viernes, 6 de diciembre de 2013

JUSTAMENTE

Deu.1.9. En aquel tiempo yo os hablé diciendo: Yo solo no puedo llevaros. Deu.1.10. Jehová vuestro Dios os ha multiplicado, y he aquí hoy vosotros sois como las estrellas del cielo en multitud. Deu.1.11. ¡Jehová Dios de vuestros padres os haga mil veces más de lo que ahora sois, y os bendiga, como os ha prometido! Deu.1.12. ¿Cómo llevaré yo solo vuestras molestias, vuestras cargas y vuestros pleitos? Deu.1.13. Dadme de entre vosotros, de vuestras tribus, varones sabios y entendidos y expertos, para que yo los ponga por vuestros jefes. Deu.1.14. Y me respondisteis y dijisteis: Bueno es hacer lo que has dicho. Deu.1.15. Y tomé a los principales de vuestras tribus, varones sabios y expertos, y los puse por jefes sobre vosotros, jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez, y gobernadores de vuestras tribus. Deu.1.16. Y entonces mandé a vuestros jueces, diciendo: Oíd entre vuestros hermanos, y juzgad justamente entre el hombre y su hermano, y el extranjero. Deu.1.17. No hagáis distinción de persona en el juicio; así al pequeño como al grande oiréis; no tendréis temor de ninguno, porque el juicio es de Dios; y la causa que os fuere difícil, la traeréis a mí, y yo la oiré. Deu.1.18. Os mandé, pues, en aquel tiempo, todo lo que habíais de hacer. Luc.23.39. Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Luc.23.40. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Luc.23.41. Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. Luc.23.42. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Luc.23.43. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. 1Pe.2.11. Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, 1Pe.2.12. manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras. 1Pe.2.13. Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, 1Pe.2.14. ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. 1Pe.2.15. Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; 1Pe.2.16. como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. 1Pe.2.17. Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey. 1Pe.2.18. Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar. 1Pe.2.19. Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente. 1Pe.2.20. Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. 1Pe.2.21. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 1Pe.2.22. el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; 1Pe.2.23. quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; 1Pe.2.24. quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. 1Pe.2.25. Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.

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