Romanos 14:11 La
Biblia de las Américas (LBLA)
Principios que rigen problemas de conciencia
14 Aceptad al que es débil en la
fe, pero no para juzgar sus opiniones.2 Uno tiene fe en que
puede comer de todo, pero el que es débil sólocome
legumbres. 3 El que come no
menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque
Dios lo ha aceptado. 4 ¿Quién eres tú para
juzgar al criado[a] de otro? Para su
propio amo[b] está en pie o cae, y
en pie se mantendrá, porque poderoso es el Señor para sostenerlo en pie. 5 Uno juzga que un día
es superior a otro, otro juzga iguales todos los días. Cada
cual esté plenamente convencido según su propio sentir[c]. 6 El que guarda cierto[d] día, para el Señor lo
guarda; y el que come, para el Señor come, pues da gracias a Dios; y el que no
come, para el Señor se abstiene[e], y da gracias a
Dios. 7 Porque ninguno de
nosotros vive para sí mismo, y ninguno muere para sí mismo; 8 pues si vivimos, para
el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos; por tanto, ya sea que
vivamos o que muramos, del Señor somos.9 Porque para esto
Cristo murió y resucitó[f], para ser Señor tanto de los muertos
como de los vivos. 10 Pero tú, ¿por qué
juzgas a tu hermano? O también, tú, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque
todos compareceremos ante el tribunal de Dios[g]. 11 Porque está escrito:
12 De modo que cada uno
de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo.
13 Por
consiguiente, ya no nos juzguemos los unos a los otros,
sino más bien decidid esto: no poner obstáculo o piedra de tropiezo al hermano.14 Yo
sé, y estoy convencido en el Señor Jesús, de que nada es inmundo en sí mismo;
pero para el que estima que algo es inmundo, para él lo es.15 Porque
si por causa de la comida tu hermano se entristece, ya no andas conforme al amor.
No destruyas con tu comida a aquel por quien Cristo murió. 16 Por tanto, no
permitáis que se hable mal de[i] lo que para vosotros
es bueno. 17 Porque
el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el
Espíritu Santo. 18 Porque
el que de esta manera sirve a Cristo, es
aceptable a Dios y aprobado por los hombres.19 Así
que procuremos lo que contribuye a la paz y a la edificación
mutua. 20 No
destruyas la obra de Dios por causa de la comida. En realidad, todas las cosas
son limpias, pero son malas para el hombre que escandaliza[j] a otro al comer. 21 Es mejor[k] no comer carne, ni
beber vino, ni hacer nada en que tu hermano
tropiece[l]. 22 La fe que tú tienes,
tenla conforme a tu propia
convicción[m] delante de Dios.
Dichoso el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba. 23 Pero el que duda, si
come se condena, porque no lo hace por fe; y todo lo que
no procede de fe, es pecado.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Tú Conduce ¡Y Deja Que Dios Te Dirija!
Tú Conduce ¡Y Deja Que Dios Te Dirija!
“GUÍAME, SEÑOR… ENDEREZA DELANTE DE MÍ TU CAMINO” (Salmo 5:8)
Tú conduce ¡y deja que Dios te dirija!
Hannah Whitall Smith escribe: “La
voz de Dios siempre está en armonía consigo mismo, no importa las maneras
diferentes en las que hable. Las voces podrían ser muchas, pero el mensaje sólo
puede ser uno. Si Dios me dice en una voz que haga algo –o que deje de
hacerlo-, es imposible que me diga lo contrario con otra voz. Por lo tanto, mi
forma de discernir si es la voz de Dios es aplicando la prueba de la armonía.”
Para saber de cierto que estás siendo guiado por Dios, debes:
1) creer que Él tiene un plan para
tu vida;
2) pasar tiempo en oración
pidiéndole que te lo revele;
3) dar un paso de fe y obedecer,
aunque no te haya dicho todo los detalles;
4) ten la seguridad de que Él
está siempre dirigiendo tus pasos, incluso en los momentos difíciles.
Durante el rodaje de la película
Ben-Hur, Charlton Heston se entrenó durante muchas horas para aprender a
conducir una cuadriga para la famosa carrera de cuadrigas de la película.
Mejoró mucho pero estaba convencido de que nunca daría la talla.
Es así que fue al legendario director de cine Cecil B DeMille y le dijo: He trabajado duro para dominar este aparato. Creo que puedo conducirlo bien para las escenas individuales pero no creo que pueda ganar la carrera. Tras unos breves momentos, DeMille se sonrió y le dijo: Tú nada más conduce, que yo me encargo de dirigir.
Es así que fue al legendario director de cine Cecil B DeMille y le dijo: He trabajado duro para dominar este aparato. Creo que puedo conducirlo bien para las escenas individuales pero no creo que pueda ganar la carrera. Tras unos breves momentos, DeMille se sonrió y le dijo: Tú nada más conduce, que yo me encargo de dirigir.
Así lo hizo y la carrera de cuadrigas fue una de las escenas más
recordadas de la película. No necesitas tener todas las respuestas, sólo tienes
que saber que has obedecido todas las instrucciones que Dios te dio. Cuando
estás seguro de eso, simplemente conduce y ¡deja que Dios te dirija!.
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