sábado, 7 de septiembre de 2013

QUIEN NOS GUIA?

Deu.32.12. Jehová solo le guió, Y con él no hubo dios extraño. Deu.32.13. Lo hizo subir sobre las alturas de la tierra, Y comió los frutos del campo, E hizo que chupase miel de la peña, Y aceite del duro pedernal; Deu.32.14. Mantequilla de vacas y leche de ovejas, Con grosura de corderos, Y carneros de Basán; también machos cabríos, Con lo mejor del trigo; Y de la sangre de la uva bebiste vino. Deu.32.15. Pero engordó Jesurún, y tiró coces (Engordaste, te cubriste de grasa); Entonces abandonó al Dios que lo hizo, Y menospreció la Roca de su salvación. Deu.32.16. Le despertaron a celos con los dioses ajenos; Lo provocaron a ira con abominaciones. Deu.32.17. Sacrificaron a los demonios, y no a Dios; A dioses que no habían conocido, A nuevos dioses venidos de cerca, Que no habían temido vuestros padres. Deu.32.18. De la Roca que te creó te olvidaste; Te has olvidado de Dios tu creador. Sal.5.8. Guíame, Jehová, en tu justicia, a causa de mis enemigos; Endereza delante de mí tu camino. Sal.43.3. Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán; Me conducirán a tu santo monte, Y a tus moradas. Sal.43.4. Entraré al altar de Dios, Al Dios de mi alegría y de mi gozo; Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío. Sal.139.7. ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Sal.139.8. Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Sal.139.9. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Sal.139.10. Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra. Sal.139.11. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Sal.139.12. Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz. Sal.139.23. Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Sal.139.24. Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno. Isa.49.10. No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas. Isa.49.11. Y convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas. Isa.49.13. Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque Jehová ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia. Isa.49.14. Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí. Isa.49.15. ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. Isa.49.16. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros. Isa.49.17. Tus edificadores vendrán aprisa; tus destruidores y tus asoladores saldrán de ti. Isa.49.18. Alza tus ojos alrededor, y mira: todos éstos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jehová, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia. Isa.63.11. Pero se acordó de los días antiguos, de Moisés y de su pueblo, diciendo: ¿Dónde está el que les hizo subir del mar con el pastor de su rebaño? ¿dónde el que puso en medio de él su santo espíritu, Isa.63.12. el que los guió por la diestra de Moisés con el brazo de su gloria; el que dividió las aguas delante de ellos, haciéndose así nombre perpetuo, Isa.63.13. el que los condujo por los abismos, como un caballo por el desierto, sin que tropezaran? Isa.63.14. El Espíritu de Jehová los pastoreó, como a una bestia que desciende al valle; así pastoreaste a tu pueblo, para hacerte nombre glorioso. Mat.2.5. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: Mat.2.6. Y tú, Belén, de la tierra de Judá, No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará [o, regirá] a mi pueblo Israel. Mat.23.16. ¡Ay de vosotros, guías ciegos! que decís: Si alguno jura por el templo, no es nada; pero si alguno jura por el oro del templo, es deudor. Mat.23.17. ¡Insensatos y ciegos! porque ¿cuál es mayor, el oro, o el templo que santifica al oro? Mat.23.18. También decís: Si alguno jura por el altar, no es nada; pero si alguno jura por la ofrenda que está sobre él, es deudor. Mat.23.19. ¡Necios y ciegos! porque ¿cuál es mayor, la ofrenda, o el altar que santifica la ofrenda? Mat.23.20. Pues el que jura por el altar, jura por él, y por todo lo que está sobre él; Mat.23.21. y el que jura por el templo, jura por él, y por el que lo habita; Mat.23.22. y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios, y por aquel que está sentado en él. Jua.16.7. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Jua.16.8. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Jua.16.9. De pecado, por cuanto no creen en mí; Jua.16.10. de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; Jua.16.11. y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. Jua.16.12. Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Jua.16.13. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Jua.16.14. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Jua.16.15. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber. Rom.2.17. He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios, Rom.2.18. y conoces su voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor, Rom.2.19. y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas, Rom.2.20. instructor de los indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad. Rom.2.21. Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? Rom.2.22. Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos, ¿cometes sacrilegio? Rom.2.23. Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios? Rom.2.24. Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros. Rom.8.2. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Rom.8.3. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; Rom.8.4. para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Rom.8.5. Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Rom.8.6. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Rom.8.7. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; Rom.8.8. y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Rom.8.9. Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. Rom.8.10. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. Rom.8.11. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. Rom.8.12. Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; Rom.8.13. porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Rom.8.14. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Gál.5.13. Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Gál.5.14. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Gál.5.15. Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros. Gál.5.16. Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Gál.5.17. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Gál.5.18. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Gál.5.19. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, Gál.5.20. idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, Gál.5.21. envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Gál.5.22. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, Gál.5.23. mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Gál.5.24. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Gál.5.25. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.

No hay comentarios:

Publicar un comentario