miércoles, 18 de septiembre de 2013

LA SEPARACION

Gén.1.3. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Gén.1.4. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Gén.1.5. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día. Gén.1.6. Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. Gén.1.7. E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. Gén.1.8. Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo. Éxo.26.33. Y pondrás el velo debajo de los corchetes, y meterás allí, del velo adentro, el arca del testimonio; y aquel velo os hará separación entre el lugar santo y el santísimo. Esd.9.1. Acabadas estas cosas, los príncipes vinieron a mí, diciendo: El pueblo de Israel y los sacerdotes y levitas no se han separado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos, y hacen conforme a sus abominaciones. Esd.9.2. Porque han tomado de las hijas de ellos para sí y para sus hijos, y el linaje santo ha sido mezclado con los pueblos de las tierras; y la mano de los príncipes y de los gobernadores ha sido la primera en cometer este pecado. Mat.19.4. El, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, Mat.19.5. y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Mat.19.6. Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. Mat.19.7. Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? Mat.19.8. Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así. Mat.19.9. Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera. Rom.8.35. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Rom.8.36. Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Rom.8.37. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Rom.8.38. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, Rom.8.39. ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. 1Co.7.10. Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; 1Co.7.11. y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer. 1Co.7.12. Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. 1Co.7.13. Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. 1Co.7.14. Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos. 1Co.7.15. Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios. 1Co.7.16. Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer?

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