jueves, 7 de noviembre de 2013

EL INDOCTO

Rom.2.17. He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios, Rom.2.18. y conoces su voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor, Rom.2.19. y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas, Rom.2.20. instructor de los indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad. Rom.2.21. Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? Rom.2.22. Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos, ¿cometes sacrilegio? Rom.2.23. Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios? Rom.2.24. Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros. Rom.2.25. Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión. Rom.2.26. Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión? Rom.2.27. Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley. Rom.2.28. Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; Rom.2.29. sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios. 1Co.14.24. Pero si todos profetizan, y entra algún incrédulo o indocto, por todos es convencido, por todos es juzgado; 1Co.14.25. lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros. 1Co.14.26. ¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación. 1Co.14.27. Si habla alguno en lengua extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; y uno interprete. 1Co.14.28. Y si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios. 1Co.14.29. Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen. 1Co.14.30. Y si algo le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero. 1Co.14.31. Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados. 1Co.14.32. Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas; 1Co.14.33. pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos, 2Pe.3.1. Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento, 2Pe.3.2. para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles; 2Pe.3.3. sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, 2Pe.3.4. y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. 2Pe.3.5. Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, 2Pe.3.6. por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; 2Pe.3.7. pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. 2Pe.3.8. Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. 2Pe.3.9. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. 2Pe.3.10. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. 2Pe.3.11. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, 2Pe.3.12. esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! 2Pe.3.13. Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. 2Pe.3.14. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz. 2Pe.3.15. Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, 2Pe.3.16. casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. 2Pe.3.17. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. 2Pe.3.18. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

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