martes, 18 de febrero de 2014
ABOMINAR
Deuteronomio 7
12 Y sucederá que porque escuchas estos juicios y los guardas y los pones por obra, el SEÑOR tu Dios guardará su pacto contigo y su misericordia que juró a tus padres.
13 Y te amará, te bendecirá y te multiplicará; también bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu cereal, tu mosto, tu aceite, el aumento de tu ganado y las crías de tu rebaño en la tierra que El juró a tus padres que te daría.
14 Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá varón ni hembra estéril en ti, ni en tu ganado.
15 Y el SEÑOR apartará de ti toda enfermedad; y no pondrá sobre ti ninguna de las enfermedades malignas de Egipto que has conocido, sino que las pondrá sobre los que te odian.
16 Y destruirás a todos los pueblos que el SEÑOR tu Dios te entregue; tu ojo no tendrá piedad de ellos; tampoco servirás a sus dioses, porque esto sería un tropiezo para ti.
17 Si dijeras en tu corazón: "Estas naciones son más poderosas que yo, ¿cómo podré desposeerlas?",
18 no tengas temor de ellas; recuerda bien lo que el SEÑOR tu Dios hizo a Faraón y a todo Egipto:
19 las grandes pruebas que tus ojos vieron, las señales y maravillas, y la mano poderosa y el brazo extendido con el cual el SEÑOR tu Dios te sacó. Así el SEÑOR tu Dios hará con todos los pueblos a los cuales temes.
20 Además, el SEÑOR tu Dios enviará la avispa contra ellos, hasta que perezcan los que queden y se escondan de ti.
21 No te espantes de ellos, porque el SEÑOR tu Dios está en medio de ti, Dios grande y temible.
22 Y el SEÑOR tu Dios echará estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás acabar con ellas rápidamente, no sea que las bestias del campo lleguen a ser demasiado numerosas para ti.
23 Pero el SEÑOR tu Dios las entregará delante de ti, y producirá entre ellas gran confusión hasta que perezcan.
24 Y entregará en tus manos a sus reyes de modo que harás perecer sus nombres de debajo del cielo; ningún hombre podrá hacerte frente hasta que tú los hayas destruido.
25 Las esculturas de sus dioses quemarás a fuego; no codiciarás la plata o el oro que las recubren, ni lo tomarás para ti, no sea que por ello caigas en un lazo, porque es abominación al SEÑOR tu Dios.
26 Y no traerás cosa abominable a tu casa, pues serás anatema como ella; ciertamente la aborrecerás y la abominarás, pues es anatema.
Salmo 5
6 Destruyes a los que hablan falsedad;
el SEÑOR abomina al hombre sanguinario y engañador.
7 Mas yo, por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa;
me postraré en tu santo templo con reverencia.
8 SEÑOR, guíame en tu justicia por causa de mis enemigos;
allana delante de mí tu camino.
9 Porque no hay sinceridad en lo que dicen;
destrucción son sus entrañas,
sepulcro abierto es su garganta;
con su lengua hablan lisonjas.
10 Tenlos por culpables, oh Dios;
¡que caigan por sus mismas intrigas!
Echalos fuera por la multitud de sus transgresiones,
porque se rebelan contra ti.
11 Pero alégrense todos los que en ti se refugian;
para siempre canten con júbilo,
porque tú los proteges;
regocíjense en ti los que aman tu nombre.
12 Porque tú, oh SEÑOR, bendices al justo,
como con un escudo lo rodeas de tu favor.
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