lunes, 18 de noviembre de 2013

EL SER FRATERNALMENTE

Rom.12.10. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. Rom.12.11. En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; Rom.12.12. gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; Rom.12.13. compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. Rom.12.14. Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. Rom.12.15. Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. Rom.12.16. Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. Rom.12.17. No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Rom.12.18. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. Rom.12.19. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Rom.12.20. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. Rom.12.21. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. 1Pe.1.10. Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, 1Pe.1.11. escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. 1Pe.1.12. A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles. 1Pe.1.13. Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; 1Pe.1.14. como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 1Pe.1.15. sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 1Pe.1.16. porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. 1Pe.1.17. Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; 1Pe.1.18. sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 1Pe.1.19. sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 1Pe.1.20. ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, 1Pe.1.21. y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. 1Pe.1.22. Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; 1Pe.1.23. siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. 2Pe.1.3. Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 2Pe.1.4. por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; 2Pe.1.5. vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 2Pe.1.6. al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; 2Pe.1.7. a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 2Pe.1.8. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 2Pe.1.9. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. 2Pe.1.10. Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. 2Pe.1.11. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

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