facebook un encuentro con la palabra
Éxodo 14:21
La Biblia
de las Américas (LBLA)
Paso del mar Rojo
21 Extendió Moisés su
mano sobre el mar; y el Señor, por medio de un
fuerte viento solano que sopló toda la noche, hizo
que el mar retrocediera; y cambió el mar en tierra seca, y fueron divididas las
aguas. 22 Y
los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, y las aguas les eran como un muro a su derecha
y a su izquierda.23 Entonces los egipcios
reanudaron la persecución, y entraron tras ellos en medio del mar todos los
caballos de Faraón, sus carros y sus jinetes.24 Y
aconteció que a la vigilia de la mañana, el Señor miró el ejército[l] de los egipcios desde[m] la columna de fuego y
de nube, y sembró la confusión en el ejército[n] de los egipcios. 25 Y entorpeció[o] las ruedas de sus
carros, e hizo que avanzaran con dificultad. Entonces los egipcios dijeron:
Huyamos ante Israel, porque el Señor pelea por ellos
contra los egipcios.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
¿Cómo Tomar Un
Descanso De Tu Trabajo?
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 0
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 0
CONCLUYÓ DIOS LA OBRA? Y REPOSÓ (Génesis 2:2)
Si seguimos ocupándonos de nuestro trabajo mejor de lo que nos ocupamos de nosotros mismos, hay una gran posibilidad de que no lleguemos a verlo concluido. Para maximizar nuestra productividad en el trabajo, tenemos que aprender a darnos un descanso. ¿Por qué caen los poderosos? Porque no entienden la importancia del reposo. En el libro de Génesis leemos: Concluyó Dios la obra y reposó (Génesis 2:2). Si Dios descansó, ¿cómo no tendremos que hacerlo nosotros? Hay dos razones para no hacerlo:
Si seguimos ocupándonos de nuestro trabajo mejor de lo que nos ocupamos de nosotros mismos, hay una gran posibilidad de que no lleguemos a verlo concluido. Para maximizar nuestra productividad en el trabajo, tenemos que aprender a darnos un descanso. ¿Por qué caen los poderosos? Porque no entienden la importancia del reposo. En el libro de Génesis leemos: Concluyó Dios la obra y reposó (Génesis 2:2). Si Dios descansó, ¿cómo no tendremos que hacerlo nosotros? Hay dos razones para no hacerlo:
La primera es que nos
esforzamos por alcanzar metas que Dios nunca nos propuso.
Jesús dijo: Porque mi
yugo es fácil y ligera mi carga (Mateo 11:30). Cuando algo es continuamente muy
duro o muy pesado, tenemos que preguntarnos: ¿Me ha llamado de verdad Dios a
hacer esto? La voluntad de Dios hará que nuestra fe alcance nuevos límites y
propulsará nuestro talento a nuevas cotas, pero nunca destruirá nuestra salud,
nuestra paz interior ni a nuestra familia.
.
La segunda es que perdemos la perspectiva y nuestro orden de prioridades se distorsiona.
.
La segunda es que perdemos la perspectiva y nuestro orden de prioridades se distorsiona.
Decimos: ¿Estoy
haciendo esto por mi familia?. Pero ¿no se te ha ocurrido pensar que si los
miembros de tu familia pudieran elegir, seguramente querrían más de tu tiempo,
aunque tuvieran menos cosas materiales? Pero no les dejamos elegir, ¿verdad?
Nuestra verdadera capacitación comienza cuando llegamos al punto de hastío y
decimos: “Hasta aquí hemos llegado”. Es entonces cuando empezamos a tomar las
riendas y a decidir qué sucede en nuestras vidas y de qué forma. Si nos
sentimos culpables al tomarnos un descanso, es hora de cambiar nuestra forma de
pensar. Escribe el salmista: En lugares de verdes pastos me hace descansar Él
restaura mi alma (Salmo 23:2-3, Biblia de las Américas). La restauración física
y emocional empieza con el descanso. Así que aprendamos a sacar tiempo libre,
sin sentirnos que somos perezosos, irresponsables o poco productivos.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Buscando la felicidad
Cuenta una historia
que había una vez, en un frío día de invierno, un burrito al que tanto la
estación, como la comida que su dueño le daba, le desagradaban profundamente.
Cansado de comer insípida y seca paja anhelaba, con todas sus fuerzas, la
llegada de la primavera para poder comer la hierba fresca que crecía en el
prado.
Entre suspiros y deseos, llegó la tan esperada
primavera para el burrito, en la que poco pudo disfrutar de la hierba, ya que
su dueño comenzó a segarla y recolectarla para alimentar a sus animales. ¿Quién
cargó con ella? El risueño burro, al que tanto trabajo hizo comenzar a odiar la
primavera y esperar con ansias el verano.
Pero el verano tampoco mejoró su situación, ya que le tocó cargar con los granos y los frutos de la cosecha hasta la casa, sudando terriblemente y abrazando su piel con el sol. Algo que le hizo volver a contar los días para la llegada del otoño, que esperaba que fuera más relajado.
Pero el verano tampoco mejoró su situación, ya que le tocó cargar con los granos y los frutos de la cosecha hasta la casa, sudando terriblemente y abrazando su piel con el sol. Algo que le hizo volver a contar los días para la llegada del otoño, que esperaba que fuera más relajado.
Llegó al fin el otoño
y con él mucho más trabajo para el burrito, ya que en esta época del año, toca
recolectar la uva y otros muchos frutos del huerto, que tuvo que cargar sin
descanso hasta su hogar.
Cuando por fin llegó el invierno, descubrió que era la mejor estación del año, puesto que no debía trabajar y podía comer y dormir tanto como quisiera, sin que nadie le molestara. Así fue, como recordó lo tonto que había sido.
Cuando por fin llegó el invierno, descubrió que era la mejor estación del año, puesto que no debía trabajar y podía comer y dormir tanto como quisiera, sin que nadie le molestara. Así fue, como recordó lo tonto que había sido.
Para ser felices no
necesitamos todo aquello que ven nuestros ojos, lo que nos ofrece la publicidad
ni los que otros poseen. Podemos ser felices con lo que Dios nos da porque eso
es exactamente lo que necesitamos.
“Sean agradecidos en
toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que
pertenecen a Cristo Jesús”. 1 Tesalonicenses 5:18 (NTV)
Muchas veces la gente
se pasa años buscando tener más, buscando vivir la historia de los demás y en
esa su búsqueda lo único que hacen es aumentar su infelicidad porque cada vez
que llegan a donde pensaron que serían felices se dan cuenta de que algo más
les hace falta y ven que abandonaron cosas muy valiosas por algo que no existe.
No está mal querer
superarse pero no vivas desdichado ignorando que, en realidad, podrías ser una
de las personas más bendecidas del mundo.
Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario