jueves, 13 de marzo de 2014

LA CONFESION DE PEDRO

Lucas 9 La confesión de Pedro 18 Y mientras Jesús oraba a solas, estaban con El los discípulos, y les preguntó, diciendo: ¿Quién dicen las multitudes que soy yo? 19 Entonces ellos respondieron, y dijeron: Unos, Juan el Bautista, otros, Elías, y otros, que algún profeta de los antiguos ha resucitado. 20 Y El les dijo: Y vosotros ¿quién decís que soy yo? Y Pedro respondiendo, dijo: El Cristo de Dios. 21 Pero El, advirtiéndoles severamente, les mandó que no dijeran esto a nadie, 22 diciendo: El Hijo del Hombre debe padecer mucho, y ser rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día. 23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. 24 Porque el que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa de mí, ése la salvará. 25 Pues, ¿de qué le sirve a un hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se destruye o se pierde? 26 Porque el que se averguence de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y la del Padre, y la de los santos ángeles. 27 Pero de verdad os digo que hay algunos de los que están aquí, que no probarán la muerte hasta que vean el reino de Dios. Un Encuentro Con la Palabra Reflexiones Cristianas - Tiempo oportuno para realizar tus sueños Veamos una relación de personas que hicieron un algo en edades diferentes: Golda Meir ha sido Primer Primer Ministra de Israel a los 71 años de edad. William Pitt II ha sido Primer Ministro de Gran Bretanha a los 24 ãnos de edad. La primera obra de George Bernard Shaw ha sido producida cuando él estaba con 94 años. La primer composición de Mozart ha sido publicada cuando él estaba con 7 años. Benjamin Franklin era un columnista de diario a los 16 años y un autor de la Constitución de los Estados Unidos cuando estaba con 81 años. Usted nunca será muy joven o muy viejo si tiene talento. A veces pensamos que somos muy jóvenes para preocuparnos por vida espiritual y salvación. Es común que oigamos frases del tipo: “Cuando sea viejo yo pensaré en iglesia y eternidad. ahora necesito distraerme y aprovechar la vida”. También ya oímos declaraciones como “ahora estoy viejo demás. Si no he sido capaz de pensar en Dios en mí juventud, ¿qué importa ahora qué estoy en el fin de la vida?” En ambos los casos las personas están equivocadas. No hay tiempo determinado para buscar la dicha. Lo mejor es hacerlo lo más temprano posible para que el tiempo de alegría sea mayor. Pero se, por un motivo cualquiera, perdemos la oportunidad de una vida bendita en los primeros años de nuestra vida, el mejor para hacer es disfrutar las bendiciones que Dios aún tiene para nosotros y por el tiempo que nos queda para vivir. Dios concedió, tanto a los jóvenes como a los de edad, el talento para ser feliz. Cristo es nuestra dicha, nuestra razón de vivir, el camino seguro para la realización de todos nuestros ideales. Siempre será tiempo oportuno para que busquemos la realización de nuestros sueños y para que encontremos la verdadera felicidad. “Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre” (Salmos 16:11).

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