jueves, 21 de noviembre de 2013

LA PROEZA

Deu.3.24. Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga obras y proezas como las tuyas? Deu.3.25. Pase yo, te ruego, y vea aquella tierra buena que está más allá del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano. Deu.3.26. Pero Jehová se había enojado contra mí a causa de vosotros, por lo cual no me escuchó; y me dijo Jehová: Basta, no me hables más de este asunto. Deu.3.27. Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al oeste, y al norte, y al sur, y al este, y mira con tus propios ojos; porque no pasarás el Jordán. Deu.3.28. Y manda a Josué, y anímalo, y fortalécelo; porque él ha de pasar delante de este pueblo, y él les hará heredar la tierra que verás. Deu.3.29. Y paramos en el valle delante de Bet-peor. Deu.4.1. Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da. Deu.4.2. No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordene. Deu.4.3. Vuestros ojos vieron lo que hizo Jehová con motivo de Baal- peor; que a todo hombre que fue en pos de Baal-peor destruyó Jehová tu Dios de en medio de ti. Deu.4.4. Mas vosotros que seguisteis a Jehová vuestro Dios, todos estáis vivos hoy. Deu.4.5. Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella. Deu.4.6. Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta. Deu.4.7. Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? Deu.4.8. Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros? Deu.4.9. Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos. Sal.60.6. Dios ha dicho en su santuario: Yo me alegraré; Repartiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot. Sal.60.7. Mío es Galaad, y mío es Manasés; Y Efraín es la fortaleza de mi cabeza; Judá es mi legislador. Sal.60.8. Moab, vasija para lavarme; Sobre Edom echaré mi calzado; Me regocijaré sobre Filistea. Sal.60.9. ¿Quién me llevará a la ciudad fortificada? ¿Quién me llevará hasta Edom? Sal.60.10. ¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desechado, Y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos? Sal.60.11. Danos socorro contra el enemigo, Porque vana es la ayuda de los hombres. Sal.60.12. En Dios haremos proezas, Y él hollará a nuestros enemigos. Sal.118.14. Mi fortaleza y mi cántico es JAH, Y él me ha sido por salvación. Sal.118.15. Voz de júbilo y de salvación hay en las tiendas de los justos; La diestra de Jehová hace proezas. Sal.118.16. La diestra de Jehová es sublime; La diestra de Jehová hace valentías. Sal.118.17. No moriré, sino que viviré, Y contaré las obras de JAH. Sal.150.1. Alabadle en la magnificencia de su firmamento. Sal.150.2. Alabadle por sus proezas; Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza. Sal.150.3. Alabadle a son de bocina; Alabadle con salterio y arpa. Sal.150.4. Alabadle con pandero y danza; Alabadle con cuerdas y flautas. Sal.150.5. Alabadle con címbalos resonantes; Alabadle con címbalos de júbilo. Sal.150.6. Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya. Luc.1.39. En aquellos días, levantándose María, fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá; Luc.1.40. y entró en casa de Zacarías, y saludó a Elisabet. Luc.1.41. Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo, Luc.1.42. y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. Luc.1.43. ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? Luc.1.44. Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Luc.1.45. Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor. Luc.1.46. Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Luc.1.47. Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Luc.1.48. Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Luc.1.49. Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre, Luc.1.50. Y su misericordia es de generación en generación A los que le temen. Luc.1.51. Hizo proezas con su brazo; Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones. Luc.1.52. Quitó de los tronos a los poderosos, Y exaltó a los humildes. Luc.1.53. A los hambrientos colmó de bienes, Y a los ricos envió vacíos. Luc.1.54. Socorrió a Israel su siervo, Acordándose de la misericordia

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