domingo, 1 de diciembre de 2013

EL PUBLICAR

Sal.145.6. Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres, Y yo publicaré tu grandeza. Sal.145.7. Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad, Y cantarán tu justicia. Isa.66.19. Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones. Isa.66.20. Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a Jehová, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice Jehová, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa de Jehová. Isa.66.21. Y tomaré también de ellos para sacerdotes y levitas, dice Jehová. Isa.66.22. Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre. Isa.66.23. Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová. Mar.1.40. Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Mar.1.41. Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio. Mar.1.42. Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquél, y quedó limpio. Mar.1.43. Entonces le encargó rigurosamente, y le despidió luego, Mar.1.44. y le dijo: Mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que Moisés mandó, para testimonio a ellos. Mar.1.45. Pero ido él, comenzó a publicarlo mucho y a divulgar el hecho, de manera que ya Jesús no podía entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera en los lugares desiertos; y venían a él de todas partes. Mar.5.1. Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos. Mar.5.2. Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, Mar.5.3. que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. Mar.5.4. Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar. Mar.5.5. Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras. Mar.5.6. Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él. Mar.5.7. Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. Mar.5.8. Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo. Mar.5.9. Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos. Mar.5.10. Y le rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella región. Mar.5.11. Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo. Mar.5.12. Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. Mar.5.13. Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron. Mar.5.14. Y los que apacentaban los cerdos huyeron, y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y salieron a ver qué era aquello que había sucedido. Mar.5.15. Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo. Mar.5.16. Y les contaron los que lo habían visto, cómo le había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los cerdos. Mar.5.17. Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos. Mar.5.18. Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. Mar.5.19. Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. Mar.5.20. Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban.

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