sábado, 16 de noviembre de 2013

HECHO

Sal.64.1. Escucha, oh Dios, la voz de mi queja; Guarda mi vida del temor del enemigo. Sal.64.2. Escóndeme del consejo secreto de los malignos, De la conspiración de los que hacen iniquidad, Sal.64.3. Que afilan como espada su lengua; Lanzan cual saeta suya, palabra amarga, Sal.64.4. Para asaetear a escondidas al íntegro; De repente lo asaetean, y no temen. Sal.64.5. Obstinados en su inicuo designio, Tratan de esconder los lazos, Y dicen: ¿Quién los ha de ver? Sal.64.6. Inquieren iniquidades, hacen una investigación exacta; Y el íntimo pensamiento de cada uno de ellos, así como su corazón, es profundo. Sal.64.7. Mas Dios los herirá con saeta; De repente serán sus plagas. Sal.64.8. Sus propias lenguas los harán caer; Se espantarán todos los que los vean. Sal.64.9. Entonces temerán todos los hombres, Y anunciarán la obra de Dios, Y entenderán sus hechos. Sal.64.10. Se alegrará el justo en Jehová, y confiará en él; Y se gloriarán todos los rectos de corazón. Sal.71.10. Porque mis enemigos hablan de mí, Y los que acechan mi alma consultaron juntamente, Sal.71.11. Diciendo: Dios lo ha desamparado; Perseguidle y tomadle, porque no hay quien le libre. Sal.71.12. Oh Dios, no te alejes de mí; Dios mío, acude pronto en mi socorro. Sal.71.13. Sean avergonzados, perezcan los adversarios de mi alma; Sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que mi mal buscan. Sal.71.14. Mas yo esperaré siempre, Y te alabaré más y más. Sal.71.15. Mi boca publicará tu justicia Y tus hechos de salvación todo el día, Aunque no sé su número. Sal.71.16. Vendré a los hechos poderosos de Jehová el Señor; Haré memoria de tu justicia, de la tuya sola. Pro.31.29. Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas. Pro.31.30. Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada. Pro.31.31. Dadle del fruto de sus manos, Y alábenla en las puertas sus hechos. Jer.25.8. Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos: Por cuanto no habéis oído mis palabras, Jer.25.9. he aquí enviaré y tomaré a todas las tribus del norte, dice Jehová, y a Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y los traeré contra esta tierra y contra sus moradores, y contra todas estas naciones en derredor; y los destruiré, y los pondré por escarnio y por burla y en desolación perpetua. Jer.25.10. Y haré que desaparezca de entre ellos la voz de gozo y la voz de alegría, la voz de desposado y la voz de desposada, ruido de molino y luz de lámpara. Jer.25.11. Toda esta tierra será puesta en ruinas y en espanto; y servirán estas naciones al rey de Babilonia setenta años. Jer.25.12. Y cuando sean cumplidos los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a aquella nación por su maldad, ha dicho Jehová, y a la tierra de los caldeos; y la convertiré en desiertos para siempre. Jer.25.13. Y traeré sobre aquella tierra todas mis palabras que he hablado contra ella, con todo lo que está escrito en este libro, profetizado por Jeremías contra todas las naciones. Jer.25.14. Porque también ellas serán sojuzgadas por muchas naciones y grandes reyes; y yo les pagaré conforme a sus hechos, y conforme a la obra de sus manos. Luc.11.38. El fariseo, cuando lo vio, se extrañó de que no se hubiese lavado antes de comer. Luc.11.39. Pero el Señor le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de rapacidad y de maldad. Luc.11.40. Necios, ¿el que hizo lo de fuera, no hizo también lo de adentro? Luc.11.41. Pero dad limosna de lo que tenéis, y entonces todo os será limpio. Luc.11.42. Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello. Luc.11.43. ¡Ay de vosotros, fariseos! que amáis las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas. Luc.11.44. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! que sois como sepulcros que no se ven, y los hombres que andan encima no lo saben. Luc.11.45. Respondiendo uno de los intérpretes de la ley, le dijo: Maestro, cuando dices esto, también nos afrentas a nosotros. Luc.11.46. Y él dijo: ¡Ay de vosotros también, intérpretes de la ley! porque cargáis a los hombres con cargas que no pueden llevar, pero vosotros ni aun con un dedo las tocáis. Luc.11.47. ¡Ay de vosotros, que edificáis los sepulcros de los profetas a quienes mataron vuestros padres! Luc.11.48. De modo que sois testigos y consentidores de los hechos de vuestros padres; porque a la verdad ellos los mataron, y vosotros edificáis sus sepulcros. Luc.23.39. Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Luc.23.40. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Luc.23.41. Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. Luc.23.42. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Luc.23.43. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. Hec.19.11. Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, Hec.19.12. de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían. Hec.19.13. Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. Hec.19.14. Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. Hec.19.15. Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? Hec.19.16. Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos. Hec.19.17. Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Efeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús. Hec.19.18. Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. Col.3.5. Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; Col.3.6. cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, Col.3.7. en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. Col.3.8. Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. Col.3.9. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, Col.3.10. y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, Col.3.11. donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. Col.3.12. Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; Col.3.13. soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Col.3.14. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Col.3.15. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. Col.3.16. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Col.3.17. Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

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