sábado, 28 de septiembre de 2013

EL SER MUJER

Gén.2.21. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Gén.2.22. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Gén.2.23. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona [hebreo Ischshah], porque del varón [hebreo Ish] fue tomada. Gén.2.24. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Gén.2.25. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban. Rut.3.7. Y cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estuvo contento, se retiró a dormir a un lado del montón. Entonces ella vino calladamente, y le descubrió los pies y se acostó. Rut.3.8. Y aconteció que a la medianoche se estremeció aquel hombre, y se volvió; y he aquí, una mujer estaba acostada a sus pies. Rut.3.9. Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano. Rut.3.10. Y él dijo: Bendita seas tú de Jehová, hija mía; has hecho mejor tu postrera bondad que la primera, no yendo en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos. Rut.3.11. Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa. Est.1.20. Y el decreto que dicte el rey será oído en todo su reino, aunque es grande, y todas las mujeres darán honra a sus maridos, desde el mayor hasta el menor. Est.1.21. Agradó esta palabra a los ojos del rey y de los príncipes, e hizo el rey conforme al dicho de Memucán; Sal.128.3. Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa. Pro.5.19. Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre. Pro.6.29. Así es el que se llega a la mujer de su prójimo; No quedará impune ninguno que la tocare. Pro.9.13. La mujer insensata es alborotadora; Es simple e ignorante. Pro.19.13. Dolor es para su padre el hijo necio, Y gotera continua las contiendas de la mujer. Pro.19.14. La casa y las riquezas son herencia de los padres; Mas de Jehová la mujer prudente. Pro.31.30. Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada. Ecl.9.9. Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol. Isa.4.1. Echarán mano de un hombre siete mujeres en aquel tiempo, diciendo: Nosotras comeremos de nuestro pan, y nos vestiremos de nuestras ropas; solamente permítenos llevar tu nombre, quita nuestro oprobio. Mal.2.14. Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto. Mal.2.15. ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud. Mal.2.16. Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales. Mat.5.27. Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Mat.5.28. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. Mar.10.3. El, respondiendo, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? Mar.10.4. Ellos dijeron: Moisés permitió dar carta de divorcio, y repudiarla. Mar.10.5. Y respondiendo Jesús, les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento; Mar.10.6. pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. Mar.10.7. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, Mar.10.8. y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Mar.10.9. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. Luc.16.18. Todo el que repudia a su mujer, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada del marido, adultera. Rom.1.24. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, Rom.1.25. ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Rom.1.26. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, Rom.1.27. y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. 1Co.6.19. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 1Co.6.20. Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. 1Co.7.1. En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer; 1Co.7.2. pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido. 1Co.7.3. El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. 1Co.7.4. La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. 1Co.7.5. No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia. 1Co.7.6. Mas esto digo por vía de concesión, no por mandamiento. 1Co.7.23. Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres. 1Co.7.24. Cada uno, hermanos, en el estado en que fue llamado, así permanezca para con Dios. 1Co.7.25. En cuanto a las vírgenes no tengo mandamiento del Señor; mas doy mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel. 1Co.7.26. Tengo, pues, esto por bueno a causa de la necesidad que apremia; que hará bien el hombre en quedarse como está. 1Co.7.27. ¿Estás ligado a mujer? No procures soltarte. ¿Estás libre de mujer? No procures casarte. 1Co.7.28. Mas también si te casas, no pecas; y si la doncella se casa, no peca; pero los tales tendrán aflicción de la carne, y yo os la quisiera evitar. 1Co.9.6. ¿O sólo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar? 1Co.9.7. ¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño? 1Co.9.8. ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley? 1Co.9.9. Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, 1Co.9.10. o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto. 1Co.11.8. Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, 1Co.11.9. y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. 1Co.11.10. Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles. 1Co.11.11. Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; 1Co.11.12. porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios. 1Co.11.14. La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? 1Co.11.15. Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello. Efe.5.21. Someteos unos a otros en el temor de Dios. Efe.5.22. Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; Efe.5.23. porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Efe.5.24. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Efe.5.25. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, Efe.5.26. para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, Efe.5.27. a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Efe.5.28. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Efe.5.29. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, Efe.5.30. porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Efe.5.31. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Efe.5.32. Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. Efe.5.33. Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido. 1Ti.2.9. Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, 1Ti.2.10. sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad. 1Ti.2.11. La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. 1Ti.2.12. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. 1Ti.2.13. Porque Adán fue formado primero, después Eva; 1Ti.2.14. y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. 1Ti.2.15. Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia. 1Ti.3.11. Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. 1Pe.3.1. Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, 1Pe.3.2. considerando vuestra conducta casta y respetuosa. 1Pe.3.3. Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, 1Pe.3.4. sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. 1Pe.3.5. Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos; 1Pe.3.6. como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza. 1Pe.3.7. Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.

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