miércoles, 15 de enero de 2014

LA DESNUDEZ

Gén.9.20. Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña; Gén.9.21. y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda. Gén.9.22. Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban afuera. Gén.9.23. Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre. Gén.9.24. Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven, Gén.9.25. y dijo: Maldito sea Canaán; Siervo de siervos será a sus hermanos. Gén.9.26. Dijo más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, Y sea Canaán su siervo. Gén.9.27. Engrandezca Dios a Jafet, Y habite en las tiendas de Sem, Y sea Canaán su siervo. Lev.18.5. Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos. Yo Jehová. Lev.18.6. Ningún varón se llegue a parienta próxima alguna, para descubrir su desnudez. Yo Jehová. Lev.18.7. La desnudez de tu padre, o la desnudez de tu madre, no descubrirás; tu madre es, no descubrirás su desnudez. Lev.18.8. La desnudez de la mujer de tu padre no descubrirás; es la desnudez de tu padre. Lev.18.9. La desnudez de tu hermana, hija de tu padre o hija de tu madre, nacida en casa o nacida fuera, su desnudez no descubrirás. Lev.18.10. La desnudez de la hija de tu hijo, o de la hija de tu hija, su desnudez no descubirás, porque es la desnudez tuya. Lev.18.11. La desnudez de la hija de la mujer de tu padre, engendrada de tu padre, tu hermana es; su desnudez no descubrirás. Lev.18.12. La desnudez de la hermana de tu padre no descubrirás; es parienta de tu padre. Lev.18.13. La desnudez de la hermana de tu madre no descubrirás, porque parienta de tu madre es. Lev.18.14. La desnudez del hermano de tu padre no descubrirás; no llegarás a su mujer; es mujer del hermano de tu padre. Lev.18.15. La desnudez de tu nuera no descubrirás; mujer es de tu hijo, no descubrirás su desnudez. Lev.18.16. La desnudez de la mujer de tu hermano no descubrirás; es la desnudez de tu hermano. Lev.18.17. La desnudez de la mujer y de su hija no descubrirás; no tomarás la hija de su hijo, ni la hija de su hija, para descubrir su desnudez; son parientas, es maldad. Lev.18.18. No tomarás mujer juntamente con su hermana, para hacerla su rival, descubriendo su desnudez delante de ella en su vida. Lev.18.19. Y no llegarás a la mujer para descubrir su desnudez mientras esté en su impureza menstrual. Lev.18.20. Además, no tendrás acto carnal con la mujer de tu prójimo, contaminándote con ella. Lev.18.21. Y no des hijo tuyo para ofrecerlo por fuego a Moloc; no contamines así el nombre de tu Dios. Yo Jehová. Lev.18.22. No te echarás con varón como con mujer; es abominación. Lev.18.23. Ni con ningún animal tendrás ayuntamiento amancillándote con él, ni mujer alguna se pondrá delante de animal para ayuntarse con él; es perversión. Lev.18.24. En ninguna de estas cosas os amancillaréis; pues en todas estas cosas se han corrompido las naciones que yo echo de delante de vosotros, Lev.18.25. y la tierra fue contaminada; y yo visité su maldad sobre ella, y la tierra vomitó sus moradores. Lev.18.26. Guardad, pues, vosotros mis estatutos y mis ordenanzas, y no hagáis ninguna de estas abominaciones, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros Lev.18.27. (porque todas estas abominaciones hicieron los hombres de aquella tierra que fueron antes de vosotros, y la tierra fue contaminada); Lev.18.28. no sea que la tierra os vomite por haberla contaminado, como vomitó a la nación que la habitó antes de vosotros. Lev.18.29. Porque cualquiera que hiciere alguna de todas estas abominaciones, las personas que las hicieren serán cortadas de entre su pueblo. Lev.18.30. Guardad, pues, mi ordenanza, no haciendo las costumbres abominables que practicaron antes de vosotros, y no os contaminéis en ellas. Yo Jehová vuestro Dios. Eze.16.1. Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Eze.16.2. Hijo de hombre, notifica a Jerusalén sus abominaciones, Eze.16.3. y di: Así ha dicho Jehová el Señor sobre Jerusalén: Tu origen, tu nacimiento, es de la tierra de Canaán; tu padre fue amorreo, y tu madre hetea. Eze.16.4. Y en cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas. Eze.16.5. No hubo ojo que se compadeciese de ti para hacerte algo de esto, teniendo de ti misericordia; sino que fuiste arrojada sobre la faz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste. Eze.16.6. Y yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y cuando estabas en tus sangres te dije: ¡Vive! Sí, te dije, cuando estabas en tus sangres: ¡Vive! Eze.16.7. Te hice multiplicar como la hierba del campo; y creciste y te hiciste grande, y llegaste a ser muy hermosa; tus pechos se habían formado, y tu pelo había crecido; pero estabas desnuda y descubierta. Eze.16.8. Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo, dice Jehová el Señor, y fuiste mía. Eze.16.9. Te lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con aceite; Eze.16.10. y te vestí de bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino y te cubrí de seda. Eze.16.11. Te atavié con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello. Eze.16.12. Puse joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza. Eze.16.13. Así fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino fino, seda y bordado; comiste flor de harina de trigo, miel y aceite; y fuiste hermoseada en extremo, prosperaste hasta llegar a reinar. Eze.16.14. Y salió tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice Jehová el Señor. Eze.16.15. Pero confiaste en tu hermosura, y te prostituiste a causa de tu renombre, y derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron; suya eras. Eze.16.16. Y tomaste de tus vestidos, y te hiciste diversos lugares altos, y fornicaste sobre ellos; cosa semejante nunca había sucedido, ni sucederá más. Eze.16.17. Tomaste asimismo tus hermosas alhajas de oro y de plata que yo te había dado, y te hiciste imágenes de hombre y fornicaste con ellas; Eze.16.18. y tomaste tus vestidos de diversos colores y las cubriste; y mi aceite y mi incienso pusiste delante de ellas. Eze.16.19. Mi pan también, que yo te había dado, la flor de la harina, el aceite y la miel, con que yo te mantuve, pusiste delante de ellas para olor agradable; y fue así, dice Jehová el Señor. Eze.16.20. Además de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que habías dado a luz para mí, y los sacrificaste a ellas para que fuesen consumidos. ¿Eran poca cosa tus fornicaciones, Eze.16.21. para que degollases también a mis hijos y los ofrecieras a aquellas imágenes como ofrenda que el fuego consumía? Eze.16.22. Y con todas tus abominaciones y tus fornicaciones no te has acordado de los días de tu juventud, cuando estabas desnuda y descubierta, cuando estabas envuelta en tu sangre. Eze.16.23. Y sucedió que después de toda tu maldad (¡ay, ay de ti! dice Jehová el Señor), Eze.16.24. te edificaste lugares altos, y te hiciste altar en todas las plazas. Eze.16.25. En toda cabeza de camino edificaste lugar alto, e hiciste abominable tu hermosura, y te ofreciste a cuantos pasaban, y multiplicaste tus fornicaciones. Eze.16.26. Y fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos, gruesos de carnes; y aumentaste tus fornicaciones para enojarme. Eze.16.27. Por tanto, he aquí que yo extendí contra ti mi mano, y disminuí tu provisión ordinaria, y te entregué a la voluntad de las hijas de los filisteos, que te aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu camino deshonesto. Eze.16.28. Fornicaste también con los asirios, por no haberte saciado; y fornicaste con ellos y tampoco te saciaste. Eze.16.29. Multiplicaste asimismo tu fornicación en la tierra de Canaán y de los caldeos, y tampoco con esto te saciaste. Eze.16.30. ¡Cuán inconstante es tu corazón, dice Jehová el Señor, habiendo hecho todas estas cosas, obras de una ramera desvergonzada, Eze.16.31. edificando tus lugares altos en toda cabeza de camino, y haciendo tus altares en todas las plazas! Y no fuiste semejante a ramera, en que menospreciaste la paga, Eze.16.32. sino como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos. Eze.16.33. A todas las rameras les dan dones; mas tú diste tus dones a todos tus enamorados; y les diste presentes, para que de todas partes se llegasen a ti en tus fornicaciones. Eze.16.34. Y ha sucedido contigo, en tus fornicaciones, lo contrario de las demás mujeres: porque ninguno te ha solicitado para fornicar, y tú das la paga, en lugar de recibirla; por esto has sido diferente. Eze.16.35. Por tanto, ramera, oye palabra de Jehová. Eze.16.36. Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto han sido descubiertas tus desnudeces en tus fornicaciones, y tu confusión ha sido manifestada a tus enamorados, y a los ídolos de tus abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les diste; Eze.16.37. por tanto, he aquí que yo reuniré a todos tus enamorados con los cuales tomaste placer, y a todos los que amaste, con todos los que aborreciste; y los reuniré alrededor de ti y les descubiriré tu desnudez, y ellos verán toda tu desnudez. Eze.16.38. Y yo te juzgaré por las leyes de las adúlteras, y de las que derraman sangre; y traeré sobre ti sangre de ira y de celos. Eze.16.39. Y te entregaré en manos de ellos; y destruirán tus lugares altos, y derribarán tus altares, y te despojarán de tus ropas, se llevarán tus hermosas alhajas, y te dejarán desnuda y descubierta. Eze.16.40. Y harán subir contra ti muchedumbre de gente, y te apedrearán, y te atravesarán con sus espadas. Eze.16.41. Quemarán tus casas a fuego, y harán en ti juicios en presencia de muchas mujeres; y así haré que dejes de ser ramera, y que ceses de prodigar tus dones. Eze.16.42. Y saciaré mi ira sobre ti, y se apartará de ti mi celo, y descansaré y no me enojaré más. Apo.3.17. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Apo.3.18. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Apo.3.19. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. Apo.3.20. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Apo.3.21. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. Apo.3.22. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

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