jueves, 19 de septiembre de 2013

NUESTRA MORADA

Gén.15.13. Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. Gén.15.14. Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. Gén.15.15. Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. Gén.47.4. Dijeron además a Faraón: Para morar en esta tierra hemos venido; porque no hay pasto para las ovejas de tus siervos, pues el hambre es grave en la tierra de Canaán; por tanto, te rogamos ahora que permitas que habiten tus siervos en la tierra de Gosén. Gén.47.5. Entonces Faraón habló a José, diciendo: Tu padre y tus hermanos han venido a ti. Gén.47.6. La tierra de Egipto delante de ti está; en lo mejor de la tierra haz habitar a tu padre y a tus hermanos; habiten en la tierra de Gosén; y si entiendes que hay entre ellos hombres capaces, ponlos por mayorales del ganado mío. Éxo.15.13. Condujiste en tu misericordia a este pueblo que redimiste; Lo llevaste con tu poder a tu santa morada. Sal.15.1. [Los que habitarán en el monte santo de Dios. Salmo de David.] Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? Sal.15.2. El que anda en integridad y hace justicia, Y habla verdad en su corazón. Sal.15.3. El que no calumnia con su lengua, Ni hace mal a su prójimo, Ni admite reproche alguno contra su vecino. Sal.23.5. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Sal.23.6. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días. Isa.12.1. En aquel día dirás: Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado. Isa.12.2. He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí. Isa.12.3. Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación. Isa.12.4. Y diréis en aquel día: Cantad a Jehová, aclamad su nombre, haced célebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido. Isa.12.5. Cantad salmos a Jehová, porque ha hecho cosas magníficas; sea sabido esto por toda la tierra. Isa.12.6. Regocíjate y canta, oh moradora de Sion; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel. Isa.26.9. Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia. Isa.26.10. Se mostrará piedad al malvado, y no aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará a la majestad de Jehová. Isa.40.22. Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar. Isa.40.23. Él convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana. Jer.7.3. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré morar en este lugar. Jer.7.4. No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este. Jer.7.5. Pero si mejorareis cumplidamente vuestros caminos y vuestras obras; si con verdad hiciereis justicia entre el hombre y su prójimo, Jer.7.6. y no oprimiereis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramareis la sangre inocente, ni anduviereis en pos de dioses ajenos para mal vuestro, Jer.7.7. os haré morar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre. Miq.5.2. Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad. Miq.5.3. Pero los dejará hasta el tiempo que dé a luz la que ha de dar a luz; y el resto de sus hermanos se volverá con los hijos de Israel. Miq.5.4. Y él estará, y apacentará con poder de Jehová, con grandeza del nombre de Jehová su Dios; y morarán seguros, porque ahora será engrandecido hasta los fines de la tierra. Mat.12.43. Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Mat.12.44. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. Mat.12.45. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación. Mar.4.30. Decía también: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos? Mar.4.31. Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; Mar.4.32. pero después de sembrado, crece, y se hace la mayor de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra. Rom.7.14. Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. Rom.7.15. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Rom.7.16. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. Rom.7.17. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Rom.7.18. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Rom.7.19. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Rom.7.20. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Rom.7.21. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Rom.7.22. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; Rom.7.23. pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. Rom.8.7. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; Rom.8.8. y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Rom.8.9. Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. Rom.8.10. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. 1Co.3.16. ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 1Co.3.17. Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es. Col.3.14. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Col.3.15. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. Col.3.16. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Col.3.17. Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. 1Ju.3.15. Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. 1Ju.3.16. En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 1Ju.3.17. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? 1Ju.3.18. Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 1Ju.3.19. Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él; 1Ju.3.20. pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas. 1Ju.3.21. Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; 1Ju.3.22. y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él. 1Ju.3.23. Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado. Apo.21.3. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Apo.21.4. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Apo.21.5. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

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