martes, 24 de diciembre de 2013

HOY

Sal.95.1. Venid, aclamemos alegremente a Jehová; Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación. Sal.95.2. Lleguemos ante su presencia con alabanza; Aclamémosle con cánticos. Sal.95.3. Porque Jehová es Dios grande, Y Rey grande sobre todos los dioses. Sal.95.4. Porque en su mano están las profundidades de la tierra, Y las alturas de los montes son suyas. Sal.95.5. Suyo también el mar, pues él lo hizo; Y sus manos formaron la tierra seca. Sal.95.6. Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor. Sal.95.7. Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si oyereis hoy su voz, Sal.95.8. No endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba, Como en el día de Masah en el desierto, Sal.95.9. Donde me tentaron vuestros padres, Me probaron, y vieron mis obras. Sal.95.10. Cuarenta años estuve disgustado con la nación, Y dije: Pueblo es que divaga de corazón, Y no han conocido mis caminos. Sal.95.11. Por tanto, juré en mi furor Que no entrarían en mi reposo. Luc.23.38. Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS. Luc.23.39. Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Luc.23.40. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Luc.23.41. Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. Luc.23.42. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Luc.23.43. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. Heb.3.7. Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, Heb.3.8. No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, Heb.3.9. Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras cuarenta años. Heb.3.10. A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, Y dije: Siempre andan vagando en su corazón, Y no han conocido mis caminos. Heb.3.11. Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo. Heb.3.12. Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; Heb.3.13. antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. Heb.3.14. Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, Heb.3.15. entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación. Heb.3.16. ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? Heb.3.17. ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? Heb.3.18. ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Heb.3.19. Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad. Heb.4.1. Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Heb.4.2. Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron. Heb.4.3. Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: Por tanto, juré en mi ira, No entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo. Heb.4.4. Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día. Heb.4.5. Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo. Heb.4.6. Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia, Heb.4.7. otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones. Heb.4.8. Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día. Heb.4.9. Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Heb.4.10. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Heb.4.11. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia. Heb.4.12. Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Heb.4.13. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario