miércoles, 29 de enero de 2014

LA PLAZA

Mar.11.15. Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; Mar.11.16. y no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno. Mar.11.17. Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. Mar.11.18. Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina. Mat.20.1. Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. Mat.20.2. Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Mat.20.3. Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados; Mat.20.4. y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. Mat.20.5. Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. Mat.20.6. Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados? Mat.20.7. Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. Él les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo. Mat.20.8. Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros. Mat.20.9. Y al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario. Mat.20.10. Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario. Mat.20.11. Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, Mat.20.12. diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día. Mat.20.13. El, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? Mat.20.14. Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. Mat.20.15. ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno? Mat.20.16. Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos. Mat.23.1. Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: Mat.23.2. En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Mat.23.3. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen. Mat.23.4. Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. Mat.23.5. Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; Mat.23.6. y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, Mat.23.7. y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí. Mat.23.8. Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. Mat.23.9. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Mat.23.10. Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. Mat.23.11. El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Mat.23.12. Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. Hec.17.16. Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría. Hec.17.17. Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían. Hec.17.18. Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección. Hec.17.19. Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas? Hec.17.20. Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto. Hec.17.21. (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.) Hec.17.22. Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; Hec.17.23. porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. Hec.17.24. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, Hec.17.25. ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Hec.17.26. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; Hec.17.27. para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Hec.17.28. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. Hec.17.29. Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. Hec.17.30. Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; Hec.17.31. por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. Hec.17.32. Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez.

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