facebook un encuentro con la palabra
Levítico 14:8-9
La Biblia
de las Américas (LBLA)
La purificación de los leprosos
14 El Señor habló a Moisés, diciendo: 2 Esta será la ley del
leproso en los días de su purificación. Será llevado al sacerdote, 3 y el sacerdote saldrá
fuera del campamento. El sacerdote lo examinará, y si la infección[a] ha sido sanada en el leproso, 4 el sacerdote mandará
tomar dos avecillas vivas y limpias, madera de cedro, un cordón[b] escarlata e hisopo para el que ha de ser purificado. 5 Después el sacerdote
mandará degollar una de las avecillas en una vasija de barro sobre agua
corriente[c]. 6 En cuanto a la avecilla viva, la tomará junto con la madera de
cedro, el cordón escarlata y el hisopo, y los mojará junto con la avecilla viva en la sangre del ave muerta sobre
el agua corriente.7 Después rociará siete
veces al que ha de ser purificado de la lepra, lo declarará limpio, y soltará
al ave viva en campo abierto. 8 Luego el que ha de
ser purificado lavará su ropa, se rasurará todo el cabello, se bañará en agua y
quedará limpio. Después podrá entrar al campamento, pero por siete días
permanecerá fuera de su tienda. 9 Y sucederá que en el
séptimo día se rasurará todo el cabello: se rasurará la cabeza, la barba y las
cejas; todo su cabello. Entonces lavará su ropa y se lavará el cuerpo[d] en agua, y quedará limpio.
10 En
el octavo día tomará dos corderos sin defecto, una cordera de un año sin
defecto, tres décimas de un efa[e] de flor de harina
mezclada con aceite como ofrenda de cereal y un log[f] de aceite; 11 y el sacerdote que lo
declare limpio, presentará delante del Señor al hombre que ha de
ser purificado, con las ofrendas[g], a la entrada
de la tienda de reunión.12 Entonces el sacerdote
tomará uno de los corderos[h] y lo traerá como
ofrenda por la culpa, con el log de aceite, y los presentará[i] como ofrenda mecida
delante del Señor. 13 Enseguida degollará
el cordero en el lugar donde degüellan la ofrenda por el pecado y el holocausto,
en el lugar del santuario, porque la ofrenda por la culpa, lo mismo que la
ofrenda por el pecado, pertenece al sacerdote; es cosa santísima.14 Entonces
el sacerdote tomará de la sangre de la ofrenda por la culpa, y la pondrá el sacerdote
sobre el lóbulo de la oreja derecha del que ha de ser purificado, sobre el
pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho. 15 El sacerdote tomará
también del log de aceite, y loderramará
en la palma de su mano izquierda; 16 después el sacerdote
mojará el dedo de su mano derecha en el aceite que está en la palma de su mano
izquierda, y con el dedo rociará del aceite siete veces delante del Señor. 17 Y de lo que quede del
aceite que está en su mano[j], el sacerdote
pondrá un poco sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se ha de purificar,
sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho, encima
de la sangre de la ofrenda por la culpa; 18 y lo que quede del
aceite que está en la mano[k] del sacerdote, lo
pondrá sobre la cabeza del que ha de ser purificado. Así el sacerdote hará
expiación por él delante del Señor. 19 Después el sacerdote
ofrecerá el sacrificio por el pecado y hará expiación por
el que se ha de purificar de su inmundicia. Y después, degollará el holocausto. 20 Y el sacerdote
ofrecerá sobre el altar el holocausto y la ofrenda de cereal. Así hará
expiación el sacerdote por él, y quedará limpio.
21 Pero
si es pobre y no tiene suficientes recursos[l], entonces
tomará un cordero como ofrenda por la culpa, como ofrenda mecida, a fin de
hacer expiación por él, y una décima de un efa[m] de flor de harina
mezclada con aceite para ofrenda de cereal, y un log de aceite, 22 y dos tórtolas o dos
pichones, según sus recursos[n], uno será como
ofrenda por el pecado y
el otro para holocausto. 23 Al octavo día los
llevará al sacerdote para ofrecerlos por su purificación, a la
entrada de la tienda de reunión, delante del Señor. 24 Y el sacerdote tomará
el cordero de la ofrenda por la culpa y el log de aceite, y los[o] presentará[p] como ofrenda mecida
delante del Señor. 25 Luego degollará el
cordero de la ofrenda por la culpa, y el sacerdote tomará de la sangre de la
ofrenda por la culpa y lapondrá
sobre el lóbulo de la oreja derecha del que ha de ser purificado, sobre el
pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho.26 El
sacerdote derramará también del aceite sobre la palma de su mano izquierda; 27 y con el dedo de su
mano derecha rociará el sacerdote un poco del aceite que está en la palma de su
mano izquierda siete veces delante del Señor. 28 Después el sacerdote
pondrá del aceite que está en su mano[q] sobre el lóbulo de la
oreja derecha del que ha de ser purificado, sobre el pulgar de su mano derecha
y sobre el pulgar de su pie derecho, en el lugar de la sangre de la ofrenda por
la culpa. 29 Y
el resto del aceite que está en la mano[r] del sacerdote lo
pondrá en la cabeza del que ha de ser purificado, a fin de hacer expiación por
él delante del Señor. 30 Entonces ofrecerá una
de las tórtolas o de los pichones, según sus recursos[s]. 31 Ofrecerá lo que pueda[t], uno como
ofrenda por el pecado, y el otro como holocausto, junto con la ofrenda de
cereal. Así el sacerdote hará expiación delante del Señor en favor del que ha de
ser purificado. 32 Esta
es la ley para el que tenga infección de
lepra, cuyos recursos para su purificación sean limitados[u].
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
¿Cómo Recibir
Respuesta a Tus Oraciones Según La Biblia?
Publicado por: Devocionales en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 0
Publicado por: Devocionales en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 0
¿Has pasado semanas,
meses o incluso años orando por algo concreto? ¿Estás diciendo ‘Señor, sé lo
que dice Tu Palabra, entonces por qué no me funciona?’ Para poder obtener los
resultados por los que estás orando, tienes que ser capaz de responder a estas
tres preguntas:
1) ¿Estás orando por
la voluntad de Dios?
Jesús dijo: “Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho” (Juan 15:7). La palabra “permanecer” habla de intimidad y de una conexión muy cercana. Nos evoca la imagen del “hogar”, ese lugar donde hay provisión y cuidado. Cuando tengas esa clase de relación con Dios, conocerás Su corazón y sus deseos tan bien que tu voluntad va a estar en armonía con la Suya. Y por consiguiente obtendrás lo que pides.
Jesús dijo: “Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho” (Juan 15:7). La palabra “permanecer” habla de intimidad y de una conexión muy cercana. Nos evoca la imagen del “hogar”, ese lugar donde hay provisión y cuidado. Cuando tengas esa clase de relación con Dios, conocerás Su corazón y sus deseos tan bien que tu voluntad va a estar en armonía con la Suya. Y por consiguiente obtendrás lo que pides.
No des por hecho que
tu oración está dentro de la voluntad de Dios; compruébala aplicando el
“principio de permanencia”. Cuando permaneces maduras espiritualmente. Y cuando
eres espiritualmente maduro empiezas a hablar de forma diferente; tus oraciones
no son introspectivas y egocéntricas; el tiempo que pasas en la presencia de
Aquel a quien amas llega a tener más valor que el resultado. No te importa
esperar, porque entiendes que el tiempo de Dios es perfecto. Y si Él decide no
responder a tu petición, te gozas y dices ‘Entonces es porque tienes algo mejor
para mí, y confío en Ti’. ¿Has alcanzado ese punto en tu caminar con el Señor?
“TRATA BIEN A TODOS …
LUEGO, CUANDO INVOQUES AL SEÑOR, ÉL TE RESPONDERÁ” (Isaías 58:6, 9
parafraseado)
2) ¿Estás saboteando
tus oraciones?
Dios les dijo a los israelitas que la razón por la que sus oraciones no eran contestadas era su costumbre de acusar y criticar a los demás (véase Isaías 58:9-10). ¿Eres culpable de lo mismo? Es tan importante glorificar a Dios con las palabras que hablas cuando no estás orando como cuando estás. La Biblia nos dice que hay una relación directa entre tener una lengua suelta y criticona y no recibir respuesta a las oraciones. Tu modo de tratar a los demás determinará cómo Dios te trate a ti (véase Efesios 6:7-8). Así lo expone el Señor:
Dios les dijo a los israelitas que la razón por la que sus oraciones no eran contestadas era su costumbre de acusar y criticar a los demás (véase Isaías 58:9-10). ¿Eres culpable de lo mismo? Es tan importante glorificar a Dios con las palabras que hablas cuando no estás orando como cuando estás. La Biblia nos dice que hay una relación directa entre tener una lengua suelta y criticona y no recibir respuesta a las oraciones. Tu modo de tratar a los demás determinará cómo Dios te trate a ti (véase Efesios 6:7-8). Así lo expone el Señor:
“…Dejar ir libres a
los oprimidos, y romper todo yugo … que partas tu pan con el hambriento, y
recibas en casa a los pobres sin hogar … Entonces tu luz despuntará como la
aurora, y tu recuperación brotará con rapidez; delante de ti irá tu justicia; y
la gloria del Señor será tu retaguardia. Entonces invocarás, y el Señor
responderá; clamarás, y El dirá: “Heme aquí.” Si quitas de en medio de ti el
yugo, el amenazar con el dedo y el hablar iniquidad, y si te ofreces al
hambriento, y sacias el deseo del afligido, entonces surgirá tu luz en las
tinieblas, y tu oscuridad será como el mediodía. Y el Señor te guiará
continuamente, saciará tu deseo en los lugares áridos y dará vigor a tus
huesos…” (Isaías 58:6-11 LBLA). Lo anterior significa que la respuesta a tus
oraciones depende de dos cosas: tus actitudes y tus acciones hacia el prójimo.
“Y ANDAD EN AMOR,
COMO TAMBIÉN CRISTO NOS AMÓ” (Efesios 5:2)
3) ¿Tienes una
actitud de amor?
La Biblia dice: “Y andad en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros…” (Efesios 5:2). Tu boca es una parte fundamental del caminar en amor. No somos conscientes de cuánto podemos hacer para edificar a otros con nuestras palabras. Pero tenemos que ser muy cuidadosos de no decir cosas que los puedan derribar. La Biblia afirma: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso…” (Jeremías 17:9). ¿Qué mensajes estás dando? ¿Qué está saliendo de tu boca? Cuando estamos demasiado ocupados para demostrar amor, estamos demasiado ocupados. Y es hora de sopesar nuestros motivos y actitudes. ¿Cómo lo hacemos? Examinando nuestra lengua y lo que sale de nuestra boca.
La Biblia dice: “Y andad en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros…” (Efesios 5:2). Tu boca es una parte fundamental del caminar en amor. No somos conscientes de cuánto podemos hacer para edificar a otros con nuestras palabras. Pero tenemos que ser muy cuidadosos de no decir cosas que los puedan derribar. La Biblia afirma: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso…” (Jeremías 17:9). ¿Qué mensajes estás dando? ¿Qué está saliendo de tu boca? Cuando estamos demasiado ocupados para demostrar amor, estamos demasiado ocupados. Y es hora de sopesar nuestros motivos y actitudes. ¿Cómo lo hacemos? Examinando nuestra lengua y lo que sale de nuestra boca.
¿Recuerdas la última
vez que fuiste al médico y te pidió que abrieras la boca y dijeras ‘Aaaah’? La
razón por la que los médicos hacen eso es para examinar la lengua. Así como la
lengua le indica al doctor mucho acerca de tu salud física, también te puede
revelar mucho acerca de tu salud espiritual. Para recibir respuesta a tus
oraciones tienes que examinar tu corazón en tres áreas:
1) Aprender a
permanecer en Cristo. Eso te llevará a un mayor grado de madurez espiritual y
te ayudará a descubrir la autoridad que tienes en la oración.
2) Hablar de acuerdo
con la Palabra de Dios. Al hacerlo podrás mover las montañas de tu vida (véase
Marcos 11:23).
3) Crecer en tu
caminar de amor. Eso te brindará numerosas oportunidades de demostrar a los
demás quién es Dios de verdad.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Mejor recuerda y no
olvides
Es muy cierto el
comentario que hacen algunas personas cuando dicen que por más que uno haga las
cosas bien a lo largo de su vida, cuando se equivoca o comete algún error, todo
lo que ha logrado o lo que ha hecho bien hasta ese momento es borrado ante a los
ojos de los demás.
De igual manera actuamos con Dios, si hoy estamos
pasando por algún problema o prueba olvidamos por completo todo lo que en el
pasado ha hecho por nosotros y nos abocamos a enojarnos con Él y decir que nos
ha abandonado o que no le importamos.
¿De verdad crees que
es justo que olvidemos lo que Dios ha hecho por nosotros hasta ahora, sólo
porque hoy estamos siendo probados?
“Estas cosas os he
hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero
confiad, yo he vencido al mundo.” Juan 16:33 (RVR-1960). Dios no nos dijo que
no tendríamos problemas o que todo sería color de rosa, Él nos prometió su
ayuda, socorro y consuelo en momentos difíciles.
Si tuviéramos que
recordar cuántas veces Dios nos ha levantado, nos ha librado de terribles
momentos y, sobre todo, cuántas veces nos ha perdonado, no tendríamos la mínima
intención de dudar de su amor ahora que estamos en medio de una tormenta.
“Pero después me
acuerdo de todo lo que has hecho, oh Señor; recuerdo tus obras maravillosas de
tiempos pasados. Siempre están en mis pensamientos; no puedo dejar de pensar en
tus obras poderosas.” Salmo 77:11-12 (NTV)
Dios jamás te ha
abandonado, no olvides todo lo que ha hecho por ti, recuerda de dónde te sacó y
cuántas veces te extendió la mano.
Telma Céspedes
CVCLAVOZ
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