viernes, 1 de noviembre de 2013

EL OBISPO

Hec.20.28. Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. Hec.20.29. Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Hec.20.30. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. Hec.20.31. Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno. Hec.20.32. Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados. Hec.20.33. Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. Hec.20.34. Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. Hec.20.35. En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. Fil.1.1. Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos: Fil.1.2. Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Fil.1.3. Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, Fil.1.4. siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros, Fil.1.5. por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; Fil.1.6. estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; Fil.1.7. como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia. Fil.1.8. Porque Dios me es testigo de cómo os amo a todos vosotros con el entrañable amor de Jesucristo. Fil.1.9. Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, Fil.1.10. para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, Fil.1.11. llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios. Tit.1.1. Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad, Tit.1.2. en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos, Tit.1.3. y a su debido tiempo manifestó su palabra por medio de la predicación que me fue encomendada por mandato de Dios nuestro Salvador, Tit.1.4. a Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador. Tit.1.5. Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; Tit.1.6. el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía. Tit.1.7. Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, Tit.1.8. sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo, Tit.1.9. retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen. 1Pe.2.1. Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, 1Pe.2.2. desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 1Pe.2.3. si es que habéis gustado la benignidad del Señor. 1Pe.2.4. Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, 1Pe.2.5. vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 1Pe.2.6. Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado. 1Pe.2.7. Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo; 1Pe.2.8. y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados. 1Pe.2.9. Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 1Pe.2.10. vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia. 1Pe.2.11. Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, 1Pe.2.12. manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.

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