miércoles, 26 de febrero de 2014
ABANDONAR LOS LUGARES
Devolución de los bienes a la sunamita
8 Y Eliseo habló a la mujer, a cuyo hijo él había devuelto la vida, diciendo: Levántate y vete, tú y tu casa, y reside donde puedas residir, porque el SEÑOR ha llamado al hambre que vendrá sobre la tierra por siete años.
2 Entonces la mujer se levantó e hizo conforme a la palabra del hombre de Dios, y se fue ella con los de su casa y residió en la tierra de los filisteos siete años.
3 Y aconteció que al cabo de los siete años, la mujer volvió de la tierra de los filisteos; y salió a implorar al rey por su casa y por su campo.
4 Y el rey estaba hablando con Giezi, criado del hombre de Dios, diciéndole: Te ruego que me cuentes todas las grandes cosas que ha hecho Eliseo.
5 Y sucedió que mientras él contaba al rey cómo había devuelto la vida a un muerto, he aquí, la mujer a cuyo hijo había devuelto la vida, imploró al rey por su casa y por su campo. Y Giezi dijo: Oh rey señor mío, ésta es la mujer y éste es su hijo, al que Eliseo devolvió la vida.
6 Cuando el rey preguntó a la mujer, ella se lo contó. Entonces el rey le asignó un oficial, diciendo: Restáurale todo lo que era suyo y todo el fruto del campo desde el día que dejó el país hasta ahora.
Muerte de Saúl y de sus hijos
10 Los filisteos pelearon contra Israel y los hombres de Israel huyeron delante de los filisteos y cayeron muertos en el monte Gilboa.
2 Los filisteos persiguieron muy de cerca a Saúl y a sus hijos, y mataron a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa, hijos de Saúl.
3 Y arreció la batalla contra Saúl, los arqueros lo alcanzaron y fue herido por ellos.
4 Entonces Saúl dijo a su escudero: Saca tu espada y traspásame con ella, no sea que vengan estos incircuncisos y hagan burla de mí. Pero su escudero no quiso, porque tenía mucho miedo. Por lo cual Saúl tomó su espada y se echó sobre ella.
5 Al ver su escudero que Saúl había muerto, él también se echó sobre su espada y murió.
6 Así murió Saúl con sus tres hijos, y todos los de su casa murieron juntamente con él.
7 Cuando todos los hombres de Israel que estaban en el valle, vieron que ellos habían huido y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron sus ciudades y huyeron; entonces los filisteos vinieron y habitaron en ellas.
8 Y sucedió que al día siguiente, cuando vinieron los filisteos para despojar a los muertos, hallaron a Saúl y a sus hijos caídos en el monte Gilboa.
9 Lo despojaron, tomaron su cabeza y sus armas y enviaron mensajeros por toda la tierra de los filisteos para que llevaran las buenas nuevas a sus ídolos y al pueblo.
10 Pusieron su armadura en la casa de sus dioses y clavaron su cabeza en la casa de Dagón.
11 Cuando oyeron los de Jabes de Galaad todo lo que los filisteos habían hecho a Saúl,
12 se levantaron todos los hombres valientes y se llevaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos, los trajeron a Jabes y enterraron sus huesos bajo la encina en Jabes, y ayunaron siete días.
13 Así murió Saúl por la transgresión que cometió contra el SEÑOR por no haber guardado la palabra del SEÑOR, y también porque consultó y pidió consejo a una médium,
14 y no consultó al SEÑOR. Por tanto, El le quitó la vida y transfirió el reino a David, hijo de Isaí.
ANDANDO EN LA SABIDURIA DE DIOS
Promesas – Vea dos veces lo que va a Decir!
No se esfuerce por demás para impresionar a la gente y sobretodo para hacer alarde. Nada causa tan mala impresión como alguien que cae en su propia trampa.
Los seres humanos nacen con dos ojos y una lengua.
Es para que vean dos veces lo que van a decir.
Proverbios 10:19
En las muchas palabras no falta pecado;
mas el que refrena sus labios es prudente.
Santiago 1:19
Esto sabéis, mis amados hermanos. Pero que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira;
Santiago 3:2
Porque todos tropezamos de muchas maneras. Si alguno no tropieza en lo que dice, es un hombre perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
Job 11:2
¿Quedará sin respuesta esa multitud de palabras, y será absuelto el que mucho habla?
Proverbios 17:27
El que retiene sus palabras tiene conocimiento, y el de espíritu sereno es hombre entendido.
Proverbios 18:21
Muerte y vida están en poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto.
Eclesiastés 5:2
No te des prisa en hablar, ni se apresure tu corazón a proferir palabra delante de Dios. Porque Dios está en el cielo y tú en la tierra; por tanto sean pocas tus palabras.
Eclesiastés 5:3
Porque los sueños vienen de la mucha tarea, y la voz del necio de las muchas palabras.
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