martes, 11 de marzo de 2014

EJEMPLOS DE LA HISTORIA DE ISRAEL

1 Corintios 10 Ejemplos de la historia de Israel 10 Porque no quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron por el mar; 2 y en Moisés todos fueron bautizados en la nube y en el mar; 3 y todos comieron el mismo alimento espiritual; 4 y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de una roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo. 5 Sin embargo, Dios no se agradó de la mayor parte de ellos, pues quedaron tendidos en el desierto. 6 Estas cosas sucedieron como ejemplo para nosotros, a fin de que no codiciemos lo malo, como ellos lo codiciaron. 7 No seáis, pues, idólatras, como fueron algunos de ellos, según está escrito: EL PUEBLO SE SENTO A COMER Y A BEBER, Y SE LEVANTO A JUGAR. 8 Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y en un día cayeron veintitrés mil. 9 Ni provoquemos al Señor, como algunos de ellos le provocaron, y fueron destruidos por las serpientes. 10 Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y fueron destruidos por el destructor. 11 Estas cosas les sucedieron como ejemplo, y fueron escritas como enseñanza para nosotros, para quienes ha llegado el fin de los siglos. 12 Por tanto, el que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga. 13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres; y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que podáis resistirla. 14 Por tanto, amados míos, huid de la idolatría. 15 Os hablo como a sabios; juzgad vosotros lo que digo. 16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la participación en la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la participación en el cuerpo de Cristo? 17 Puesto que el pan es uno, nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan. 18 Considerad al pueblo de Israel: los que comen los sacrificios, ¿no participan del altar? 19 ¿Qué quiero decir, entonces? ¿Que lo sacrificado a los ídolos es algo, o que un ídolo es algo? 20 No, sino que digo que lo que los gentiles sacrifican, lo sacrifican a los demonios y no a Dios; no quiero que seáis partícipes con los demonios. 21 No podéis beber la copa del Señor y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios. 22 ¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos, acaso, más fuertes que El? Un Encuentro Con la Palabra REFLEXION Ser temeroso o temerario Una noche de tormenta, Temerario se disfraza para atemorizar a su novia Temerosa. Llega a su casa, toca la puerta y Temerosa sale abre la puerta y grita quedando como su nombre lo dice: Temerosa. Su novio Temerario se saca el disfraz y dice porque gritas ¿te doy miedo? Temerosa responde: “no ya tengo mucho”… El temor es algo que experimentamos muchas veces a lo largo de nuestra vida. El miedo y el horror queremos que sucedan solo en las películas. Pero la triste realidad, más temprano que tarde o más tarde que temprano nos vemos filmando y actuando en una película de terror. Cinta en la que el miedo y el suspenso es el principal protagonista. Y estas cintas de terror no tienen edad preferencial. Los sucesos del terror le llegan a un niño como también a un joven, el pánico existe en los adultos y también en los que están atravesando la vejez. ¿Usted tiene miedo de algo? ¿A que le tiene temor? -A la violencia, a la guerra -A los ladrones -A la soledad -Tiene temor perder el empleo -Tiene miedo de una infidelidad o una traición -Tiene temor una enfermedad terminal -Tiene temor a la muerte El temor siempre utilizará diferentes tipos de disfraces para llegar a nuestra vida. Cuando el miedo toca las puertas de nuestra vida, la palabra de Dios nos enseña como vencer el temor: En el amor no hay temor. El amor perfecto echa fuera el temor (1ra Juan 4,18) Después de vencer el miedo con el amor, usted se ve envuelto en otros acontecimientos y lamentablemente ha vuelto a caer en el pánico. Si es así Dios tiene una buena noticia para usted: No vuelvas a tener temor; tú no has recibido un espíritu de esclavo para recaer en el temor, sino que has recibido el espíritu propio de los hijos, que te permite gritar: ¡Abba! O sea: ¡Padre! (Romanos 8,15) Es decir cuando el miedo llegue a su vida, usted tiene como enfrentar esta situación simplemente tiene que decir ¡Padre ayúdame! ¡Dios mío acompáñame! ¡Dios hazme valiente! Toda nuestra vida será una constante batalla contra el temor con sus diferentes disfraces. Hablando de batallas estaba un General, este alentaba a sus soldados para atacar al enemigo, pero observa a uno de sus soldados temblando de miedo, se acerca al soldado y le dice despacio al oído: “Tiene miedo que le quiten la vida”. El soldado temblando responde: “me podrán quitar la vida pero lo que nunca me van a quitar es el miedo”. En la batalla de nuestra vida, nosotros también tenemos un General. Jesucristo se acerca a nuestro oído y nos dice: ¡Yo te quitare el miedo! Y con voz firme y segura dice: Esta es mi orden: Se valiente y ten animo; no tiembles ni tengas miedo; porque yo tu Señor y Dios estaré contigo dondequiera que vayas” (Josué 1,9) Amen

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