sábado, 11 de enero de 2014

EL HACER CASO

Pro.12.1. El que ama la instrucción ama la sabiduría; Mas el que aborrece la reprensión es ignorante. Pro.12.2. El bueno alcanzará favor de Jehová; Mas él condenará al hombre de malos pensamientos. Pro.12.3. El hombre no se afirmará por medio de la impiedad; Mas la raíz de los justos no será removida. Pro.12.4. La mujer virtuosa es corona de su marido; Mas la mala, como carcoma en sus huesos. Pro.12.5. Los pensamientos de los justos son rectitud; Mas los consejos de los impíos, engaño. Pro.12.6. Las palabras de los impíos son asechanzas para derramar sangre; Mas la boca de los rectos los librará. Pro.12.7. Dios trastornará a los impíos, y no serán más; Pero la casa de los justos permanecerá firme. Pro.12.8. Según su sabiduría es alabado el hombre; Mas el perverso de corazón será menospreciado. Pro.12.9. Más vale el despreciado que tiene servidores, Que el que se jacta, y carece de pan. Pro.12.10. El justo cuida de la vida de su bestia; Mas el corazón de los impíos es cruel. Pro.12.11. El que labra su tierra se saciará de pan; Mas el que sigue a los vagabundos es falto de entendimiento. Pro.12.12. Codicia el impío la red de los malvados; Mas la raíz de los justos dará fruto. Pro.12.13. El impío es enredado en la prevaricación de sus labios; Mas el justo saldrá de la tribulación. Pro.12.14. El hombre será saciado de bien del fruto de su boca; Y le será pagado según la obra de sus manos. Pro.12.15. El camino del necio es derecho en su opinión; Mas el que obedece al consejo es sabio. Pro.12.16. El necio al punto da a conocer su ira; Mas el que no hace caso de la injuria es prudente. Isa.58.3. ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores. Isa.58.4. He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto. Isa.58.5. ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová? Isa.58.6. ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? Isa.58.7. ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Isa.58.8. Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia. Isa.58.9. Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad; Isa.58.10. y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. Isa.58.11. Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan. Isa.58.12. Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar. Isa.58.13. Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, Isa.58.14. entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado. Rom.14.6. El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios. Rom.14.7. Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Rom.14.8. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. Rom.14.9. Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven. Rom.14.10. Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Rom.14.11. Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios. Rom.14.12. De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí. Rom.14.13. Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. Rom.14.14. Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; mas para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es. Rom.14.15. Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió. Rom.14.16. No sea, pues, vituperado vuestro bien; Rom.14.17. porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Rom.14.18. Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres. Rom.14.19. Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación. Rom.14.20. No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come. Rom.14.21. Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite. Rom.14.22. ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba. Rom.14.23. Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.

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