miércoles, 6 de noviembre de 2013

PROMETER

2Cr.15.1. Vino el espíritu de Dios sobre Azarías hijo de Obed; 2Cr.15.2. Y salió al encuentro de Asa, y le dijo: Oidme, Asa, y todo Judá y Benjamín: Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis con él: y si le buscareis, será hallado de vosotros; mas si le dejareis, él también os dejará. 2Cr.15.3. Muchos días ha estado Israel sin verdadero Dios y sin sacerdoteque enseñara y sin ley; 2Cr.15.4. pero cuando en su tribulación se convirtieron a Jehová Dios de Israel, y le buscaron, él fue hallado de ellos. 2Cr.15.5. En aquellos tiempos no hubo paz, ni para el que entraba, ni para el que salía, sino muchas aflicciones sobre todos los habitantes de las tierras. 2Cr.15.6. Y una gente destruía a la otra, y una ciudad a otra ciudad: porque Dios los turbó con toda clase de calamidades. 2Cr.15.7. Pero esforzaos vosotros, y no desfallezcan vuestras manos; pues hay recompensa para vuestra obra. 2Cr.15.8. Cuando oyó Asa las palabras y la profecía del profeta Azarías hijo de Obed, fue cobró ánimo, y quitó los ídolos abominables de toda la tierra de Judá y de Benjamín, y de las ciudades que él había tomado en la parte montañosa de Efraín; y reparó el altar de Jehová que estaba delante del pórtico de Jehová. 2Cr.15.9. Después reunió a todo Judá y Benjamín, y con ellos los forasteros de Efraín, de Manasés, y de Simeón: porque muchos de Israel se habían pasado a él, viendo que Jehová su Dios estaba con él. 2Cr.15.10. Se reunieron, pues, en Jerusalén en el mes tercero del año décimoquinto del reinado de Asa. 2Cr.15.11. Y en aquel mismo día sacrificaron a Jehová, del botín que habían traído, setecientos bueyes y siete mil ovejas. 2Cr.15.12. Entonces prometieron solemnemente que buscarían a Jehová el Dios de sus padres, de todo su corazón y de toda su alma; 2Cr.15.13. Y que cualquiera que no buscase a Jehová el Dios de Israel, muriese, grande opequeño, hombre o mujer. Sal.76.6. A tu reprensión, oh Dios de Jacob, El carro y el caballo fueron entorpecidos. Sal.76.7. Tú, temible eres tú; ¿Y quién podrá estar en pie delante de ti cuando se encienda tu ira? Sal.76.8. Desde los cielos hiciste oír juicio; La tierra tuvo temor y quedó suspensa Sal.76.9. Cuando te levantaste, oh Dios, para juzgar, Para salvar a todos los mansos de la tierra. Selah Sal.76.10. Ciertamente la ira del hombre te alabará; Tú reprimirás el resto de las iras. Sal.76.11. Prometed, y pagad a Jehová vuestro Dios; Todos los que están alrededor de él, traigan ofrendas al Temible. Sal.76.12. Cortará él el espíritu de los príncipes; Temible es a los reyes de la tierra. Hec.7.2. Y él dijo: Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán, Hec.7.3. y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te mostraré. Hec.7.4. Entonces salió de la tierra de los caldeos y habitó en Harán; y de allí, muerto su padre, Dios le trasladó a esta tierra, en la cual vosotros habitáis ahora. Hec.7.5. Y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie; pero le prometió que se la daría en posesión, y a su descendencia después de él, cuando él aún no tenía hijo. Rom.1.1. Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, Rom.1.2. que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, Rom.1.3. acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, Rom.1.4. que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, Rom.1.5. y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre; Rom.1.6. entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo; Rom.4.16. Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros. Rom.4.17. (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. Rom.4.18. Él creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Rom.4.19. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Rom.4.20. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, Rom.4.21. plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; Rom.4.22. por lo cual también su fe le fue contada por justicia. Rom.4.23. Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada, Rom.4.24. sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, Rom.4.25. el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación. Rom.5.1. Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; Rom.5.2. por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Heb.11.9. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; Heb.11.10. porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Heb.11.11. Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido. Heb.11.12. Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar. Heb.11.13. Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Heb.11.14. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; Heb.11.15. pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Heb.11.16. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad. Heb.11.36. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Heb.11.37. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; Heb.11.38. de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Heb.11.39. Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; Heb.11.40. proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros. Heb.12.1. Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, Heb.12.2. puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Heb.12.26. La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. Heb.12.27. Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. Heb.12.28. Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; Heb.12.29. porque nuestro Dios es fuego consumidor. San.1.12. Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. San.1.13. Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; San.1.14. sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. San.1.15. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. San.1.16. Amados hermanos míos, no erréis. San.1.17. Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. San.2.5. Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman? San.2.6. Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales? San.2.7. ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros? San.2.8. Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; San.2.9. pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores. San.2.10. Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. San.2.11. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. San.2.12. Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. San.2.13. Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio.

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