lunes, 19 de agosto de 2013

LA PROMESA DEL ESPIRITU SANTO

Jua.14.15. Si me amáis, guardad mis mandamientos. Jua.14.16. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: Jua.14.17. el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. Jua.14.18. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. Jua.14.26. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. Jua.16.7. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Jua.16.8. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Jua.16.9. De pecado, por cuanto no creen en mí; Jua.16.10. de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; Jua.16.11. y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. Jua.16.12. Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Jua.16.13. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Jua.16.14. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Jua.16.15. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber. Hec.1.4. Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Hec.1.5. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. Hec.1.8. pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Hec.2.1. Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Hec.2.2. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; Hec.2.3. y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Hec.2.4. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. Gál.5.5. Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia; Efe.1.13. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, Isa.55.11. así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.

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