facebook un
encuentro con la palabra
1 Tesalonicenses 3:7 La Biblia de las
Américas (LBLA)
Interés de Pablo por sus hijos en la fe
3 Por lo cual, no
pudiendo soportarlo más, pensamos que era mejor quedarnos solos en Atenas, 2 y enviamos a Timoteo,
nuestro hermano y colaborador de Dios[a] en el evangelio de Cristo, para fortaleceros y
alentaros respecto a vuestra fe; 3 a fin de que nadie se
inquiete[b] por causa de estas aflicciones, porque vosotros mismos sabéis que
para esto hemos sido destinados. 4 Porque en verdad, cuando
estábamos con vosotros os predecíamos que íbamos a sufrir aflicción, y así[c] ha acontecido, como[d] sabéis. 5 Por eso también yo,
cuando ya no pude soportar más, envié para informarme de[e] vuestra fe, por temor a que el tentador os hubiera
tentado y que nuestro trabajo
resultara en vano. 6 Pero ahora Timoteo ha
regresado[f] de vosotros a nosotros, y nos ha traído buenas
noticias de vuestra fe y amor y de que siempre tenéis buen recuerdo de nosotros,
añorando vernos, como también nosotros a vosotros; 7 por eso, hermanos, en
toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados respecto a vosotros por
medio de vuestra fe; 8 porque ahora sí que vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor. 9 Pues ¿qué acción de
gracias podemos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos
regocijamos delante de nuestro Dios a causa de vosotros, 10 según oramos
intensamente de noche y de día que podamos ver vuestro rostro y que completemos lo que falta a vuestra fe?
Un Encuentro Con la Palabra
Preparado, plantado, fijado, podado y prosperado
Publicado por: Devocionales en Articulos Cristianos 0
Publicado por: Devocionales en Articulos Cristianos 0
“EL SEÑOR DIOS PLANTÓ
UN HUERTO EN EDÉN… Y PUSO ALLÍ AL HOMBRE QUE HABÍA FORMADO” (Génesis 2:8)
Antes de que Dios
pusiese a Adán en el huerto, Él lo formó (lee Génesis 2:7,8). Hay un proceso de
preparación por el que el Señor nos lleva con el fin de hacernos lo que
necesitamos ser, pero esa preparación lleva tiempo. Él debe tratar nuestras
contradicciones, defectos de personalidad, áreas de desconfianza, asuntos de la
infancia no resueltos, cicatrices, fracasos, etc. ¿Cuánto tiempo requiere eso?
Sólo Dios lo sabe. Admítelo, ¿aun a tu edad no reconoces todavía algunas formas
infantiles dentro de ti? Cualquiera habría perdido las esperanzas contigo, pero
el Señor tiene un plan y se comprometió a llevarlo a cabo. Todos deberíamos
llevar un letrero que diga: “Obra sin terminar. Si me contratas, debes saberlo.
Si te casas conmigo, es preciso que lo sepas”.
La Biblia dice que
Dios “…formó al hombre del polvo de la Tierra…” (Génesis 2:7). ¿Con qué
trabaja? ¡Con polvo! Y los artilugios que usa para formarte son las
experiencias por las que pasas a través de la vida; éstas te forman y te
cambian. Cuanto más sigas intentando hacer las cosas a tu manera, más tiempo
llevará el proceso. Puede que te lleve cinco años para que aprendas a dejar de
agradar a las personas, o diez para que ceses de sentir pena por ti mismo, o
veinte para que dejes de volver la mirada hacia atrás reviviendo tu infancia.
Durante todo ese tiempo, el Señor te está diciendo: “Deja de hacerlo”, y tú contestas:
“Ya lo sé; voy a hacer las cosas mejor”. Entonces, finalmente, sucede una
crisis y la verdad te golpea fuertemente. En ese momento dices: “¿Sabes qué?
Voy a olvidar aquellas cosas que se quedan atrás y empezaré a extenderme a lo
que está delante” (lee Filipenses 3:13b).
EL SEÑOR DIOS PLANTÓ
UN HUERTO EN EDÉN… Y PUSO ALLÍ AL HOMBRE QUE HABÍA FORMADO (Génesis 2:8)
¿Qué significa
“plantar” Enterrar semillas más allá de la vista humana a fin de que germinen y
eventualmente produzcan fruto. En el plan de Dios para tu vida, Él ha plantado
bendiciones dentro de ti que experimentarás con el paso del tiempo. Solamente
porque entres en un campo y no veas una cosecha, eso no quiere decir que las
semillas no estén allí; el Señor ha plantado cosas en tu vida que llevarán su
fruto en distintos momentos.
Es sorprendente que Dios quisiera sembrar en nosotros. ¿Por qué se esforzaría cuando podría crear las cosas diciendo sólo una palabra? Piensa acerca del amor, el empeño personal del Creador del universo mientras se inclina hacia abajo y planta bendiciones en ti para que vayan surgiendo durante las diversas estaciones de tu vida. Todo lo que el Señor tiene para ti no ha surgido todavía, de manera que no puedes darte por vencido o marcharte y decir:“Esto es todo lo que hay”. No, Dios tiene plantadas algunas cosas en ti que no has visto o experimentado hasta ahora. Aún te estás transformando en lo que Él sembró dentro de ti. Sabiendo esto reforzará tu fe de que realmente va a ocurrir. También significa que el Señor cree en ti, incluso cuando no crees en ti mismo…
Es sorprendente que Dios quisiera sembrar en nosotros. ¿Por qué se esforzaría cuando podría crear las cosas diciendo sólo una palabra? Piensa acerca del amor, el empeño personal del Creador del universo mientras se inclina hacia abajo y planta bendiciones en ti para que vayan surgiendo durante las diversas estaciones de tu vida. Todo lo que el Señor tiene para ti no ha surgido todavía, de manera que no puedes darte por vencido o marcharte y decir:“Esto es todo lo que hay”. No, Dios tiene plantadas algunas cosas en ti que no has visto o experimentado hasta ahora. Aún te estás transformando en lo que Él sembró dentro de ti. Sabiendo esto reforzará tu fe de que realmente va a ocurrir. También significa que el Señor cree en ti, incluso cuando no crees en ti mismo…
Hay talentos en tu
interior que no han sido descubiertos y sueños que no se han cumplido. ¡Eso es
lo que significa estar en una batalla! El diablo está peleando contigo acerca
de tu destino. Él sabe qué es lo que ha sido plantado en ti y está tratando de
echar a perder la “semilla”. ¡No lo dejes! No eres la persona que serás dentro
de seis meses o dentro de seis años, porque hay un factor tiempo; todo no llega
a ser “cosechado” en el mismo instante. Debes tener fe y paciencia, de otra
manera perderás lo que Dios tiene para ti.
“EL SEÑOR DIOS PLANTÓ
UN HUERTO EN EDÉN… Y PUSO ALLÍ AL HOMBRE QUE HABÍA FORMADO”(Génesis 2:8)
Fíjate en esto: Dios
“…puso…” al hombre en el huerto, “…al oriente…” (Génesis 2:8b). No es suficiente
estar en el “huerto”, debes estar en el lugar preciso. Hace falta que
ores:”Señor, ponme en el “huerto” que planeaste para mí.
Educando a los hijos
se aprende muchas cosas. Nos hemos hecho mayores y somos más sabios diciendo:
“No hagas eso” y “No vayas hacia allá”. Pero no puedes acortar el proceso;
tendrán que tropezar, porque así es como aprenderán a funcionar y a encontrar
su propio camino. Tal vez tú mismo trabajaste en varios empleos antes de que
sacaste en claro lo que se supuso que hicieras. Eso es porque todavía no
estabas “en tu lugar”. Si eres sabio, en algún momento comenzarás a orar:
“Señor, no dejes que pase la vida probando cosas; ponme en el lugar que tengas
para mí”.
Sin saberlo, puedes
estar en el lugar correcto porque Dios lo ha “plantado” y no “creer [es decir,
necesitas tiempo para poder darte cuenta de ello]. No importa donde empecemos;
lo importante es dónde terminemos. Debes mirarte en el espejo y decir: Hay algo
en mí que todavía no ha salido fuera. Señor, ayúdame a mantenerme firme hasta
que saques de mí lo que plantaste dentro”. No dejes que nadie te convenza que
eres un fracaso por “no llevar puestos los zapatos apropiados” o porque ahora
mismo no lo tengas todo tan claro. Dios tiene un lugar en mente para ti;
simplemente camina con Él y Él te llevará allí.
EL SEÑOR DIOS PLANTÓ
UN HUERTO EN EDÉN… Y PUSO ALLÍ AL HOMBRE QUE HABÍA FORMADO (Génesis 2:8)
La Biblia dice:
“Tomó, pues, el Señor Dios al hombre y lo puso en el huerto de Edén, para que
lo labrara y lo cuidara” (Génesis 2:15). Puede que Dios te esté diciendo hoy:
“Te he preparado, te he puesto donde debes estar, he plantado bendiciones en tu
vida que son programadas para que salgan a la luz en distintos momentos, pero
ahora tienes que currártelo”. Deja de buscar “huertos” que ya están “podados”;
es preciso que “podes” tu propio “huerto”. Te corresponde pasar por luchas
personales y derramar tus propias lágrimas. Cuando las personas te dan cosas,
también te las pueden quitar. Sin embargo, cuando el Señor te las da, son tuyas
para siempre, pero debes cuidarlas. Tienes que “podar” tus hijos, porque no
llegarán a buen término si los descuidas (lee Proverbio 22:6). Hace falta que
“podes” tus relaciones personales: ¡Cuán bienaventurado es el hombre que no
anda en el consejo de los impíos…! (Salmo 1:1 La Biblia de las Américas). Es
preciso que “podes” tu negocio personal. Eso significa: honrar a Dios como tu
socio, permitiéndolo que use tu empresa para promover la suya.
Cuando camines con el
Señor, Él te protegerá y te prosperará, incluso en tiempos difíciles, pero
tienes que seguir currándotelo. Pregunta a cualquier agricultor y te dirá lo
siguiente: el trigo desatendido se perderá con el tiempo; debe ser sembrado. No
hay tanto malo en tu vida, sólo que esperas que Dios haga las cosas que Él
espera que tú hagas. ¡Vamos, agarra las “tijeras de podar” y ponte manos a la
obra!
Un Encuentro Con la Palabra
REFLEXION
Señor, eres mi
esperanza
Aunque las raíces son
la parte menos visible de un árbol, son las encargadas de transportar agua al
tronco, a las ramas y a los frutos. Crecen en el suelo en todos los sentidos, y
absorben la humedad y los minerales disueltos. Dado que están en el interior
del suelo, forman una red tan frondosa como la estructura de las ramas en el
exterior y a menudo tienen mayor extensión que la copa.
Todo árbol necesita un anclaje firme para crecer y
permanecer en el mismo lugar ante cualquier inclemencia climática; nosotros
como hijos de Dios, también necesitamos tener un fundamento sólido para
mantenernos firmes cuando enfrentemos diferentes pruebas porque las mismas
revelarán nuestro estado espiritual y cuánta fe tenemos en nuestro Señor.
Nada de lo que pasamos sucede por casualidad, todo tiene un propósito incluso las pruebas porque nos hacen más fuertes, más dependientes de Dios y aumentan nuestra fe.
Nada de lo que pasamos sucede por casualidad, todo tiene un propósito incluso las pruebas porque nos hacen más fuertes, más dependientes de Dios y aumentan nuestra fe.
Bendito el hombre que
confía en el Señor, y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado
junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue
el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia,
y nunca deja de dar fruto. Jeremías 17:7-8 (NVI)
No permitas que la
situación que este tiempo estás enfrentando te aparte de Dios y te haga olvidar
que Él te ama, que está a tu lado y que es el único que puede de darte la
fortaleza, la paz, la determinación, la dirección y el valor que necesitas para
seguir adelante y ganar esta batalla. Aférrate cada día a su amor incondicional
y a su fidelidad.
Los que viven al
amparo del Altísimo encontrarán descanso a la sombra del Todopoderoso. Declaro
lo siguiente acerca del Señor: Solo él es mi refugio, mi lugar seguro; él es mi
Dios y en él confío. Salmos 91:1-2 (NTV)
Brisna Bustamante
CVCLAVOZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario