martes, 10 de septiembre de 2013

NUESTRA DESCENDENCIA

Gén.12.7. Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido. Gén.15.3. Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. Gén.15.4. Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. Gén.15.5. Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. Gén.15.6. Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. Gén.21.1. Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como había hablado. Gén.21.2. Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho. Gén.21.3. Y llamó Abraham el nombre de su hijo que le nació, que le dio a luz Sara, Isaac. Gén.21.4. Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac de ocho días, como Dios le había mandado. Gén.21.5. Y era Abraham de cien años cuando nació Isaac su hijo. Gén.21.6. Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reir, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo. Gén.21.7. Y añadió: ¿Quién dijera a Abraham que Sara habría de dar de mamar a hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez. Gén.21.8. Y creció el niño, y fue destetado; e hizo Abraham gran banquete el día que fue destetado Isaac. Gén.21.9. Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac. Gén.21.10. Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo. Gén.21.11. Este dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de su hijo. Gén.21.12. Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia. Gén.21.13. Y también del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu descendiente. Sal.25.12. ¿Quién es el hombre que teme a Jehová? Él le enseñará el camino que ha de escoger. Sal.25.13. Gozará él de bienestar, Y su descendencia heredará la tierra. Sal.25.14. La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto. Sal.89.3. Hice pacto con mi escogido; Juré a David mi siervo, diciendo: Sal.89.4. Para siempre confirmaré tu descendencia, Y edificaré tu trono por todas las generaciones. Selah Sal.112.1. [Aleluya.] Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera. Sal.112.2. Su descendencia será poderosa en la tierra; La generación de los rectos será bendita. Sal.112.3. Bienes y riquezas hay en su casa, Y su justicia permanece para siempre. Isa.61.8. Porque yo Jehová soy amante del derecho, aborrecedor del latrocinio para holocausto; por tanto, afirmaré en verdad su obra, y haré con ellos pacto perpetuo. Isa.61.9. Y la descendencia de ellos será conocida entre las naciones, y sus renuevos en medio de los pueblos; todos los que los vieren, reconocerán que son linaje bendito de Jehová. Isa.61.10. En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas. Isa.61.11. Porque como la tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar su semilla, así Jehová el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones. Mal.2.14. Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto. Mal.2.15. ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud. Mal.2.16. Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales. Mat.22.29. Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios. Mat.22.30. Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo. Mat.22.31. Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo: Mat.22.32. Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Hec.2.30. Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, Hec.2.31. viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. Hec.2.32. A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Hec.2.33. Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. Hec.2.34. Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hec.2.35. Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Rom.4.17. (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. Rom.4.18. Él creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Rom.4.19. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Rom.4.20. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, Rom.4.21. plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; Rom.4.22. por lo cual también su fe le fue contada por justicia. Rom.4.23. Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada, Rom.4.24. sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, Rom.4.25. el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación. Rom.9.6. No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, Rom.9.7. ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. Rom.9.8. Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes. Rom.9.9. Porque la palabra de la promesa es esta: Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo. Rom.9.10. Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre Rom.9.11. (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama), Rom.9.12. se le dijo: El mayor servirá al menor. Rom.9.13. Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. Rom.9.29. Y como antes dijo Isaías: Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado descendencia, Como Sodoma habríamos venido a ser, y a Gomorra seríamos semejantes. Heb.2.16. Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. Heb.2.17. Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Heb.2.18. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados. Heb.3.1. Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús; Heb.3.2. el cual es fiel al que le constituyó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios. Heb.7.14. Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio. Heb.7.15. Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto, Heb.7.16. no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible. Heb.7.17. Pues se da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec. Heb.7.18. Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia Heb.7.19. (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios. Heb.7.20. Y esto no fue hecho sin juramento; Heb.7.21. porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec. Heb.7.22. Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.

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