas y desagradables. Te puede sacar de problemas que
pensaste nunca podrías resolver. Puede darte paz, aun en medio de experiencias
traumáticas. En algún momento de tu vida, experimentarás el amor y también la
pérdida.
El perder algunas cosas te ayudará de hecho a
apreciar lo que todavía tienes. El pasar por la derrota hace que se saboree más
el éxito.
¿Cómo vas a celebrar las victorias si nunca has
pasado por la derrota?
Vivirás cada día no sabiendo lo que deparará el
mañana, pero con la seguridad de que todos tus mañanas están en manos de Dios,
y no en manos de tu jefe, tu asesor financiero, tu pareja o cualquier otra
persona. Ni tampoco están en tus manos, para que los puedas manipular y
controlar. No, ¡todos tus mañanas están en las manos de Dios!
Por lo tanto, hagas lo que hagas, esfuérzate por
conocerlo mejor, porque lo necesitas. Y Él siempre estará ahí para ayudarte.
Estará allí cuando todos se hayan ido y hayas perdido todo. Estará allí en tus
horas más sombrías. La promesa que te da es:
Por la noche durará el lloro y a la mañana vendrá la
alegría (Salmo 30:5). Aunque la noche sea muy larga, siempre llega la mañana, y
con ella el gozo del Señor.
Insisto: Por muy larga y oscura que sea la noche,
siempre vas a llegar a ver el amanecer, ¿no es verdad? Su gracia te ha
protegido, ha suplido tus necesidades, te ha dado seguridad, te ha calmado y
consolado y te ha ayudado a superar esa prueba.
Los tiempos y las estaciones cambian, pero Dios
permanece inmutable. Él siempre será “el Dios de toda consolación” ¡y hoy está
pendiente de ti!
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