Lucas 1:64 La Biblia de las Américas (LBLA)
Nacimiento de Juan el Bautista
57 Cuando a Elisabet se
le cumplió el tiempo de su alumbramiento, dio a luz un hijo. 58 Y sus vecinos y
parientes oyeron que el Señor había demostrado su gran[ah] misericordia hacia ella; y se
regocijaban con ella.59 Y[ai] al octavo día
vinieron para circuncidar al niño, y lo iban a llamar Zacarías según el nombre
de su padre. 60 Pero
la[aj] madre respondió, y
dijo: No, sino que se llamará Juan. 61 Y le dijeron: No hay
nadie en tu familia[ak] que tenga ese nombre. 62 Entonces preguntaban
por[al] señasal padre, cómo
lo quería llamar. 63 Y él pidió una
tablilla y escribió lo siguiente[am]: Su nombre es
Juan. Y todos se maravillaron. 64 Al instante le fue
abierta su boca y suelta su lengua, y comenzó
a hablar dando
alabanza a Dios. 65 Y
vino temor sobre todos los que vivían a su alrededor; y todas estas cosas se
comentaban en toda la región montañosa de Judea. 66 Y todos los que las oían las guardaban en su
corazón, diciendo: ¿Qué, pues, llegará a ser este niño? Porque la mano del
Señor ciertamente estaba con él.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
¿Cómo Aprender a
Respetar Las Diferencias?
Publicado por: Devocionales en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 0
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“QUE… SEAN…AMABLES Y ATENTOS CON TODO EL MUNDO” (Tito 3:2, Castilian)
¿Cómo Aprender a Respetar Las Diferencias?
Nadie se libra de la adversidad. Jesús dijo a sus discípulos: “…En el mundo tendréis aflicción…” (Juan 16:33). Verdell Davis escribe lo siguiente:
“Aunque pasemos por
las mismas enfermedades, las mismas relaciones rotas, las mismas discapacidades
físicas y los mismos fracasos, intentar comparar sufrimientos es ignorar la
dinámica especial que cada vida humana posee.
Al escuchar los
testimonios de las reuniones de Alcohólicos Anónimos donde todos los
integrantes están ahí por una adición común, uno se puede dar cuenta de que
cada sufrimiento, cada pena, cada pérdida, cada interacción con otros tiene una
dimensión única que ninguno de los presentes ha vivido de la misma forma.
Debemos resistir la tentación de ver nuestras adversidades como más terribles, o menos importantes, que las de los demás. Las mías son únicas para mí, y para tratar con ellas de manera abierta y sincera, tengo que aceptar que merecen mi atención y mi respeto.”
Debemos resistir la tentación de ver nuestras adversidades como más terribles, o menos importantes, que las de los demás. Las mías son únicas para mí, y para tratar con ellas de manera abierta y sincera, tengo que aceptar que merecen mi atención y mi respeto.”
Escribe Pablo: “Que…
sean…amables y atentos con todo el mundo” (Tito 3:2, Castilian).
Respeta las
diferencias que hay entre ti y otras personas, aun cuando hayáis vivido la
misma experiencia. No irrumpas en su historia con un sermón ni un discurso bien
planeados de antemano. “El sabio de corazón es llamado prudente, y la dulzura
de labios aumenta el saber” (Proverbios 16:21).
No te equivocarás con
alguien que está sufriendo si simplemente estás ahí, le das un abrazo, le haces
saber que te importa y que estás orando por él. Lo siguiente puede parecer
tópico, pero sigue siendo cierto: a nadie le importa cuánto sabes hasta que se da
cuenta de cuánto él o ella te importan.
No demuestras el amor
de Dios si eres avasallador, dogmático y te comportas como un sabelotodo. Sólo
lo demostrarás si posees una sabiduría que es “pacífica, amable, benigna, llena
de misericordia…” (Santiago 3:17).
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Integridad en tiempos
de prueba.
“Si hablo, mi dolor
no cesa; y si dejo de hablar, no se aparta de mí. Pero ahora tú me has
fatigado; has asolado toda mi compañía. Tú me has llenado de arrugas; testigo
es mi flacura. Que se levanta contra mí para testificar en mi rostro. Su furor
me despedazó, y me ha sido contrario; crujió sus dientes contra mí; contra mí
aguzó sus ojos mi enemigo. Abrieron contra mí su boca. Hirieron mis mejillas
con afrenta; contra mí se juntaron todos. Me ha entregado Dios al mentiroso, y
en las manos de los impíos me hizo caer. Próspero estaba, y me desmenuzó; me
arrebató por la cerviz y me despedazó, y me puso por blanco suyo.” Job 16:6-12
Muchas veces nos
cuesta leer el libro de Job, no es fácil leer acerca de un hombre que tuvo que
soportar tanto sufrimiento. No terminaban de darle una mala noticia que ya
llegaban con otra y aún peor.
La Biblia nos habla
de la integridad de Job, quien aún en medio de la enfermedad y teniendo todo su
cuerpo cubierto por llagas, no se quebrantó. Tampoco las tremendas pérdidas
familiares que tuvo que soportar con la muerte de sus hijos, ni la ruina
económica al perder todas sus riquezas pudieron vulnerarlo. Todo parecía
derrumbarse con suma facilidad, cualquiera diría que Dios estaba enojado con él
o ensañado con su vida.
Job no hizo lo mismo
que muchos de nosotros, ante las pruebas y circunstancias de la vida, ya que
generalmente tendemos a: 1) Quejarnos de nuestra situación 2) Darle lugar a la
auto conmiseración o la lástima de nosotros mismos. 3) Tener un sentimiento de
abandono por parte de Dios y de nuestros seres queridos.
Es más, aquellos a
los que Job llamaba sus amigos, no entendían esta situación, no entraba en sus
estereotipos; por lo tanto, sólo buscaban una y otra vez encontrar el pecado
oculto de Job, lo cual le ayudaría a entender las circunstancias de su vida
actual.
Pero este no era el caso, Job permanecía íntegro, aún cuando su propia esposa le sugería que maldijera a Dios y muriera, pero Job nunca obró de tal manera.
Pero este no era el caso, Job permanecía íntegro, aún cuando su propia esposa le sugería que maldijera a Dios y muriera, pero Job nunca obró de tal manera.
Cuántas veces nos
pasa que en medio de una situación difícil y esperando al menos un poco de
comprensión y apoyo, lo único que encontramos son palabras duras y de juicio,
preguntas que lo único que buscan es querer encasillarnos en uno de sus
estándares para saber qué hacer o qué decir.
Cuántas veces se
enseña equivocadamente que el sufrimiento viene por causa del pecado; sin
embargo, esto no es cien por ciento acertado. Si bien dice la Biblia que la
paga del pecado es muerte y por lo tanto el pecado trae sus consecuencias de
sufrimiento, no toda mala situación o ni circunstancia dolorosa tiene su causa
en el pecado.
Es necesario que como
hijos y siervos de Dios tengamos mucho cuidado en caer en simplificaciones y
subestimaciones, las que sólo terminarán dañando a las personas que se suponía
íbamos a serles de ayuda o soporte en una difícil situación.
Por algo la Biblia
nos dice: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo
tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Juan 16:33.
Hay situaciones que
no entendemos, pero nuestra parte es confiar en la victoria del Señor.
La vida de Job nos
enseña que se puede permanecer íntegro, aún en medio de situaciones dolorosas,
pero tengamos en cuenta que en esos momentos saldrá a la luz lo que realmente
hay en nuestro corazón.
Finalmente a Job
recibió mucho más de lo que tenía en salud, familia y riquezas, la historia
termina con un hombre íntegro completamente restaurado.
Si estás pasando
situaciones duras, difíciles de comprender, si de un momento para otro se han
levantado tiempos de crisis, confía en Dios, mantente firme e íntegro creyendo
que Él está en absoluto control de tu vida y que al igual que Job, tu postrer
estado será mucho mejor que el primero.
Daniel Zangaro
CVCLAVOZ
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