miércoles, 28 de agosto de 2013

EL AGRADAR

1Re.3.9. Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? 1Re.3.10. Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto. 1Re.3.11. Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oir juicio, 1Re.3.12. he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. 1Re.3.13. Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días. 1Re.3.14. Y si anduvieres en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo alargaré tus días. 1Cr.29.17. Yo sé, Dios mío, que tú escudriñas los corazones, y que la rectitud te agrada; por eso yo con rectitud de mi corazón voluntariamente te he ofrecido todo esto, y ahora he visto con alegría que tu pueblo, reunido aquí ahora, ha dado para ti espontáneamente. 1Cr.29.19. Asimismo da a mi hijo Salomón corazón perfecto, para que guarde tus mandamientos, tus testimonios y tus estatutos, y para que haga todas las cosas, y te edifique la casa para la cual yo he hecho preparativos. Mat.12.18. He aquí mi siervo, a quien he escogido; Mi Amado, en quien se agrada mi alma; Pondré mi Espíritu sobre él, Y a los gentiles anunciará juicio. Mat.12.19. No contenderá, ni voceará, Ni nadie oirá en las calles su voz. Rom.8.7. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; Rom.8.8. y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Rom.8.9. Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. 1Co.7.32. Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor; 1Co.7.33. pero el casado tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer. 1Co.7.34. Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella. La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu; pero la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido. 1Co.10.5. Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto. 1Co.10.6. Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron. 1Co.10.7. Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar. 1Co.10.8. Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil. 1Co.10.9. Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes. 1Co.10.10. Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor. 1Co.10.11. Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. Efe.6.5. Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; Efe.6.6. no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; Efe.6.7. sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, Efe.6.8. sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre. Efe.6.9. Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas. Col.1.9. Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, Col.1.10. para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; Col.1.11. fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; Col.1.12. con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; Col.1.13. el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, Col.1.14. en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. Col.3.22. Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Col.3.23. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; Col.3.24. sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. Col.1.17. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; Col.1.18. y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; Col.1.19. por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, Col.1.20. y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. 1Te.4.1. Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más. 1Te.4.2. Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; 1Te.4.3. pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; 1Te.4.4. que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; 1Te.4.5. no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; 1Te.4.6. que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. 1Te.4.7. Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. Heb.10.5. Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. Heb.10.6. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Heb.10.7. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí. Heb.10.8. Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), Heb.10.9. y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. Heb.10.10. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. Heb.11.6. Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Heb.13.15. Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. Heb.13.16. Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.

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