facebook un encuentro con la palabra
Mateo 15:36 La Biblia de las Américas (LBLA)
Alimentación de los cuatro mil
32 Entonces Jesús, llamando junto a sí a sus
discípulos, les dijo: Tengo
compasión de la multitud, porque hace ya tres días que están conmigo y no
tienen qué comer; y no quiero despedirlos sin comer, no sea que desfallezcan en
el camino. 33 Y los
discípulos le dijeron*: ¿Dónde conseguiríamos nosotros en el desierto tantos
panes para saciar a una multitud tan grande? 34 Jesús entonces les dijo*: ¿Cuántos panes
tenéis? Y ellos respondieron: Siete, y unos pocos pececillos. 35 Y El mandó a la multitud que se recostara en el
suelo; 36 y tomó los
siete panes y los peces; y después de dar gracias, los partió y empezó a darlos a los discípulos, y los discípulos a las multitudes. 37 Y comieron todos y se saciaron; y recogieron de lo
que sobró de los pedazos, siete canastas llenas.38 Los que comieron fueron cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. 39 Y después de despedir a la muchedumbre, subió a la
barca y fue a la región de Magadán[o].
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Tu Profesión Forma
Parte Del Plan de Dios
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 0
“ME ES NECESARIO
HACER LAS OBRAS DEL QUE ME ENVIÓ…” (Juan 9:4)
Te sentirás mucho más
realizado cuando entiendas que tu profesión es parte fundamental de la voluntad
de Dios para tu vida. Jesús predicaba y sanaba, ese era el “trabajo”
encomendado por Su Padre. Y así lo debes ver tú. En lugar de considerar la
iglesia como un lugar donde te encuentras con Dios los domingos por la mañana,
mírala como un lugar donde recibes alimento y fuerzas para llevar contigo la
presencia de Dios a tu ámbito profesional. “Y todo lo que hagáis, de palabra o
de obra, hacedlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre
por medio de él” (Colosenses 3:17).
Resaltemos dos
términos:
1) De palabra. Eso
tiene que ver con las áreas de la comunicación y la información.
2) De obra. Eso está
relacionado con las áreas de la creatividad y la construcción. Hagas lo que
hagas, que sea con corazón agradecido, como si el Señor fuera tu jefe —porque
lo es—.
Cuando trabajas con
esa actitud, cobras nueva vida. Algunos cobran vida cuando tocan un instrumento
musical, otros cuando dirigen un equipo, otros al aconsejar a alguien que está
dolido, otros cuando analizan una hoja de cálculo. Cuando cada uno hace lo que
Dios le encomendó, el mundo en que vivimos se enriquece. Toda dote y habilidad
ha sido dada por Dios; hemos sido invitados a vivir en comunión consciente con
el Espíritu Santo en nuestra profesión a fin de desarrollar los dones que Él
nos ha dado. El trabajo es una expresión de amor. No podemos ser totalmente
humanos si no nos dedicamos a algo de valor.
“…HACEDLO TODO EN EL
NOMBRE DEL SEÑOR JESÚS…” (Colosenses 3:17)
Según ciertos
estudios, los mejores momentos de la vida no los aportan ni el ocio ni el placer.
Esos momentos llegan cuando estamos inmersos en una labor importante y compleja
en la que usamos nuestras mejores capacidades. Es ahí, cuando estás tan metido
de lleno en la actividad, tan concentrado, que el tiempo no cuenta y la tarea
no parece requerir duros esfuerzos. Eres consciente del proceso pero sin
sentirte cohibido; eres llevado al límite de tus conocimientos y aptitudes pero
no estás estresado ni preocupado. Te entregas por completo al cometido y este
forma parte de ti. A ese estado le llamamos “corriente”, porque quienes lo
viven a veces usan la metáfora de ser arrastrados por algo exterior a ellos.
Se han realizado
muchos estudios en los últimos treinta años con cientos de miles de personas
para explorar este fenómeno. Si te quedas sentado no lo vas a experimentar. La
imagen de la corriente es una analogía de lo que debería ser el “dominio” del
que habla la Biblia. En Génesis Dios nos dice que tenemos que “señorear” sobre
la tierra, o “ejercer dominio” (véase Génesis 1:26, 28). Solemos pensar que
esos términos significan “controlar” o “mandonear”. Pero el verdadero concepto
es que tienes que invertir tus capacidades para crear cosas de valor en la
tierra, debes plantar, edificar, escribir, organizar, sanar e inventar formas
en las que bendecir a los humanos y hacer que florezca el Reino de Dios en la
Tierra.
“SI EL SEÑOR NO
EDIFICA LA CASA, EN VANO TRABAJAN LOS QUE LA EDIFICAN…” (Salmo 127:1)
Cuando estás
demasiado cualificado para realizar una tarea, te aburres. Cuando la tarea es
más complicada de lo que eres capaz, te sientes ansioso y frustrado. Pero
cuando tus dotes y tu tarea van a la par, entonces estás “en la corriente”. No
trabajamos solo por dinero, para que nos reconozcan, nos asciendan o nos
aplaudan, ni para conseguir la fama; trabajamos porque nos gusta estar en esa
“corriente” que tanto anhelamos. Cuando está presente en el trabajo, algo
ocurre en nuestro interior que nos hace conectar con una realidad superior y
nos convierte en colaboradores de Dios. Por eso escribió el salmista “Si el
Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican…” (Salmo 127:1).
Esa corriente es la que experimentamos cuando colaboramos con Dios y la que Él
también usa para moldearnos.
Bezalel se sentía en
esa corriente cuando tallaba la madera; David al tocar el arpa; Sansón al usar
sus fuerzas; Pablo cuando escribía sus magníficas cartas, Daniel al dirigir el
gobierno y Adán mientras cuidaba del Edén. Si tienes subordinados, uno de los
mejores actos espirituales de servicio es preguntarles si se sienten inspirados
en su trabajo y ayudarles a vivir mejor dentro de esa corriente. Cuando operas
en el flujo del servicio a Dios, cuando lo sientes en tareas que mejoran la
vida de los demás, estás trabajando “en el Espíritu”. En ese estado se encontraba
Pablo cuando se describió a sí mismo como “…[pobre], pero enriqueciendo a
muchos; como no teniendo nada, pero poseyéndolo todo” (2 Corintios 6:10).
UN ENCUENTRO CON LA PALBRA
REFLEXION
Este nuevo año
¿Quieres empezar de nuevo?
Había un hombre de
los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino
a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro;
porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te
digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo
le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por
segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Respondió Jesús: De
cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no
puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo
que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es
necesario nacer de nuevo. Juan 3:3-7
Las palabras “nacido
de nuevo” literalmente significan “nacido desde arriba.” Nicodemo tenía una
necesidad “un nuevo corazón, una transformación espiritual”. Nicodemo, como
fariseo jamás consideró que hubiera duda sobre su salvación, ya que era un
hombre que guardaba la ley al pie de la letra, de la descendencia de Abraham,
no era un odiado publicano, por el contrario, era respetado y tenía un contacto
continuo con los gentiles.
Es posible que seas una buena persona, que creas en Dios y seas generoso porque sientes compasión por las personas necesitadas, sin embargo, esto no garantiza tu salvación. Jesús le dice a Nicodemo que para ver el reino de Dios era necesario nacer de nuevo, todos necesitamos “nacer del Espíritu”.
Es posible que seas una buena persona, que creas en Dios y seas generoso porque sientes compasión por las personas necesitadas, sin embargo, esto no garantiza tu salvación. Jesús le dice a Nicodemo que para ver el reino de Dios era necesario nacer de nuevo, todos necesitamos “nacer del Espíritu”.
¡Alabado sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer
de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una
esperanza viva 1 Pedro 1:3
El nuevo nacimiento,
es un acto de Dios por el cual la vida eterna es impartida a la persona que
cree, también transmite la idea de “volverse hijo de Dios” al confiar en el
nombre de Jesucristo.
Por lo tanto, si
alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado
ya lo nuevo! 2 Corintios 5:17
Empieza un nuevo año
y te recomiendo ¡empezar de nuevo! No necesitas viajar a otro país para rehacer
tu vida ni mudarte de casa. Una nueva vida, significa que Dios te perdonó de
todos tus pecados y te dio otra oportunidad.
Te animo a ponerte de
rodillas, pedirle perdón por todos tus pecados y entregar toda tu vida a Jesús.
¡Si quieres que te
vaya bien este nuevo año, empieza con Dios!
Shirley Chambi
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
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