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encuentro con la palabra
Levítico 7:12-15
La Biblia
de las Américas (LBLA)
Ofrendas de paz
11 “Esta es la ley del
sacrificio de la ofrenda de paz que será ofrecido al Señor:12 “Si
lo ofrece en acción de gracias, entonces, juntamente con el sacrificio de
acción de gracias, ofrecerá tortas sin levadura amasadas con aceite, y
hojaldres sin levadura untados con aceite, y tortas de flor de harina bienmezclada,
amasadas con aceite. 13 “Con el sacrificio de
sus ofrendas de paz en acción de gracias, presentará su ofrenda con tortas de
pan leudado. 14 “Y
de ello presentará una parte de cada ofrenda como
contribución[f] al Señor; será para el
sacerdote que rocía la sangre de las ofrendas de paz.
15 “En cuanto a la carne del
sacrificio de sus ofrendas de paz en acción de gracias, se comerá el día que la
ofrezca; no dejará nada hasta la mañanasiguiente. 16 “Pero si el
sacrificio de su ofrenda es por un voto o una ofrenda voluntaria, se comerá en
el día que ofrezca el sacrificio; y al día siguiente se podrá comer lo que
quede; 17 pero
lo que quede de la carne del sacrificio será quemado en el fuego al tercer día. 18 “De manera que si se
come de la carne del sacrificio de sus ofrendas de paz al tercer día, el que la
ofrezca no será acepto, ni se le tendrá en cuenta. Será cosa ofensiva, y la
persona que coma de ella llevará su propia iniquidad.
19 “La
carne que toque cualquier cosa inmunda no se comerá; se quemará en el fuego. En
cuanto a otra carne, cualquiera que
esté limpio puede comer de ella[g]. 20 “Pero la persona que
coma la carne del sacrificio de las ofrendas de paz que pertenecen al Señor, estando inmunda[h], esa persona
será cortada de entre su pueblo[i]. 21 “Y cuando alguien
toque alguna cosa inmunda, ya sea inmundicia humana o un animal inmundo, o
cualquier cosa abominable einmunda[j] y coma de la carne
del sacrificio de la ofrenda de paz que pertenece al Señor, esa persona será
cortada de entre su pueblo.”
22 Después
habló el Señor a Moisés, diciendo: 23 Habla a los hijos de
Israel y diles[k]: “Ninguna grasa
de buey, ni de cordero, ni de cabra, comeréis. 24 “La grasa de un animal muerto y la grasa de
un animal despedazado por las bestiaspodrá
servir para cualquier uso, mas ciertamente no debéis comerla. 25 “Porque cualquiera
que coma grasa del animal del cual se[l] ofrece una ofrenda
encendida al Señor, la persona que coma
será cortada de entre su pueblo. 26 “Y no comeréis
sangre, ni de ave ni de animal, en ningún lugar en que habitéis[m].27 “Toda
persona que coma cualquier clase de sangre, esa persona
será cortada de entre su pueblo.”
28 Entonces
habló el Señor a Moisés, diciendo: 29 Habla a los hijos de
Israel y diles[n]: “El que
ofrezca el sacrificio de sus ofrendas de paz al Señor, traerá su ofrenda
al Señor del sacrificio de sus
ofrendas de paz. 30 “Sus
propias manos traerán ofrendas encendidas al Señor. Traerá la grasa con
el pecho, para que el pecho sea presentado[o] como ofrenda mecida
delante del Señor. 31 “Y el sacerdote
quemará la grasa sobre el altar; pero el pecho pertenecerá a Aarón y a sus hijos. 32 “Y daréis al
sacerdote la pierna derecha como contribución[p] de los sacrificios de
vuestras ofrendas de paz. 33 “Aquel que de entre
los hijos de Aarón ofrezca la sangre de las ofrendas de paz y la grasa, recibirá[q] la pierna derecha
como su porción. 34 “Pues yo he tomado de
los hijos de Israel, de los sacrificios de sus ofrendas de paz, el pecho de la
ofrenda mecida y la pierna de la contribución[r], y los he dado
al sacerdote Aarón y a sus hijos, como suporción
para siempre de parte de los hijos de Israel.
35 “Esta
es la porción consagrada a[s] Aarón y la porción
consagrada a[t] sus hijos de las
ofrendas encendidas para el Señor, desde[u] el día en que él los
presentó para ministrar como sacerdotes al Señor, 36 la cual el Señor había ordenado que se
les diera de parte de los hijos de Israel
el día en que El los ungió. Es la porción[v] de ellos para siempre, por
todas sus generaciones.”
37 Esta
es la ley del holocausto, de la ofrenda de cereal, de la ofrenda por el pecado,
de la ofrenda por la culpa, de la ofrenda de consagración[w] y del sacrificio de
las ofrendas de paz, 38 que el Señor ordenó a Moisés en el
monte Sinaí, el día en que El mandó a los hijos de Israel que presentaran[x] sus ofrendas al Señor en el desierto de
Sinaí.
Un Encuentro Con la Palabra
REFLEXION
Preparado, plantado,
fijado, podado y prosperado
Publicado por: Devocionales en Articulos Cristianos 0
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“EL SEÑOR DIOS PLANTÓ UN HUERTO EN EDÉN… Y PUSO ALLÍ AL HOMBRE QUE HABÍA FORMADO” (Génesis 2:8)
Antes de que Dios
pusiese a Adán en el huerto, Él lo formó (lee Génesis 2:7,8). Hay un proceso de
preparación por el que el Señor nos lleva con el fin de hacernos lo que
necesitamos ser, pero esa preparación lleva tiempo. Él debe tratar nuestras
contradicciones, defectos de personalidad, áreas de desconfianza, asuntos de la
infancia no resueltos, cicatrices, fracasos, etc. ¿Cuánto tiempo requiere eso?
Sólo Dios lo sabe. Admítelo, ¿aun a tu edad no reconoces todavía algunas formas
infantiles dentro de ti? Cualquiera habría perdido las esperanzas contigo, pero
el Señor tiene un plan y se comprometió a llevarlo a cabo. Todos deberíamos
llevar un letrero que diga: “Obra sin terminar. Si me contratas, debes saberlo.
Si te casas conmigo, es preciso que lo sepas”.
La Biblia dice que
Dios “…formó al hombre del polvo de la Tierra…” (Génesis 2:7). ¿Con qué
trabaja? ¡Con polvo! Y los artilugios que usa para formarte son las experiencias
por las que pasas a través de la vida; éstas te forman y te cambian. Cuanto más
sigas intentando hacer las cosas a tu manera, más tiempo llevará el proceso.
Puede que te lleve cinco años para que aprendas a dejar de agradar a las
personas, o diez para que ceses de sentir pena por ti mismo, o veinte para que
dejes de volver la mirada hacia atrás reviviendo tu infancia. Durante todo ese
tiempo, el Señor te está diciendo: “Deja de hacerlo”, y tú contestas: “Ya lo
sé; voy a hacer las cosas mejor”. Entonces, finalmente, sucede una crisis y la
verdad te golpea fuertemente. En ese momento dices: “¿Sabes qué? Voy a olvidar
aquellas cosas que se quedan atrás y empezaré a extenderme a lo que está
delante” (lee Filipenses 3:13b).
EL SEÑOR DIOS PLANTÓ
UN HUERTO EN EDÉN… Y PUSO ALLÍ AL HOMBRE QUE HABÍA FORMADO (Génesis 2:8)
¿Qué significa
“plantar” Enterrar semillas más allá de la vista humana a fin de que germinen y
eventualmente produzcan fruto. En el plan de Dios para tu vida, Él ha plantado
bendiciones dentro de ti que experimentarás con el paso del tiempo. Solamente
porque entres en un campo y no veas una cosecha, eso no quiere decir que las
semillas no estén allí; el Señor ha plantado cosas en tu vida que llevarán su
fruto en distintos momentos.
Es sorprendente que
Dios quisiera sembrar en nosotros. ¿Por qué se esforzaría cuando podría crear
las cosas diciendo sólo una palabra? Piensa acerca del amor, el empeño personal
del Creador del universo mientras se inclina hacia abajo y planta bendiciones
en ti para que vayan surgiendo durante las diversas estaciones de tu vida. Todo
lo que el Señor tiene para ti no ha surgido todavía, de manera que no puedes
darte por vencido o marcharte y decir:“Esto es todo lo que hay”. No, Dios tiene
plantadas algunas cosas en ti que no has visto o experimentado hasta ahora. Aún
te estás transformando en lo que Él sembró dentro de ti. Sabiendo esto
reforzará tu fe de que realmente va a ocurrir. También significa que el Señor
cree en ti, incluso cuando no crees en ti mismo…
Hay talentos en tu
interior que no han sido descubiertos y sueños que no se han cumplido. ¡Eso es
lo que significa estar en una batalla! El diablo está peleando contigo acerca
de tu destino. Él sabe qué es lo que ha sido plantado en ti y está tratando de
echar a perder la “semilla”. ¡No lo dejes! No eres la persona que serás dentro
de seis meses o dentro de seis años, porque hay un factor tiempo; todo no llega
a ser “cosechado” en el mismo instante. Debes tener fe y paciencia, de otra
manera perderás lo que Dios tiene para ti.
“EL SEÑOR DIOS PLANTÓ UN HUERTO EN EDÉN… Y PUSO ALLÍ AL HOMBRE QUE HABÍA FORMADO”(Génesis 2:8)
“EL SEÑOR DIOS PLANTÓ UN HUERTO EN EDÉN… Y PUSO ALLÍ AL HOMBRE QUE HABÍA FORMADO”(Génesis 2:8)
Fíjate en esto: Dios
“…puso…” al hombre en el huerto, “…al oriente…” (Génesis 2:8b). No es
suficiente estar en el “huerto”, debes estar en el lugar preciso. Hace falta
que ores:”Señor, ponme en el “huerto” que planeaste para mí.
Educando a los hijos
se aprende muchas cosas. Nos hemos hecho mayores y somos más sabios diciendo:
“No hagas eso” y “No vayas hacia allá”. Pero no puedes acortar el proceso;
tendrán que tropezar, porque así es como aprenderán a funcionar y a encontrar
su propio camino. Tal vez tú mismo trabajaste en varios empleos antes de que
sacaste en claro lo que se supuso que hicieras. Eso es porque todavía no
estabas “en tu lugar”. Si eres sabio, en algún momento comenzarás a orar:
“Señor, no dejes que pase la vida probando cosas; ponme en el lugar que tengas
para mí”.
Sin saberlo, puedes
estar en el lugar correcto porque Dios lo ha “plantado” y no “creer [es decir,
necesitas tiempo para poder darte cuenta de ello]. No importa donde empecemos;
lo importante es dónde terminemos. Debes mirarte en el espejo y decir: Hay algo
en mí que todavía no ha salido fuera. Señor, ayúdame a mantenerme firme hasta
que saques de mí lo que plantaste dentro”. No dejes que nadie te convenza que
eres un fracaso por “no llevar puestos los zapatos apropiados” o porque ahora
mismo no lo tengas todo tan claro. Dios tiene un lugar en mente para ti;
simplemente camina con Él y Él te llevará allí.
EL SEÑOR DIOS PLANTÓ
UN HUERTO EN EDÉN… Y PUSO ALLÍ AL HOMBRE QUE HABÍA FORMADO (Génesis 2:8)
La Biblia dice: “Tomó, pues, el Señor Dios al hombre y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo cuidara” (Génesis 2:15). Puede que Dios te esté diciendo hoy: “Te he preparado, te he puesto donde debes estar, he plantado bendiciones en tu vida que son programadas para que salgan a la luz en distintos momentos, pero ahora tienes que currártelo”. Deja de buscar “huertos” que ya están “podados”; es preciso que “podes” tu propio “huerto”. Te corresponde pasar por luchas personales y derramar tus propias lágrimas. Cuando las personas te dan cosas, también te las pueden quitar. Sin embargo, cuando el Señor te las da, son tuyas para siempre, pero debes cuidarlas. Tienes que “podar” tus hijos, porque no llegarán a buen término si los descuidas (lee Proverbio 22:6). Hace falta que “podes” tus relaciones personales: ¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos…! (Salmo 1:1 La Biblia de las Américas). Es preciso que “podes” tu negocio personal. Eso significa: honrar a Dios como tu socio, permitiéndolo que use tu empresa para promover la suya.
La Biblia dice: “Tomó, pues, el Señor Dios al hombre y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo cuidara” (Génesis 2:15). Puede que Dios te esté diciendo hoy: “Te he preparado, te he puesto donde debes estar, he plantado bendiciones en tu vida que son programadas para que salgan a la luz en distintos momentos, pero ahora tienes que currártelo”. Deja de buscar “huertos” que ya están “podados”; es preciso que “podes” tu propio “huerto”. Te corresponde pasar por luchas personales y derramar tus propias lágrimas. Cuando las personas te dan cosas, también te las pueden quitar. Sin embargo, cuando el Señor te las da, son tuyas para siempre, pero debes cuidarlas. Tienes que “podar” tus hijos, porque no llegarán a buen término si los descuidas (lee Proverbio 22:6). Hace falta que “podes” tus relaciones personales: ¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos…! (Salmo 1:1 La Biblia de las Américas). Es preciso que “podes” tu negocio personal. Eso significa: honrar a Dios como tu socio, permitiéndolo que use tu empresa para promover la suya.
Cuando camines con el
Señor, Él te protegerá y te prosperará, incluso en tiempos difíciles, pero
tienes que seguir currándotelo. Pregunta a cualquier agricultor y te dirá lo
siguiente: el trigo desatendido se perderá con el tiempo; debe ser sembrado. No
hay tanto malo en tu vida, sólo que esperas que Dios haga las cosas que Él
espera que tú hagas. ¡Vamos, agarra las “tijeras de podar” y ponte manos a la
obra!
Un Encuentro Con la Palabra
REFLEXION
Ser el mejor
comediante
Un comediante
reconocido por su gracia y carisma dijo algo interesante: “Cada vez que regreso
a mi casa después de realizar un show observó los videos de la presentación que
realicé, pero exclusivamente para ver mis errores, si noto una parte en la que
no pude cumplir con mi objetivo de hacer reír a mi audiencia, entonces, tomo
nota y lo corrijo, esto me ayuda a mejorar…”
Mas la senda de los justos es como la luz de la
aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto. El camino de los impíos
es como la oscuridad; no saben en qué tropiezan. Proverbios 4:18-19
Sería interesante
tomar el ejemplo de este comediante en la vida cristiana. La palabra de Dios
menciona que sus hijos deberíamos encontrarnos como la luz de la aurora, en
crecimiento hasta que el día sea perfecto. Sin embargo, muchos ni siquiera
tenemos conocimiento de nuestros propios errores y por tanto continuamos
tropezando en lo mismo.
El Rey Salomón
escribió: “Todo esfuerzo tiene su recompensa, pero quedarse sólo en palabras
lleva a la pobreza” Proverbios:14:23 NVI.
Todos queremos
mejorar y alcanzar nuestros objetivos el día de mañana, pero lamentablemente no
nos concentramos en hacerlo, en observar nuestros errores para que después no
los volvamos a repetir. Para ser un exitoso comediante este hombre tuvo que
poner dedicación, compromiso, diligencia y perseverancia, y es obvio que si
deseamos alcanzar algo debemos hacer lo mismo.
Tenemos el
conocimiento que como hijos de Dios nuestro objetivo debe ser el crecimiento
para llegar a la altura de Jesús, entonces; ¿Por qué no somos mejor que antes?
Este momento quiero animarte a analizar el estado en el que te encuentras y en
lo que tienes que cambiar para que mañana seas mejor que hoy. Si un día
dijiste: “Me gustaría ser un gran evangelista” ¡Entonces, empieza a meditar en
la Palabra de Dios, ora, y sal a enseñar! Si hoy no pudiste empezar por miedo o
tiempo, entonces prepárate para corregir ese error. En el camino descubrirás
cosas que te ayudarán a superarte y mejorar como persona.
Una noche, después de
la magnífica participación de la orquesta sinfónica, una dama que había
asistido al concierto le dijo al famoso violinista: “¡Señor, yo daría mi vida
por tocar el violín como usted!” El violinista la miró y le respondió: “Señora,
yo ya he dado mi vida”.
Recuerda: ¡Si quieres
ser mejor persona esfuérzate y dedica tiempo a mejorar! ¡Si quieres ser como
Jesús da todo de ti!
Shirley Chambi
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
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