sábado, 24 de agosto de 2013

EL DILIGENTE EN DIOS

Pro.10.4. La mano negligente empobrece; Mas la mano de los diligentes enriquece. Pro.10.5. El que recoge en el verano es hombre entendido; El que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza. Pro.12.24. La mano de los diligentes señoreará; Mas la negligencia será tributaria. Pro.13.4. El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será prosperada. Pro.21.5. Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; Mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza. Pro.27.23. Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, Y mira con cuidado por tus rebaños; Pro.27.24. Porque las riquezas no duran para siempre; ¿Y será la corona para perpetuas generaciones? Pro.27.25. Saldrá la grama, aparecerá la hierba, Y se segarán las hierbas de los montes. Pro.27.26. Los corderos son para tus vestidos, Y los cabritos para el precio del campo; Pro.27.27. Y abundancia de leche de las cabras para tu mantenimiento, para mantenimiento de tu casa, Y para sustento de tus criadas. Pro.12.27. El indolente ni aun asará lo que ha cazado; Pero haber precioso del hombre es la diligencia. Efe.5.15. Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, Efe.5.16. aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. 2Ti.2.15. Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. 2Ti.2.16. Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. Luc.15.8. ¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla? Luc.15.9. Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido. 2Co.8.7. Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en ciencia, en toda solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en esta gracia. 2Co.8.8. No hablo como quien manda, sino para poner a prueba, por medio de la diligencia de otros, también la sinceridad del amor vuestro. 2Co.8.9. Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos. Rom.12.11. En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; Rom.12.12. gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; Rom.12.13. compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. Rom.12.14. Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. Rom.12.15. Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.

No hay comentarios:

Publicar un comentario