domingo, 26 de enero de 2014

EL ODIO

Núm.35.20. Y si por odio lo empujó, o echó sobre él alguna cosa por asechanzas, y muere; Núm.35.21. o por enemistad lo hirió con su mano, y murió, el heridor morirá; es homicida; el vengador de la sangre matará al homicida cuando lo encontrare. Núm.35.22. Mas si casualmente lo empujó sin enemistades, o echó sobre él cualquier instrumento sin asechanzas, Núm.35.23. o bien, sin verlo hizo caer sobre él alguna piedra que pudo matarlo, y muriere, y él no era su enemigo, ni procuraba su mal; Núm.35.24. entonces la congregación juzgará entre el que causó la muerte y el vengador de la sangre conforme a estas leyes; Núm.35.25. y la congregación librará al homicida de mano del vengador de la sangre, y la congregación lo hará volver a su ciudad de refugio, en la cual se había refugiado; y morará en ella hasta que muera el sumo sacerdote, el cual fue ungido con el aceite santo. Núm.35.26. Mas si el homicida saliere fuera de los límites de su ciudad de refugio, en la cual se refugió, Núm.35.27. y el vengador de la sangre le hallare fuera del límite de la ciudad de su refugio, y el vengador de la sangre matare al homicida, no se le culpará por ello; Núm.35.28. pues en su ciudad de refugio deberá aquél habitar hasta que muera el sumo sacerdote; y después que haya muerto el sumo sacerdote, el homicida volverá a la tierra de su posesión. Núm.35.29. Estas cosas os serán por ordenanza de derecho por vuestras edades, en todas vuestras habitaciones. Núm.35.30. Cualquiera que diere muerte a alguno, por dicho de testigos morirá el homicida; mas un solo testigo no hará fe contra una persona para que muera. Núm.35.31. Y no tomaréis precio por la vida del homicida, porque está condenado a muerte; indefectiblemente morirá. Núm.35.32. Ni tampoco tomaréis precio del que huyó a su ciudad de refugio, para que vuelva a vivir en su tierra, hasta que muera el sumo sacerdote. Núm.35.33. Y no contaminaréis la tierra donde estuviereis; porque esta sangre amancillará la tierra, y la tierra no será expiada de la sangre que fue derramada en ella, sino por la sangre del que la derramó. Sal.25.1. A ti, oh Jehová, levantaré mi alma. Sal.25.2. Dios mío, en ti confío; No sea yo avergonzado, No se alegren de mí mis enemigos. Sal.25.3. Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido; Serán avergonzados los que se rebelan sin causa. Sal.25.4. Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas. Sal.25.5. Encamíname en tu verdad, y enséñame, Porque tú eres el Dios de mi salvación; En ti he esperado todo el día. Sal.25.6. Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias, Que son perpetuas. Sal.25.7. De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; Conforme a tu misericordia acuérdate de mí, Por tu bondad, oh Jehová. Sal.25.8. Bueno y recto es Jehová; Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino. Sal.25.9. Encaminará a los humildes por el juicio, Y enseñará a los mansos su carrera. Sal.25.10. Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, Para los que guardan su pacto y sus testimonios. Sal.25.11. Por amor de tu nombre, oh Jehová, Perdonarás también mi pecado, que es grande. Sal.25.12. ¿Quién es el hombre que teme a Jehová? Él le enseñará el camino que ha de escoger. Sal.25.13. Gozará él de bienestar, Y su descendencia heredará la tierra. Sal.25.14. La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto. Sal.25.15. Mis ojos están siempre hacia Jehová, Porque él sacará mis pies de la red. Sal.25.16. Mírame, y ten misericordia de mí, Porque estoy solo y afligido. Sal.25.17. Las angustias de mi corazón se han aumentado; Sácame de mis congojas. Sal.25.18. Mira mi aflicción y mi trabajo, Y perdona todos mis pecados. Sal.25.19. Mira mis enemigos, cómo se han multiplicado, Y con odio violento me aborrecen. Sal.25.20. Guarda mi alma, y líbrame; No sea yo avergonzado, porque en ti confié. Sal.25.21. Integridad y rectitud me guarden, Porque en ti he esperado. Sal.25.22. Redime, oh Dios, a Israel De todas sus angustias. Eze.23.1. Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Eze.23.2. Hijo de hombre, hubo dos mujeres, hijas de una madre, Eze.23.3. las cuales fornicaron en Egipto; en su juventud fornicaron. Allí fueron apretados sus pechos, allí fueron estrujados sus pechos virginales. Eze.23.4. Y se llamaban, la mayor, Ahola [“tabernáculo de ella”], y su hermana, Aholiba [“mi tabernáculo en ella”]; las cuales llegaron a ser mías, y dieron a luz hijos e hijas. Y se llamaron: Samaria, Ahola; y Jerusalén, Aholiba. Eze.23.5. Y Ahola cometió fornicación aun estando en mi poder; y se enamoró de sus amantes los asirios, vecinos suyos, Eze.23.6. vestidos de púrpura, gobernadores y capitanes, jóvenes codiciables todos ellos, jinetes que iban a caballo. Eze.23.7. Y se prostituyó con ellos, con todos los más escogidos de los hijos de los asirios, y con todos aquellos de quienes se enamoró; se contaminó con todos los ídolos de ellos. Eze.23.8. Y no dejó sus fornicaciones de Egipto; porque con ella se echaron en su juventud, y ellos comprimieron sus pechos virginales, y derramaron sobre ella su fornicación. Eze.23.9. Por lo cual la entregué en mano de sus amantes, en mano de los hijos de los asirios, de quienes se había enamorado. Eze.23.10. Ellos descubrieron su desnudez, tomaron sus hijos y sus hijas, y a ella mataron a espada; y vino a ser famosa entre las mujeres, pues en ella hicieron escarmiento. Eze.23.11. Y lo vio su hermana Aholiba, y enloqueció de lujuria más que ella; y sus fornicaciones fueron más que las fornicaciones de su hermana. Eze.23.12. Se enamoró de los hijos de los asirios sus vecinos, gobernadores y capitanes, vestidos de ropas y armas excelentes, jinetes que iban a caballo, todos ellos jóvenes codiciables. Eze.23.13. Y vi que se había contaminado; un mismo camino era el de ambas. Eze.23.14. Y aumentó sus fornicaciones; pues cuando vio a hombres pintados en la pared, imágenes de caldeos pintadas de color, Eze.23.15. ceñidos por sus lomos con talabartes, y tiaras de colores en sus cabezas, teniendo todos ellos apariencia de capitanes, a la manera de los hombres de Babilonia, de Caldea, tierra de su nacimiento, Eze.23.16. se enamoró de ellos a primera vista, y les envió mensajeros a la tierra de los caldeos. Eze.23.17. Así, pues, se llegaron a ella los hombres de Babilonia en su lecho de amores, y la contaminaron, y ella también se contaminó con ellos, y su alma se hastió de ellos. Eze.23.18. Así hizo patentes sus fornicaciones y descubrió sus desnudeces, por lo cual mi alma se hastió de ella, como se había ya hastiado mi alma de su hermana. Eze.23.19. Aun multiplicó sus fornicaciones, trayendo en memoria los días de su juventud, en los cuales había fornicado en la tierra de Egipto. Eze.23.20. Y se enamoró de sus rufianes, cuya lujuria es como el ardor carnal de los asnos, y cuyo flujo como flujo de caballos. Eze.23.21. Así trajiste de nuevo a la memoria la lujuria de tu juventud, cuando los egipcios comprimieron tus pechos, los pechos de tu juventud. Eze.23.22. Por tanto, Aholiba, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que yo suscitaré contra ti a tus amantes, de los cuales se hastió tu alma, y les haré venir contra ti en derredor; Eze.23.23. los de Babilonia, y todos los caldeos, los de Pecod, Soa y Coa, y todos los de Asiria con ellos; jóvenes codiciables, gobernadores y capitanes, nobles y varones de renombre, que montan a caballo todos ellos. Eze.23.24. Y vendrán contra ti carros, carretas y ruedas, y multitud de pueblos. Escudos, paveses y yelmos pondrán contra ti en derredor; y yo pondré delante de ellos el juicio, y por sus leyes te juzgarán. Eze.23.25. Y pondré mi celo contra ti, y procederán contigo con furor; te quitarán tu nariz y tus orejas, y lo que te quedare caerá a espada. Ellos tomarán a tus hijos y a tus hijas, y tu remanente será consumido por el fuego. Eze.23.26. Y te despojarán de tus vestidos, y te arrebatarán todos los adornos de tu hermosura. Eze.23.27. Y haré cesar de ti tu lujuria, y tu fornicación de la tierra de Egipto; y no levantarás ya más a ellos tus ojos, ni nunca más te acordarás de Egipto. Eze.23.28. Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo te entrego en mano de aquellos que aborreciste, en mano de aquellos de los cuales se hastió tu alma; Eze.23.29. los cuales procederán contigo con odio, y tomarán todo el fruto de tu labor, y te dejarán desnuda y descubierta; y se descubrirá la inmundicia de tus fornicaciones, y tu lujuria y tu prostitución. Eze.23.30. Estas cosas se harán contigo porque fornicaste en pos de las naciones, con las cuales te contaminaste en sus ídolos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario