miércoles, 2 de octubre de 2013

EL REPARTIR

Jos.23.1. Aconteció, muchos días después que Jehová diera reposo a Israel de todos sus enemigos alrededor, que Josué, siendo ya viejo y avanzado en años, Jos.23.4. He aquí os he repartido por suerte, en herencia para vuestras tribus, estas naciones, así las destruidas como las que quedan, desde el Jordán hasta el Mar Grande, hacia donde se pone el sol. Jos.23.5. Y Jehová vuestro Dios las echará de delante de vosotros, y las arrojará de vuestra presencia; y vosotros poseeréis sus tierras, como Jehová vuestro Dios os ha dicho. Jos.23.6. Esforzaos, pues, mucho en guardar y hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, sin apartaros de ello ni a diestra ni a siniestra; Jos.23.7. para que no os mezcléis con estas naciones que han quedado con vosotros, ni hagáis mención ni juréis por el nombre de sus dioses, ni los sirváis, ni os inclinéis a ellos. Jos.23.8. Mas a Jehová vuestro Dios seguiréis, como habéis hecho hasta hoy. Jos.23.9. Pues ha arrojado Jehová delante de vosotros grandes y fuertes naciones, y hasta hoy nadie ha podido resistir delante de vuestro rostro. Jos.23.10. Un varón de vosotros perseguirá a mil; porque Jehová vuestro Dios es quien pelea por vosotros, como él os dijo. Jos.23.11. Guardad, pues, con diligencia vuestras almas, para que améis a Jehová vuestro Dios. Jos.23.12. Porque si os apartareis, y os uniereis a lo que resta de estas naciones que han quedado con vosotros, y si concertareis con ellas matrimonios, mezclándoos con ellas, y ellas con vosotros, Jos.23.13. sabed que Jehová vuestro Dios no arrojará más a estas naciones delante de vosotros, sino que os serán por lazo, por tropiezo, por azote para vuestros costados y por espinas para vuestros ojos, hasta que perezcáis de esta buena tierra que Jehová vuestro Dios os ha dado. Jos.23.2. llamó a todo Israel, a sus ancianos, sus príncipes, sus jueces y sus oficiales, y les dijo: Yo ya soy viejo y avanzado en años. Jos.23.3. Y vosotros habéis visto todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho con todas estas naciones por vuestra causa; porque Jehová vuestro Dios es quien ha peleado por vosotros. Sal.22.17. Contar puedo todos mis huesos; Entre tanto, ellos me miran y me observan. Sal.22.18. Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes. Mat.27.35. Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes. Sal.112.9. Reparte, da a los pobres; Su justicia permanece para siempre; Su poder será exaltado en gloria. Pro.11.24. Hay quienes reparten, y les es añadido más; Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza. Pro.11.25. El alma generosa será prosperada; Y el que saciare, él también será saciado. Pro.11.26. Al que acapara el grano, el pueblo lo maldecirá; Pero bendición será sobre la cabeza del que lo vende. Pro.11.27. El que procura el bien buscará favor; Mas al que busca el mal, éste le vendrá. Pro.11.28. El que confía en sus riquezas caerá; Mas los justos reverdecerán como ramas. Luc.15.11. También dijo: Un hombre tenía dos hijos; Luc.15.12. y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. Luc.15.13. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Luc.15.14. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. Luc.15.15. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Luc.15.16. Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Luc.15.17. Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Luc.15.18. Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Luc.15.19. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Luc.15.20. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Luc.15.21. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Luc.15.22. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Luc.15.23. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; Luc.15.24. porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse. Luc.15.25. Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; Luc.15.26. y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Luc.15.27. Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano. Luc.15.28. Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. Luc.15.29. Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Luc.15.30. Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. Luc.15.31. Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. Luc.15.32. Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Hec.2.43. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Hec.2.44. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; Hec.2.45. y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Hec.2.46. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, Hec.2.47. alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos. Hec.4.31. Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios. Hec.4.32. Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. Hec.4.33. Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. Hec.4.34. Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, Hec.4.35. y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad. Rom.12.3. Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Rom.12.4. Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, Rom.12.5. así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. Rom.12.6. De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; Rom.12.7. o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; Rom.12.8. el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría. Rom.12.9. El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Rom.12.10. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. Rom.12.11. En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; Rom.12.12. gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; Rom.12.13. compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. Rom.12.14. Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. Rom.12.15. Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. Rom.12.16. Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. Rom.12.17. No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Rom.12.18. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. Rom.12.19. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Rom.12.20. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. Rom.12.21. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. 1Co.7.17. Pero cada uno como el Señor le repartió, y como Dios llamó a cada uno, así haga; esto ordeno en todas las iglesias. 1Co.7.18. ¿Fue llamado alguno siendo circunciso? Quédese circunciso. ¿Fue llamado alguno siendo incircunciso? No se circuncide. 1Co.7.19. La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios. 1Co.7.20. Cada uno en el estado en que fue llamado, en él se quede. 1Co.7.21. ¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te dé cuidado; pero también, si puedes hacerte libre, procúralo más. 1Co.7.22. Porque el que en el Señor fue llamado siendo esclavo, liberto es del Señor; asimismo el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo. 1Co.7.23. Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres. 1Co.7.24. Cada uno, hermanos, en el estado en que fue llamado, así permanezca para con Dios. 1Co.13.3. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. 1Co.13.4. El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 1Co.13.5. no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 1Co.13.6. no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 1Co.13.7. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 1Co.13.8. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. 2Co.9.6. Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. 2Co.9.7. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. 2Co.9.8. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; 2Co.9.9. como está escrito: Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre. 2Co.9.10. Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, 2Co.9.11. para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.

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