viernes, 4 de octubre de 2013

CUAL ES MI OPINION ?

Job.32.1. Cesaron estos tres varones de responder a Job, por cuanto él era justo a sus propios ojos. Job.32.2. Entonces Eliú hijo de Baraquel buzita, de la familia de Ram, se encendió en ira contra Job; se encendió en ira, por cuanto se justificaba a sí mismo más que a Dios. Job.32.3. Asimismo se encendió en ira contra sus tres amigos, porque no hallaban qué responder, aunque habían condenado a Job. Job.32.4. Y Eliú había esperado a Job en la disputa, porque los otros eran más viejos que él. Job.32.5. Pero viendo Eliú que no había respuesta en la boca de aquellos tres varones, se encendió en ira. Job.32.6. Y respondió Eliú hijo de Baraquel buzita, y dijo: Yo soy joven, y vosotros ancianos; Por tanto, he tenido miedo, y he temido declararos mi opinión. Pro.3.7. No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; Pro.3.8. Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos. Pro.16.2. Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; Pero Jehová pesa los espíritus. Pro.21.2. Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; Pero Jehová pesa los corazones. Pro.21.3. Hacer justicia y juicio es a Jehová Más agradable que sacrificio. Pro.21.4. Altivez de ojos, y orgullo de corazón, Y pensamiento de impíos, son pecado. Pro.26.5. Responde al necio como merece su necedad, Para que no se estime sabio en su propia opinión. Pro.26.6. Como el que se corta los pies y bebe su daño, Así es el que envía recado por mano de un necio. Pro.26.7. Las piernas del cojo penden inútiles; Así es el proverbio en la boca del necio. Pro.26.8. Como quien liga la piedra en la honda, Así hace el que da honra al necio. Pro.26.9. Espinas hincadas en mano del embriagado, Tal es el proverbio en la boca de los necios. Pro.26.11. Como perro que vuelve a su vómito, Así es el necio que repite su necedad. Pro.26.12. ¿Has visto hombre sabio en su propia opinión? Más esperanza hay del necio que de él. Pro.26.13. Dice el perezoso: El león está en el camino; El león está en las calles. Pro.26.14. Como la puerta gira sobre sus quicios, Así el perezoso se vuelve en su cama. Pro.26.15. Mete el perezoso su mano en el plato; Se cansa de llevarla a su boca. Pro.26.16. En su propia opinión el perezoso es más sabio Que siete que sepan aconsejar. Pro.28.9. El que aparta su oído para no oír la ley, Su oración también es abominable. Pro.28.10. El que hace errar a los rectos por el mal camino, El caerá en su misma fosa; Mas los perfectos heredarán el bien. Pro.28.11. El hombre rico es sabio en su propia opinión; Mas el pobre entendido lo escudriña. Pro.30.12. Hay generación limpia en su propia opinión, Si bien no se ha limpiado de su inmundicia. Pro.30.13. Hay generación cuyos ojos son altivos Y cuyos párpados están levantados en alto. Pro.30.14. Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, Para devorar a los pobres de la tierra, y a los menesterosos de entre los hombres. Rom.12.10. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. Rom.12.11. En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; Rom.12.12. gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; Rom.12.13. compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. Rom.12.14. Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. Rom.12.15. Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. Rom.12.16. Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. Rom.14.1. Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. Rom.14.2. Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. Rom.14.3. El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido. Rom.14.4. ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme. Rom.14.5. Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. Rom.14.6. El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios. Rom.14.7. Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Rom.14.8. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. Rom.14.9. Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven. Rom.14.10. Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Rom.14.11. Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios. Rom.14.12. De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí. Rom.14.13. Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. Rom.14.14. Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; mas para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es. Rom.14.15. Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió. Rom.14.16. No sea, pues, vituperado vuestro bien; Rom.14.17. porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Rom.14.18. Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres. Rom.14.19. Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación. Rom.14.20. No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come. Rom.14.21. Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite. Rom.14.22. ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba. Rom.14.23. Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.

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