facebook un encuentro con la palabra
2 Reyes 2:8
La Biblia
de las Américas (LBLA)
Eliseo sucesor de Elías
2 Y sucedió que cuando
el Señor iba a llevarse a Elías al cielo en un torbellino, Elías venía de Gilgal con Eliseo. 2 Y Elías dijo a
Eliseo: Te ruego que te quedes aquí, porque el Señor me ha enviado hasta Betel. Pero Eliseo dijo: Vive el Señor y vive tu alma, que no me apartaré de ti. Y
descendieron a Betel. 3 Entonces los hijos de
los profetas que estaban en Betel salieron al encuentro de Eliseo y le dijeron: ¿Sabes que hoy elSeñor te quitará a tu señor de sobre ti[a]? Y él dijo: Sí,
yo lo sé; callad.4 Elías entonces le
dijo: Eliseo, te ruego que te quedes aquí, porque elSeñor me ha enviado a Jericó. Pero él dijo: Vive el Señor y vive tu alma, que no me apartaré de ti. Y fueron a
Jericó. 5 Y los hijos de los profetas que estaban en Jericó se acercaron a Eliseo y le dijeron: ¿Sabes
que hoy el Señor te quitará a tu señor de sobre ti[b]? Y él
respondió: Sí, yo lo sé; callad. 6 Entonces Elías le
dijo: Te ruego que te quedes aquí, porque elSeñor me ha enviado al Jordán. Pero él dijo: Vive el Señor y vive tu alma, que no me apartaré de ti. Siguieron,
pues, los dos.
7 Y
cincuenta hombres de los hijos de los profetas fueron y se pararon frente a ellos,
a lo lejos, mientras ellos dos se pararon junto al Jordán.8 Entonces
Elías tomó su manto, lo dobló y golpeó las aguas, y éstas se dividieron a uno y
a otro lado[c], y los dos
pasaron por tierra seca. 9 Y[d]cuando habían
pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que yo haga por ti
antes de que yo sea separado de ti. Y Eliseo dijo: Te ruego que una doble
porción de tu espíritu sea sobre mí. 10 Y él dijo: Has pedido
una cosa difícil. Sin embargo,
si me ves cuando sea llevado de ti, así te
sucederá; pero si no, no será así. 11 Y aconteció que
mientras ellos iban andando y hablando, he aquí, apareció un carro de fuego y
caballos de fuego que
separó a los dos. Y Elías subió al cielo en un torbellino.12 Lo vio Eliseo y clamó:
Padre mío, padre mío, los carros[e] de Israel y su gente
de a caballo. Y no lo vio más. Entonces tomó sus vestidos y los rasgó en dos pedazos. 13 También recogió el
manto de Elías que se le había caído, y regresó y se paró a la orilla del
Jordán. 14 Y
tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo:
¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías? Y
cuando él golpeó también las aguas, éstas[f] se dividieron a uno y
a otro lado[g], y pasó Eliseo.
15 Cuando
lo vieron los hijos de los profetas que estaban en Jericó frentea él, dijeron: El espíritu de Elías
reposa sobre Eliseo. Y fueron a su encuentro y se postraron en tierra ante él. 16 Y le dijeron: He
aquí, ahora hay con tus siervos cincuenta hombres fuertes; te rogamos que los
dejes ir a buscar a tu señor; tal vez[h] el Espíritu del Señor lo ha levantado y lo
ha echado en algún monte o en algún valle. Y él dijo: Nolos enviéis. 17 Pero cuando le
insistieron hasta la saciedad[i], dijo: Enviadlos. Entonces enviaron cincuenta
hombres; y buscaron durante tres días, pero no lo hallaron. 18 Y volvieron a Eliseo[j] que se había quedado
en Jericó, y él les dijo: ¿No os dije: “No vayáis”?
19 Entonces
los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: He aquí, ahora el emplazamiento de
esta ciudad es bueno, como mi señor ve, pero el agua es mala y la tierra estéril[k]. 20 Y él dijo: Traedme
una vasija nueva, y poned sal en ella[l]. Y se la trajeron. 21 Y él salió al
manantial de las aguas, echó sal en él[m], y dijo: Así
dice el Señor: “He purificado[n] estas aguas; de allí
no saldrá[o] más muerte ni
esterilidad.” 22 Y
las aguas han quedado purificadas[p] hasta hoy, conforme a
la palabra que habló Eliseo.
23 Después
subió de allí a Betel; y mientras subía por el camino, unos muchachos salieron
de la ciudad y se burlaban de él, y le decían:
¡Sube, calvo; sube, calvo! 24 Cuando él miró hacia
atrás y los vio, los maldijo en el nombre del Señor. Entonces salieron
dos osas del bosque y despedazaron de ellos a cuarenta y dos muchachos. 25 De allí fue al monte
Carmelo, y desde allí regresó a Samaria.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
EFLEXION
¿Cómo No Dejar Que
Nadie Te Detenga?
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SE ESCANDALIZABAN DE ÉL (Mateo 13:57)
Los hermanos de José se ofendieron con los sueños de éste, así que lo vendieron como esclavo. La familia de David no le consideraba digno de ser rey. La gente que conoció a Jesús durante sus primeros 30 años de vida decía: ¿De dónde saca éste esta sabiduría y estos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero?…Y se escandalizaban de él (Mateo 13:54-57). Debes ser consciente de que algunas de las personas que te conocieron en aquel entonces, no te conocen ahora, porque te han encasillado.
Los hermanos de José se ofendieron con los sueños de éste, así que lo vendieron como esclavo. La familia de David no le consideraba digno de ser rey. La gente que conoció a Jesús durante sus primeros 30 años de vida decía: ¿De dónde saca éste esta sabiduría y estos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero?…Y se escandalizaban de él (Mateo 13:54-57). Debes ser consciente de que algunas de las personas que te conocieron en aquel entonces, no te conocen ahora, porque te han encasillado.
¿Qué puedes hacer al
respecto? Lo que hizo Jesús: siguió su camino. ¿Qué más podía hacer? No
permitió que otros lo mantuvieran atado a esa etapa de su vida que ya había
concluido; y tú debes hacer lo mismo. Si dejas que alguien te ate al pasado,
corres el peligro de asentarte en él más tiempo del debido y con eso perderte
el cumplimiento del destino que Dios te ha preparado.
Es bueno que haya
personas en tu vida que sepan por lo que has pasado y entiendan adónde te
diriges. Sin embargo, si tienes que elegir entre el antes y el ahora, sacrifica
el antes, porque no se puede volver a vivir, sólo darle vueltas en tu cabeza
una y otra vez. Deja de rememorar tus comienzos y empieza a escribir el resto
de tu historia. El futuro es tuyo agárralo mientras puedas.
Se cuenta que un
hacker (persona que golpea la pelota de golf y levanta mucha tierra al hacerlo)
estaba practicando el balanceo para golpear la bola; éste fallaba una y otra
vez, acabando siempre golpeando un hormiguero. Por fin una hormiga tomó la
iniciativa y dijo a las otras: “Síganme”. Pero otra protestó gritando: ¿Pero
adónde vamos? La primera indicó a la pelota de golf enfrente de ellas y dijo:
Ahí. ¡Si no nos montamos en esa bola, vamos a perecer!.
Hoy es el día de tu
montarte en esa bola y decir basta en el nombre de Jesús. Si lo haces el
proceso de transformación continuará en tu vida, y si no quedarás rezagado en
el pasado perdido y olvidado del fracaso.
Bendigo tu vida hoy
para que tengas sueños mayores que tu, sueños en los cuales la gente este
inclusa y sea bendecida por tu obediencia a Dios.
¡Bendiciones!
¡Bendiciones!
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Caídas que levantan
Desde niños hasta
adultos tendemos a tropezar y a caer, un descuido o distracción hacen que nos
tumbemos al suelo; pero no nos quedamos ahí postrados, porque el cuerpo siempre
tiende a levantarse.
En nuestra vida cristiana también ocurre este hecho,
tenemos caídas, fallamos a Dios y a nuestros seres queridos. Aunque es doloroso
vivir las consecuencias de estas faltas debemos tener una esperanza: la
restauración.
Moisés, fue testigo
del maltrato de un egipcio a un hebreo, e impulsado por su ira se lanzó contra
el egipcio y lo mató. Dios permaneció atento a él desde su nacimiento,
guardando su vida y después de este suceso Moisés huyó por un buen tiempo,
luego Dios lo llamó a libertar a su pueblo de la esclavitud de los egipcios. A
pesar de fallar Moisés el Señor lo usó en gran manera.
Ya que todos somos
propensos a equivocarnos o a pecar, Dios tiene estrategias para levantarnos y
continuar la obra que ha empezado en nosotros. Por eso debemos tener el corazón
en esta verdad, no para pecar deliberadamente sino para levantarnos con una
mentalidad diferente, que aprende de los errores y ser más fuertes en Él.
Si nos levantamos
pero seguimos con la misma actitud de seguro que las siguientes caídas serán
más dolorosas. Aprendamos de nuestros errores, pero tampoco nos quedemos en el
piso, pues es eso lo que quiere el enemigo, en cambio Dios quiere levantarnos:
“Sin embargo, llegará el día en que sanaré las heridas de Jerusalén y le daré
prosperidad y verdadera paz. Restableceré el bienestar de Judá e Israel y
reconstruiré sus ciudades. Los limpiaré de sus pecados contra mí y perdonaré
todos sus pecados de rebelión. ¡Entonces esta ciudad me traerá gozo, gloria y
honra ante todas las naciones de la tierra! ¡Ellas verán todo el bien que hago
a mi pueblo y temblarán de asombro al ver la paz y prosperidad que le doy!”
Jeremías 33:6-9 NTV
¡Que las caídas te
levanten con más fe y fuerza en Dios!
Soraida Fuentes
CVCLAVOZ
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