facebook un encuentro con la palabra
Éxodo 19:10
La Biblia
de las Américas (LBLA)
Consagración del pueblo en Sinaí
19 Al tercer mes de la
salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, ese mismo[a] día, llegaron al desierto de Sinaí. 2 Partieron de Refidim,
llegaron al desierto de Sinaí y acamparon en el desierto; allí, delante del
monte, acampó Israel. 3 Y Moisés subió hacia
Dios, y el Señor lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa
de Jacob y anunciarás a los hijos de Israel: 4 “Vosotros habéis
visto lo que he hecho a los egipcios, ycómo os he tomado sobre alas de águilas y os he traído a mí. 5 “Ahora pues, si en
verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro entre
todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; 6 y vosotros seréis
para mí un reino de sacerdotes y una nación santa.” Estas son las palabras que dirás
a los hijos de Israel.
7 Entonces
Moisés fue y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso delante de ellos todas
estas palabras que el Señor le había mandado. 8 Y todo el pueblo
respondió a una, y dijeron: Haremos todo lo que el Señorha dicho. Y llevó
Moisés al Señor las palabras del
pueblo. 9 Y
el Señor dijo a Moisés: He
aquí, vendré a ti en una densa nube, para que el pueblo oiga cuando yo hable
contigo y también te crean para siempre. Entonces Moisés comunicó al pueblo las
palabras del Señor. 10 El Señor dijo también a
Moisés: Ve al pueblo y conságralos hoy y mañana, y que
laven sus vestidos; 11 y que estén
preparados para el tercer día, porque al tercer día el Señor descenderá a la vista
de todo el pueblo sobre el monte Sinaí. 12 Y pondrás límites
alrededor para el pueblo, y dirás[b]: “Guardaos de subir al monte o tocar su límite;
cualquiera que toque el monte, ciertamente morirá. 13 “Ninguna mano lo
tocará, sino que será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá.”
Cuando suene largamente la bocina[c] ellos subirán al monte. 14 Y Moisés bajó del
monte al pueblo, y santificó al pueblo; y ellos lavaron sus vestidos. 15 Y dijo al pueblo:
Estad preparados para el tercer día; no os acerquéis a mujer.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
¿Qué Causa El
Desánimo Según La Biblia?
Publicado por: Devocionales en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 0
Publicado por: Devocionales en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 0
“LAS FUERZAS DE LOS
ACARREADORES SE HAN DEBILITADO…” (Nehemías 4:10)
La historia de Nehemías pone de manifiesto cuatro causas principales del desánimo. Analicemos la primera:
Causa número uno: El cansancio.
La historia de Nehemías pone de manifiesto cuatro causas principales del desánimo. Analicemos la primera:
Causa número uno: El cansancio.
El pueblo de Judá
dijo: “Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado…” (Nehemías 4:10). En
otras palabras, han trabajado tanto que están agotados. Estaban exhaustos
física, mental y emocionalmente. A veces cometemos el error de pensar que el
desánimo es un problema estrictamente espiritual. Y decimos ‘Tal vez tenga que
volver a rendir mi vida a Dios’, cuando el único problema es que estamos
quemados. Necesitamos descanso y renovación. De hecho, a veces lo más
espiritual que puedes hacer es relajarte, ir a la cama o tomarte un tiempo
libre. ¿Cuándo aparecieron el cansancio y el desánimo? Veamos el versículo 6:
“Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de
su altura…” (Nehemías 4:6.).
¿Sabes cuándo somos
más propensos a desanimarnos? ¡Cuando estamos a mitad del proyecto! Todo el
mundo trabaja duro al principio. La Biblia dice que “…el pueblo trabajó con
entusiasmo” (Nehemías 4:6). Cuando pasa la novedad el trabajo se hace aburrido.
La vida entra en una monotonía, luego en una rutina y después en una costumbre.
Ten cuidado: cuando el cansancio entra en tu vida, la fe sale de ella. Por eso
dijo el salmista: “En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas
de reposo me conduce. El restaura mi alma” (Salmos 23:2-3). El cansancio es una
de las causas mayores del desánimo y a veces se manifiesta a mitad del camino.
Por eso dejamos tantos proyectos inacabados. Por lo tanto, si necesitas tomarte
un tiempo libre, tómatelo.
“…LOS ESCOMBROS SON
MUCHOS. NO PODREMOS TERMINAR DE REPARAR LOS MUROS” (Nehemías 4:10 TLA)
Causa número dos: la frustración.
Causa número dos: la frustración.
Los judíos estaban
edificando una nueva muralla, pero las piedras rotas de las ruinas estaban
tiradas por todas partes, junto con restos de cemento seco y de tierra. Y al
ver tantos escombros se desanimaron y perdieron de vista su objetivo. Había
tanta “broza” en sus vidas que no sabían cómo seguir con la tarea importante de
vivir. Siempre que empiezas un proyecto significativo hay muchos escombros que
quitar, y a veces es frustrante. No lo puedes evitar, pero sí puedes aprender
qué hacer con ello para no abandonar tu plan.
¿Cuáles son los
“escombros” de tu vida? ¿Cosas triviales que te hacen perder el tiempo, que
consumen tus energías y te impiden ser lo que quieres? ¿Cosas que te estorban
para dedicarte a lo fundamental, como cultivar las relaciones con tu esposa y
tus hijos, o ejercer tus dones en la iglesia? Los escombros de la vida son esas
cosas que se interponen, esas interrupciones que te impiden realizar las metas.
Y con eso necesitas tratar. En otras palabras, tienes que “sacar la basura”.
Nadie lo va a hacer por ti. Dios no lo hará y no puedes sencillamente orar para
que se vaya. Dios colocó a Adán y a Eva en el Huerto del Edén y les ordenó:
‘Cuidadlo’. Al mantener las bendiciones que Dios te ha dado aprendes a
diferenciar entre lo que es importante en la vida y lo que no lo es. Y esa es
una lección que siempre estarás aprendiendo.
“…NO PODREMOS
RECONSTRUIR EL MURO” (Nehemías 4:10)
Causas Del Desánimo En La BibliaCausas Del Desánimo En La Biblia (Imagen) Compártela en tu red social favorita.
Causa número tres: el fracaso.
Causas Del Desánimo En La BibliaCausas Del Desánimo En La Biblia (Imagen) Compártela en tu red social favorita.
Causa número tres: el fracaso.
La tercera razón por
la que nos desanimamos está reflejada en la queja de los israelitas: “…No
podremos reconstruir el muro” (Nehemías 4:10). Lo que de verdad estaban
diciendo era: ‘Estamos demasiado cansados. No es posible. Es una locura
intentarlo. Nos rendimos’. Debido a que no fueron capaces de acabar la labor
tan pronto como habían pensado su confianza se vino abajo y se desanimaron.
Pregunta: ¿Cómo manejas el fracaso? ¿Te sientas y te regodeas en tu lástima?
¿Dices ‘¡Pobre de mí! no puedo acabar esto’? ¿Empiezas a quejarte: ‘Es
imposible, no se puede hacer, fui tonto por siquiera intentarlo’? ¿Echas la
culpa a otros: ‘Todos me han decepcionado, no hicieron bien la parte que les
correspondía’?
La diferencia entre los ganadores y los perdedores es que los primeros ven el fracaso como un contratiempo pasajero. Han aprendido a sobreponerse, mientras que los perdedores lo consideran como un estado permanente. Cada vez que un ganador se cae, “…vuelve a levantarse…” (Proverbios 24:16 LBLA). Hay un antiguo adagio que dice: “Cuando se enfrentan la corriente y la roca, la corriente siempre gana; no por su fuerza sino por su perseverancia”. Cuanto más cuesta la fidelidad, más necesaria es. Como observa el escritor John Mason: “El secreto del éxito es empezar desde cero, ¡y seguir añadiendo!”. Cuando te desanimas haz tuya esta promesa: “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene una gran recompensa, pues os es necesaria la paciencia, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa” (Hebreos 10:35-36). Sé valiente, se paciente y al final triunfarás.
La diferencia entre los ganadores y los perdedores es que los primeros ven el fracaso como un contratiempo pasajero. Han aprendido a sobreponerse, mientras que los perdedores lo consideran como un estado permanente. Cada vez que un ganador se cae, “…vuelve a levantarse…” (Proverbios 24:16 LBLA). Hay un antiguo adagio que dice: “Cuando se enfrentan la corriente y la roca, la corriente siempre gana; no por su fuerza sino por su perseverancia”. Cuanto más cuesta la fidelidad, más necesaria es. Como observa el escritor John Mason: “El secreto del éxito es empezar desde cero, ¡y seguir añadiendo!”. Cuando te desanimas haz tuya esta promesa: “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene una gran recompensa, pues os es necesaria la paciencia, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa” (Hebreos 10:35-36). Sé valiente, se paciente y al final triunfarás.
“Y NUESTROS ENEMIGOS
MAQUINABAN: «…LOS MATAREMOS; ASÍ HAREMOS QUE LA OBRA SE SUSPENDA.»” (Nehemías
4:11 NVI)
Causa número cuatro: el temor.
Causa número cuatro: el temor.
¿Por qué los enemigos
de Israel no querían que se construyeran las murallas de Jerusalén? ¡Por
resentimiento! La muralla alrededor de una ciudad garantizaba su protección y
prosperidad. Así que empezaron criticando a los judíos y luego los amenazaron.
Pero fíjate quién se desanimó primero: “Algunos de los judíos que vivían cerca
de ellos venían constantemente y nos advertían: «Os van a atacar por todos
lados.»” (Nehemías 4:12 CST). Cuando vives en medio de gente negativa mucho
tiempo acabas contagiado de su negativismo. Cuando escuchas a alguien decir
continuamente ‘No se puede hacer’, al final acabas creyéndolo. Así que elige
bien las compañías. Evita a personas que refuerzan tus temores y ponte al lado
de aquellos que edifican tu fe.
¿Tienes temores ahora
mismo que te están desanimando e impidiendo desarrollarte y crecer? ¿Temes las
críticas o el ridículo?
¿Tienes miedo a dar
el gran paso de buscar un nuevo empleo?
A lo mejor te asuste
el pensar que no vas a dar la talla. Quizás te preocupe que no vayas a saber
aguantar la presión. Tal vez sea el temor de creer que tienes que ser perfecto.
Una cosa es segura: ¡el temor siempre te va a desanimar! ¿En quién estás
confiando? Si es en ti mismo, o en otros, lee esta promesa: “El Señor va
delante de ti; Él estará contigo, no te dejará ni te desamparará. No temas ni
te intimides” (Deuteronomio 31:8).
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
¿Cómo están tus fuerzas?
¿Recuerdas el dibujo animado
“Popeye el Marino”? A pesar de la variedad de capítulos que este dibujo
presentaba, tenía algo en común que sobresalía en todos sus episodios: cada vez
que no podía vencer una situación difícil o se sentía debilitado sacaba una
lata de espinacas y comía todo el contenido, recuperaba sus fuerzas y en
seguida enfrentaba al enemigo.
Me pareció interesante recordar
este personaje, puesto que nos ayudaría mucho a entender como el Señor quiere
que prioricemos su presencia en estos tiempos. Muchas veces estamos debilitados
por las circunstancias difíciles que enfrentamos en el camino, nos angustiamos,
lloramos sin saber qué hacer pero olvidamos buscar a Dios, quien nos puede dar
nuevas fuerzas.
“El da esfuerzo al cansado, y
multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se
cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán
nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán;
caminarán, y no se fatigarán.” Isaías 40:29-31
¿Cómo podremos ser restaurados y
recibir nuevas fuerzas de lo alto? Nuestro cuerpo se debilita diariamente y es
por este motivo que cada día necesitamos alimentarlo, si dejamos de comer por
un tiempo seremos débiles y necesariamente tendremos que consumir alimentos
para que nuestro organismo se restaure. Así también es nuestro espíritu,
necesita alimentarse diariamente de Dios, en oración y lectura de su palabra.
¿Te encuentras fuerte o débil
espiritualmente? Si estas enfrentando una situación complicada, estás cansado y
no tienes fuerzas para continuar, no es tarde para recuperarte y cargarte de
energía. En este momento ponte de rodillas, pide perdón al Señor por haberte
alejado y para recibir nuevas fuerzas. Después de una plática sincera aparta un
tiempo para leer su palabra, porque también Él tiene algo para decirte.
¡Si quieres vencer, recupera las
fuerzas!
Shirley Chambi
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario