miércoles, 15 de enero de 2014

EL ESTAR QUIETO

Job.21.14. Dicen, pues, a Dios: Apártate de nosotros, Porque no queremos el conocimiento de tus caminos. Job.21.15. ¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Y de qué nos aprovechará que oremos a él? Job.21.16. He aquí que su bien no está en mano de ellos; El consejo de los impíos lejos esté de mí. Job.21.17. ¡Oh, cuántas veces la lámpara de los impíos es apagada, Y viene sobre ellos su quebranto, Y Dios en su ira les reparte dolores! Job.21.18. Serán como la paja delante del viento, Y como el tamo que arrebata el torbellino. Job.21.19. Dios guardará para los hijos de ellos su violencia; Le dará su pago, para que conozca. Job.21.20. Verán sus ojos su quebranto, Y beberá de la ira del Todopoderoso. Job.21.21. Porque ¿qué deleite tendrá él de su casa después de sí, Siendo cortado el número de sus meses? Job.21.22. ¿Enseñará alguien a Dios sabiduría, Juzgando él a los que están elevados? Job.21.23. Este morirá en el vigor de su hermosura, todo quieto y pacífico; Job.21.24. Sus vasijas estarán llenas de leche, Y sus huesos serán regados de tuétano. Job.21.25. Y este otro morirá en amargura de ánimo, Y sin haber comido jamás con gusto. Job.21.26. Igualmente yacerán ellos en el polvo, Y gusanos los cubrirán. Sal.46.1 Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Sal.46.2. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar; Sal.46.3. Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah Sal.46.4. Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, El santuario de las moradas del Altísimo. Sal.46.5. Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios la ayudará al clarear la mañana. Sal.46.6. Bramaron las naciones, titubearon los reinos; Dio él su voz, se derritió la tierra. Sal.46.7. Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah Sal.46.8. Venid, ved las obras de Jehová, Que ha puesto asolamientos en la tierra. Sal.46.9. Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra. Que quiebra el arco, corta la lanza, Y quema los carros en el fuego. Sal.46.10. Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. Sal.46.11. Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah Ecl.9.10. Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría. Ecl.9.11. Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos. Ecl.9.12. Porque el hombre tampoco conoce su tiempo; como los peces que son presos en la mala red, y como las aves que se enredan en lazo, así son enlazados los hijos de los hombres en el tiempo malo, cuando cae de repente sobre ellos. Ecl.9.13. También vi esta sabiduría debajo del sol, la cual me parece grande: Ecl.9.14. una pequeña ciudad, y pocos hombres en ella; y viene contra ella un gran rey, y la asedia y levanta contra ella grandes baluartes; Ecl.9.15. y se halla en ella un hombre pobre, sabio, el cual libra a la ciudad con su sabiduría; y nadie se acordaba de aquel hombre pobre. Ecl.9.16. Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras. Ecl.9.17. Las palabras del sabio escuchadas en quietud, son mejores que el clamor del señor entre los necios. Ecl.9.18. Mejor es la sabiduría que las armas de guerra; pero un pecador destruye mucho bien. Isa.30.15. Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis, Isa.30.16. sino que dijisteis: No, antes huiremos en caballos; por tanto, vosotros huiréis. Sobre corceles veloces cabalgaremos; por tanto, serán veloces vuestros perseguidores. Isa.30.17. Un millar huirá a la amenaza de uno; a la amenaza de cinco huiréis vosotros todos, hasta que quedéis como mástil en la cumbre de un monte, y como bandera sobre una colina. Isa.30.18. Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él. Isa.30.19. Ciertamente el pueblo morará en Sion, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá. Isa.30.20. Bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus maestros nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus maestros. Isa.30.21. Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda. Isa.30.22. Entonces profanarás la cubierta de tus esculturas de plata, y la vestidura de tus imágenes fundidas de oro; las apartarás como trapo asqueroso; ¡Sal fuera! les dirás. Isa.30.23. Entonces dará el Señor lluvia a tu sementera, cuando siembres la tierra, y dará pan del fruto de la tierra, y será abundante y pingüe; tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en espaciosas dehesas. Isa.30.24. Tus bueyes y tus asnos que labran la tierra comerán grano limpio, aventado con pala y criba. Isa.30.25. Y sobre todo monte alto, y sobre todo collado elevado, habrá ríos y corrientes de aguas el día de la gran matanza, cuando caerán las torres. Isa.30.26. Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que vendare Jehová la herida de su pueblo, y curare la llaga que él causó. Isa.30.27. He aquí que el nombre de Jehová viene de lejos; su rostro encendido, y con llamas de fuego devorador; sus labios llenos de ira, y su lengua como fuego que consume. Isa.30.28. Su aliento, cual torrente que inunda; llegará hasta el cuello, para zarandear a las naciones con criba de destrucción; y el freno estará en las quijadas de los pueblos, haciéndoles errar. Isa.30.29. Vosotros tendréis cántico como de noche en que se celebra pascua, y alegría de corazón, como el que va con flauta para venir al monte de Jehová, al Fuerte de Israel. Isa.64.1. ¡Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes, Isa.64.2. como fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir las aguas, para que hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y las naciones temblasen a tu presencia! Isa.64.3. Cuando, haciendo cosas terribles cuales nunca esperábamos, descendiste, fluyeron los montes delante de ti. Isa.64.4. Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron, ni ojo ha visto a Dios fuera de ti, que hiciese por el que en él espera. Isa.64.5. Saliste al encuentro del que con alegría hacía justicia, de los que se acordaban de ti en tus caminos; he aquí, tú te enojaste porque pecamos; en los pecados hemos perseverado por largo tiempo; ¿podremos acaso ser salvos? Isa.64.6. Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento. Isa.64.7. Nadie hay que invoque tu nombre, que se despierte para apoyarse en ti; por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades. Isa.64.8. Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros. Isa.64.9. No te enojes sobremanera, Jehová, ni tengas perpetua memoria de la iniquidad; he aquí, mira ahora, pueblo tuyo somos todos nosotros. Isa.64.10. Tus santas ciudades están desiertas, Sion es un desierto, Jerusalén una soledad. Isa.64.11. La casa de nuestro santuario y de nuestra gloria, en la cual te alabaron nuestros padres, fue consumida al fuego; y todas nuestras cosas preciosas han sido destruidas. Isa.64.12. ¿Te estarás quieto, oh Jehová, sobre estas cosas? ¿Callarás, y nos afligirás sobremanera?

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