viernes, 24 de enero de 2014

LA GENTE

Lev.25.39. Y cuando tu hermano empobreciere, estando contigo, y se vendiere a ti, no le harás servir como esclavo. Lev.25.40. Como criado, como extranjero estará contigo; hasta el año del jubileo te servirá. Lev.25.41. Entonces saldrá libre de tu casa; él y sus hijos consigo, y volverá a su familia, y a la posesión de sus padres se restituirá. Lev.25.42. Porque son mis siervos, los cuales saqué yo de la tierra de Egipto; no serán vendidos a manera de esclavos. Lev.25.43. No te enseñorearás de él con dureza, sino tendrás temor de tu Dios. Lev.25.44. Así tu esclavo como tu esclava que tuvieres, serán de las gentes que están en vuestro alrededor; de ellos podréis comprar esclavos y esclavas. Lev.25.45. También podréis comprar de los hijos de los forasteros que viven entre vosotros, y de las familias de ellos nacidos en vuestra tierra, que están con vosotros, los cuales podréis tener por posesión. Lev.25.46. Y los podréis dejar en herencia para vuestros hijos después de vosotros, como posesión hereditaria; para siempre os serviréis de ellos; pero en vuestros hermanos los hijos de Israel no os enseñorearéis cada uno sobre su hermano con dureza. Lev.25.47. Si el forastero o el extranjero que está contigo se enriqueciere, y tu hermano que está junto a él empobreciere, y se vendiere al forastero o extranjero que está contigo, o a alguno de la familia del extranjero; Lev.25.48. después que se hubiere vendido, podrá ser rescatado; uno de sus hermanos lo rescatará. Lev.25.49. O su tío o el hijo de su tío lo rescatará, o un pariente cercano de su familia lo rescatará; o si sus medios alcanzaren, él mismo se rescatará. Lev.25.50. Hará la cuenta con el que lo compró, desde el año que se vendió a él hasta el año del jubileo; y ha de apreciarse el precio de su venta conforme al número de los años, y se contará el tiempo que estuvo con él conforme al tiempo de un criado asalariado. Lev.25.51. Si aún fueren muchos años, conforme a ellos devolverá para su rescate, del dinero por el cual se vendió. Lev.25.52. Y si quedare poco tiempo hasta el año del jubileo, entonces hará un cálculo con él, y devolverá su rescate conforme a sus años. Lev.25.53. Como con el tomado a salario anualmente hará con él; no se enseñoreará en él con rigor delante de tus ojos. Lev.25.54. Y si no se rescatare en esos años, en el año del jubileo saldrá, él y sus hijos con él. Lev.25.55. Porque mis siervos son los hijos de Israel; son siervos míos, a los cuales saqué de la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios. Sal.2.2. Se levantarán los reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos Contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Sal.2.3. Rompamos sus ligaduras, Y echemos de nosotros sus cuerdas. Sal.2.4. El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos. Sal.2.5. Luego hablará a ellos en su furor, Y los turbará con su ira. Sal.2.6. Pero yo he puesto mi rey Sobre Sion, mi santo monte. Sal.2.7. Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. Sal.2.8. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra. Sal.2.9. Los quebrantarás con vara de hierro; Como vasija de alfarero los desmenuzarás. Sal.2.10. Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; Admitid amonestación, jueces de la tierra. Sal.2.11. Servid a Jehová con temor, Y alegraos con temblor. Sal.2.12. Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían. Isa.1.4. ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás. Isa.1.5. ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Isa.1.6. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite. Isa.1.7. Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida por extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños. Isa.1.8. Y queda la hija de Sion como enramada en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada. Isa.1.9. Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un resto pequeño, como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra. Isa.1.10. Príncipes de Sodoma, oíd la palabra de Jehová; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra. Isa.1.11. ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. Isa.1.12. ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios? Isa.1.13. No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. Isa.1.14. Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. Isa.1.15. Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos. Isa.1.16. Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; Isa.1.17. aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. Isa.1.18. Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Isa.1.19. Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra; Isa.1.20. si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho. Mar.8.1. En aquellos días, como había una gran multitud, y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos, y les dijo: Mar.8.2. Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; Mar.8.3. y si los enviare en ayunas a sus casas, se desmayarán en el camino, pues algunos de ellos han venido de lejos. Mar.8.4. Sus discípulos le respondieron: ¿De dónde podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto? Mar.8.5. Él les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Ellos dijeron: Siete. Mar.8.6. Entonces mandó a la multitud que se recostase en tierra; y tomando los siete panes, habiendo dado gracias, los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y los pusieron delante de la multitud. Mar.8.7. Tenían también unos pocos pececillos; y los bendijo, y mandó que también los pusiesen delante. Mar.8.8. Y comieron, y se saciaron; y recogieron de los pedazos que habían sobrado, siete canastas. Mar.8.9. Eran los que comieron, como cuatro mil; y los despidió. Hec.4.18. Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. Hec.4.19. Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; Hec.4.20. porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído. Hec.4.21. Ellos entonces les amenazaron y les soltaron, no hallando ningún modo de castigarles, por causa del pueblo; porque todos glorificaban a Dios por lo que se había hecho, Hec.4.22. ya que el hombre en quien se había hecho este milagro de sanidad, tenía más de cuarenta años. Hec.4.23. Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. Hec.4.24. Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; Hec.4.25. que por boca de David tu siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas? Hec.4.26. Se reunieron los reyes de la tierra, Y los príncipes se juntaron en uno Contra el Señor, y contra su Cristo. Hec.4.27. Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, Hec.4.28. para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera. Hec.4.29. Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, Hec.4.30. mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. Hec.4.31. Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios. Hec.4.32. Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. Hec.4.33. Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. Hec.4.34. Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, Hec.4.35. y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad.

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