facebook un encuentro con la palabra
1 Corintios 14:16-17
La Biblia
de las Américas (LBLA)
Superioridad del don de profecía
14 Procurad alcanzar el
amor; pero también desead ardientemente los dones espirituales, sobre todo que
profeticéis. 2 Porque el que habla en lenguas[a] no habla a los hombres, sino a Dios, pues nadie lo entiende[b], sino que en su espíritu[c] habla misterios. 3 Pero el que profetiza
habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. 4 El que habla en
lenguas, a sí mismo se edifica, pero el que profetiza edifica a la iglesia. 5 Yo quisiera que todos
hablarais en lenguas, pero aún más, que profetizarais; pues el que profetiza es
superior al que habla en lenguas, a menos de que las interprete para que la iglesia reciba edificación. 6 Ahora bien, hermanos,
si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿de qué provecho os seré a menos de
que os hable por medio de revelación, o de conocimiento, o de profecía, o de
enseñanza? 7 Aun las cosas inanimadas, como la
flauta o el arpa, al producir un sonido, si no dan con distinción los sonidos,
¿cómo se sabrá lo que se toca en la flauta o en el arpa? 8 Porque si la trompeta
da un sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla? 9 Así también vosotros,
a menos de que con la boca[d] pronunciéis palabras inteligibles, ¿cómo se sabrá lo
que decís[e]? Pues hablaréis
al aire.10 Hay, quizás, muchas
variedades de idiomas[f] en el mundo, y ninguno carece de significado. 11 Pues si yo no sé el
significado[g] de las palabras[h], seré para el
que habla un extranjero[i], y el que habla
será un extranjero[j] para mí[k]. 12 Así también vosotros,
puesto que anheláis dones espirituales[l], procurad
abundaren ellos para la edificación de la iglesia. 13 Por tanto, el que
habla en lenguas, pida en oración para que pueda interpretar. 14 Porque si yo oro en
lenguas, mi espíritu ora, pero mi entendimiento[m] queda sin fruto. 15 Entonces ¿qué? Oraré
con el espíritu, pero también oraré con el entendimiento[n]; cantaré con el espíritu, pero también cantaré con el entendimiento[o]. 16 De otra manera, si
bendices sólo en[p] el espíritu, ¿cómo dirá el Amén a tu acción de gracias el que ocupa el lugar del que no tiene ese don[q], puesto que no
sabe lo que dices?17 Porque tú das gracias
bien, pero el otro no es edificado. 18 Doy gracias a Dios
porque hablo en lenguas más que todos vosotros; 19 sin embargo, en la
iglesia prefiero[r] hablar cinco palabras con mi entendimiento[s], para instruir
también a otros, antes que diez mil palabras en lenguas.
20 Hermanos,
no seáis niños en la manera de pensar; más bien, sed niños en la malicia, pero
en la manera de pensar sed maduros. 21 En la ley está escrito: Por hombres de lenguas extrañas y por boca[t] de extraños hablare a este pueblo, y ni aun asi me
escucharan, dice el Señor. 22 Así que las lenguas
son una señal, no para los que creen, sino para los incrédulos; pero la profecía es una señal,
no para los incrédulos, sino para los creyentes. 23 Por tanto, si toda la
iglesia se reúne y todos hablan en lenguas, y entran algunos sin ese don o son incrédulos,
¿no dirán que estáis locos? 24 Pero si todos
profetizan, y entra un incrédulo, o uno sin ese don, por todos será[u] convencido, por todos
será[v] juzgado; 25 los secretos de su
corazón quedarán al descubierto, y él se postrará y adorará a Dios,
declarando que en verdad Dios está entre vosotros.
REFLEXION
Vuelve Al
Lugar Donde Conociste A Jesús
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SIMÓN PEDRO LES DIJO: VOY A PESCAR. Jn. 21:3
Cuando Pedro decidió ir a pescar aquella noche, es posible que estuviese tomando la decisión de dejarlo todo y volver al lugar donde primeramente conoció al Señor. ¡Eso es dar un buen paso! Cuando te sientes desanimado puedes, o bien regresar junto a Aquél que puede salvar, guardar y satisfacer, o volver a lo que estabas haciendo antes de conocerle a Él. ¡Lo último no es dar un buen paso! Pedro estuvo toda la noche pescando y no pesco nada. Esa es una buena lección para ti.
Dios le dijo
a la iglesia en Apocalipsis: “Has perseverado” y has trabajado arduamente por
causa de Mi nombre y “no has desmayado. Pero tengo contra ti que has dejado tu
primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, arrepiéntete y haz las
primeras obras”. (Apocalipsis 2:3-5). ¿Se ha enfriado el amor que le tenías a
Dios? Si es así, necesitas regresar al lugar donde primeramente le conociste.
Buscarle a Él nuevamente, como lo hacías antes de oír y ver tanto; antes de que
las presiones de esta vida te agotaran. “Pero si estoy ocupado en la obra del
Señor”, dices. Las obligaciones y la improductividad van de la mano. Es posible
parecer un santo en las cortes de Babilonia y ser negligente en las cortes de
Sión. Jesús preguntó por tres veces a Pedro: ¿Me amas? Finalmente Pedro dijo:
Señor, Tú sabes todas las cosas, Tú sabes [hasta qué punto] te amo. (Juan
21:17). Oswald Chambers dijo:
“Tened
cuidado con algo que compita con vuestra lealtad a Jesucristo. El mayor
competidor de la devoción a Jesús, es servirle a Él”. Piénsalo.
UN ENCUENTRO CON LA PALBRA
·
REFLEXION
Tus ojos no mienten
Cuando tú hablas con
una persona y la ves a los ojos, puedes percibir si está alegre, triste o
preocupada. Lo mismo sucede al conversar con un niño, porque cuando está
mintiendo, se esconde y no quiere hablar o agacha su cabecita y evita mirar de
frente. Su actitud y sus ojos lo delatan porque en él no hay maldad.
Los ojos son el reflejo de tu carácter. Así que, tu
bondad o maldad se refleja en tu mirada. Mateo 6:22 (TLA)
Si nuestros ojos
están limpios podemos ver claramente lo que está delante nuestro pero si están
sucios o irritados, vemos borroso y no somos capaces de distinguir bien las
cosas. Al ser una de las zonas más sensibles de nuestro cuerpo requiere mayor
cuidado para evitar que algo externo pueda dañarlos.
Como hijos de Dios
somos llamados a mantener nuestra mirada en Jesús, no en las cosas de este
mundo porque al hacerlo perdemos la óptica de las cosas divinas y nos volvemos
incapaces de distinguir la voz de nuestro Padre Celestial; dejamos de
obedecerlo y permitimos que nuestro corazón y mente se llenen de sentimientos y
pensamientos malos que terminan apartándonos de Él.
¿Qué estás
permitiendo que entre a tu vida a través de tus ojos? ¿Los estás cuidando o
estás viendo cosas que te están haciendo pecar? ¡Ya no lo hagas! Si hoy tus
ojos están sucios o enfocados en una dirección equivocada, pídele a Dios que
los limpie y los direccione nuevamente a Él. Tú, comprométete a cuidarlos,
porque al igual que tu mente y corazón son una de las áreas más sensibles de tu
vida y el enemigo las usa para que cedas a la tentación.
No permitas que nada
se interponga entre Dios y tú. Esfuérzate por irradiar luz y paz donde Él te
lleve.
Brisna Bustamante
CVCLAVOZ
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