martes, 20 de agosto de 2013

LA AUTORIDAD

Luc.4.31. Descendió Jesús a Capernaum, ciudad de Galilea; y les enseñaba en los días de reposo. Luc.4.32. Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad. Luc.4.33. Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz, Luc.4.34. diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios. Luc.4.35. Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno. Luc.4.36. Y estaban todos maravillados, y hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen? Luc.4.38. Entonces Jesús se levantó y salió de la sinagoga, y entró en casa de Simón. La suegra de Simón tenía una gran fiebre; y le rogaron por ella. Luc.4.39. E inclinándose hacia ella, reprendió a la fiebre; y la fiebre la dejó, y levantándose ella al instante, les servía. Mat.21.18. Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre. Mat.21.19. Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera. Mat.21.20. Viendo esto los discípulos, decían maravillados: ¿Cómo es que se secó en seguida la higuera? Mat.21.21. Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. Mat.21.22. Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis. Mat.8.9. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Mat.10.1. Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. Luc.10.17. Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.

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