viernes, 1 de noviembre de 2013

EL PADECIMIENTO

Isa.53.3. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Isa.53.4. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Isa.53.5. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Isa.53.6. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Isa.53.7. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Isa.53.8. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Isa.53.9. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. Isa.53.10. Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Isa.53.11. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. Isa.53.12. Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores. Fil.3.7. Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Fil.3.8. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, Fil.3.9. y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; Fil.3.10. a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, Fil.3.11. si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos. Heb.10.32. Pero traed a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de padecimientos; Heb.10.33. por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo; y por otra, llegasteis a ser compañeros de los que estaban en una situación semejante. Heb.10.34. Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos. Heb.10.35. No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; Heb.10.36. porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Heb.10.37. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Heb.10.38. Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma. Heb.10.39. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma. Heb.11.1. Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Heb.11.2. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Heb.11.3. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. 1Pe.4.13. sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. 1Pe.4.14. Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. 1Pe.4.15. Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno; 1Pe.4.16. pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello. 1Pe.4.17. Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? 1Pe.4.18. Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador? 1Pe.4.19. De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien. 1Pe.5.1. Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: 1Pe.5.2. Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; 1Pe.5.3. no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. 1Pe.5.4. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria. 1Pe.5.6. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; 1Pe.5.7. echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. 1Pe.5.8. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; 1Pe.5.9. al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. 1Pe.5.10. Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. 1Pe.5.11. A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.

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