martes, 3 de diciembre de 2013

LA FLOR

Job.14.1. El hombre nacido de mujer, Corto de días, y hastiado de sinsabores, Job.14.2. Sale como una flor y es cortado, Y huye como la sombra y no permanece. Job.14.3. ¿Sobre éste abres tus ojos, Y me traes a juicio contigo? Job.14.4. ¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie. Job.14.5. Ciertamente sus días están determinados, Y el número de sus meses está cerca de ti; Le pusiste límites, de los cuales no pasará. Job.14.6. Si tú lo abandonares, él dejará de ser; Entre tanto deseará, como el jornalero, su día. Job.14.7. Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; Retoñará aún, y sus renuevos no faltarán. Job.14.8. Si se envejeciere en la tierra su raíz, Y su tronco fuere muerto en el polvo, Job.14.9. Al percibir el agua reverdecerá, Y hará copa como planta nueva. Job.14.10. Mas el hombre morirá, y será cortado; Perecerá el hombre, ¿y dónde estará él? Job.14.11. Como las aguas se van del mar, Y el río se agota y se seca, Job.14.12. Así el hombre yace y no vuelve a levantarse; Hasta que no haya cielo, no despertarán, Ni se levantarán de su sueño. Sal.103.15. El hombre, como la hierba son sus días; Florece como la flor del campo, Sal.103.16. Que pasó el viento por ella, y pereció, Y su lugar no la conocerá más. Sal.103.17. Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos; Sal.103.18. Sobre los que guardan su pacto, Y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra. Isa.40.2. Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados. Isa.40.3. Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. Isa.40.4. Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. Isa.40.5. Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado. Isa.40.6. Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo. Isa.40.7. La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo. Isa.40.8. Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre. Isa.40.9. Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro! Isa.40.10. He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro. Isa.40.11. Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas. 1Pe.1.13. Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; 1Pe.1.14. como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 1Pe.1.15. sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 1Pe.1.16. porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. 1Pe.1.17. Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; 1Pe.1.18. sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 1Pe.1.19. sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 1Pe.1.20. ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, 1Pe.1.21. y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. 1Pe.1.22. Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; 1Pe.1.23. siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. 1Pe.1.24. Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; 1Pe.1.25. Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.

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